Tal como la imaginé pero más hermosa, ojos de un café cenizo contrastantes con su tes clara pálida, un cabello totalmente negro y ahora lacio.
- ¿Que no tenías el cabello ondulado?- pregunte perplejo
- Si, pero yo puedo decidir como tenerlo- sonrió- y mi piel siempre fue así, siempre fue clara
- Bueno saberlo- sonreí, ahora de verdad, escuche que tocaban la puerta y baje rápido y molesto, abri esperando ver a Emma, iba a soltar un grito de ira pero no era ella- Brenda, ¿Que haces aquí?
- Hola- me abrazo por el cuello- Ya puedes volver - me dijo con voz llorosa
- ¿Que pasó? - sabía la respuesta, pero quería oírlo de su voz, esperé este momento desde hace tres años- ¿Mamá esta bien?
- No -dio una pausa y tomo aire y coraje- murió, los doctores creen que se suicidó.
Siguio diciendo y explicando como murió y todo eso pero no le preste atención alguna, esperé e imaginé su muerte casi diario. No puedo volver, ya tengo una vida nueva o mínimo el comienzo de una, sin contar todo lo que pagué por ella, ¡Demonios! Por fin tenía lo que deseaba y no lo puedo disfrutar como había pensado, pero como Brenda es vu
viuda y mi madre tenía una gran casa, puedo traer sus muebles, no tendré que gastar mucho y así ya tendré
- ¿Me estas escuchado?- me grito Brenda- ¿Que vas a hacer?
- Quedarme aquí, estoy creando una vida y no pienso volver así, ya tengo una propiedad, que por cierto me dejo con poco vitalicio
- Ya al punto- interrumpió secando sus lágrimas restantes- odio que no hables directo
- Esta bien- suspire- quiero sus muebles; los de la sala, el comedor secundario, los de su cuarto y algunos más
- ¿Tu pagarás?
- Claro, con lo poco que tengo, pero pagaré
- Bien, te los mando, tu pagas aquí y como disculpa, yo pagaré lo de allá
- Bien ¿Era todo?- pregunto en seco
- Si, creo que era todo- se paró molesta- eres un desagradecido, solo piensas en eso, ¡Mamá murió!
- Si, la que olvido que eso era para mi, que me trato como un mísero más, ¿Quieres que este triste por ella?
Me dio una bofetada y se fue azotando la puerta al cerrarla.No pensaba en ponerme triste por ella y mucho menos llorar, sin razón me gritaba, tan fuerte que retumbaba en toda su "mansión", que en tres pisos más de cinco habitaciones y en ninguna quede yo, me mando a una construcción despegada de ella, aunque en un mismo terreno, todo un patio de distancia.
Me preocupa Brenda, perdió a su esposo y a su madre, debe de estar devastada por ello, aparte de todo con poco tiempo de distancia.Lo mejor será tampoco pensar en ello, no pensar en nada, nada más que en mi casa, que no es solo mía, también es de... Bueno, ahora que lo pienso, no se su nombre.¿Como sabre su nombre? Pensaré en algo, pero por lo mientras me acostare, ahora ire al ático a dormir en el sillón, si es muy cómodo.Me alegra que esa lámpara no se apague, ilumina muy bien todo el lugar, me acuesto y después de un rato de me ocurre hablarle
- Oye- digo a la nada- Ven, tengo que preguntarte algo- recorro todo el lugar con la mirada y no veo rastro de ella- si no quieres venir no vengas
- ¿Que necesitas?- me dice mientras se materializa a mi lado- ¿Para que me llamaste?
- Pues, aun no se tu nombre- cierro mi chamarra y meto mis manos en mis bolsillos- Dime tu nombre
- Me llamo Esmeralda
- Esmeralda... ¿Que?
- No se, no me acuerdo- sonríe torciendo la cabeza- y perdón por el frío, no lo hago para molestarte
- Pero ¿Porque tengo tanto frío?
- No se, pero si quieres me puedo ir
- No -quería estar con ella, no se porque- no hay problema, quedate, al fin, ambos vivimos en esta casa y como yo llegue al último me debo de acostumbrar- sonreí- ¿No crees?
- Si, claro -me dio un abrazo que me enfrió aun más- pero yo no vivo aquí, yo solo hábito, no vivo
- Ok, entonces ambos habitamos aquí y bueno, ¿podrías no abrazarme? Es que me congelo
- Si, esta bien, todavía no estas listo-me sonrió y se fue.
Me volteo para ver la lámpara, veo como se mueve la sombra que genera al golpear la mesa. Recuerdo el primer y único beso que me han dado, fue cuando tenía 13. Mis clases acabaron con una hora de anticipo, yo me quede esperando a Brenda, el salón estaba en penumbra, no se veía mucho porque la unica luz que había era la que llegaba desde la calle, que se interrumpía al paso de los carros.Estaba pintando unas cosaa con una tisa en la pizarra, escuche que alguien entraba y tire la tisa por pensar que era algun maestro o prefecto, pero solo era Daniela, una chica algo alta, bastante desarrollada para su edad y que aunque tenía puesto el uniforme de la secundaria, se veía muy bien, tanto que hice algo que no había hecho ni he vuelto a hacer, le di un abrazo. Ella correspondió a ello, me llene de adrenalina y de deseo, acaricié su cuello con ternura y suavemente me ofreció un beso, no pude responderle con palabras, simplemente asenti con la cabeza, cerre los ojos y me beso, metiendo su lengua en mi boca, ya cuando empezaba a disfrutar de ello, entro Brenda y en ese momento Daniela corto el beso y se fue sin decir nada.No me volvió a decir nada nunca.
Y por alguna razón Esmeralda me la recordó, no se porque, pero se parecen un poco o esa es la idea que me he generado, será porque ambas me han dado algo y luego desaparecen o que se yo, simplemente ya no tengo lógica alguna, porque hablo con una fantasma que murió hace 15 años.
Pero en mi locura he de aceptar dos cosas, una es que Esmeralda es realmente hermosa y la otra es que en el fondo de mi, siempre quise otro beso de ella.

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Nuestra casa
Tajemnica / ThrillerComprar una casa, tener que hacer tu vida desde nada. Tener que dejar todo y enamorarte de alguien que habita en tu casa y que murió hace 15 años. Esto le sucedió a Scoth Black, después de ser desalojado de su casa y comprar una casa abandonada, par...