- ¿Sinuhe? - la morena no había cambiado su cara de confundida desde que Ariana entró a su departamento. No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Lauren estuviera a su lado.
- Hola hij... hola Camila - saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía en frente
Camila se alejó varios pasos y Sinuhe sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La morena mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las mellizas, los señores Juaregui y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Camila, Sinuhe había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con sumo cuidado.
- ¿Qué... qué... que haces aquí? - Camila aun no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Ariana con la presencia de su madre aquí - ¿por qué la trajiste? ¿Por qué... - No podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga.
Ariana y Sinuhe se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra - Tu madre... - la morena apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse - Sinuhe estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas - resumió los hechos ocurridos en Tiffany Grande & Co.
Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Sinuhe decidió hablar - Sé que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mí misma - agregó segura.
Camila agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ellas las iba a cuidar
- Por favor Camila - Ariana insistió mostrándole el smoking - Estoy desesperada - la voz le salía como un chillido.
- Lauren... quiero hablar con Lauren... - Camila necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.
Esta vez fue Sinuhe la que agarró su celular e intentó llamar a la empresaria.
Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Camila era su nuera - Lo siento - se disculpó cerrando la llamada - No contesta...-
- La señorita Iglesias tampoco - Ariana había intentado por otro lado.
- Entonces es mejor que me qued...-
- Camila - dijeron las dos mujeres al mismo tiempo. Ariana le hizo un gesto a Sinuhe cediéndole la palabra.
- Si no quieres ir con Ariana está bien - la madre de la morena no hizo caso al quejido de protesta de la joyera - Pero si ese es el caso, te pido que me dejes quedarme aquí, contigo, hasta que Lauren regrese. Puedo ayudarte a cuidar a mis nietas - no iba a obligar a su hija a ir a una fiesta a la que claramente no quería asistir, pero al menos iba a intentar pasar tiempo con ella. Cualquier minuto que le concediera iba a ser bien recibido.
- Escuchen - Ariana volvió a tomar la palabra y logró que la mirada de la morena se concentrara en ella - Sinuhe sé que tienes miedo de que Camila se sienta incomoda en este lugar, pero prometo - miró a Camila - Te prometo que no me voy a separar de tu lado y que a penas quieras irte nos iremos - le dijo con total sinceridad - Pero de verdad, de verdad te necesito a mi lado Camila. Necesito que me des la fuerza que solo una amiga puede dar. Eres la única persona que nunca ha esperado nada de mi - la morena iba aflojándose con cada palabra - Por favor Mila... por favor - eran las últimas suplicas que iban a salir de la boca de Ariana.
La tatuadora miró a su amiga y después a su madre, luego volvió a su amiga y se enfocó en su cara de desesperada. Por último volvió la vista a su madre y allí la dejó para pensar por unos momentos.
