Un par de semanas después - En Nueva York
- Está en su oficina - Verónica no necesitó ni siquiera preguntarle a Ally por Camila, apenas la asistente la vio cruzar por la puerta le indicó donde se encontraba la morena. Para la jovencita no valía ni siquiera la pena sacar la mirada de su celular, directamente bastaba con señalar. El caso es que la presencia de Verónica, de Lucy y por supuesto de Lauren y de las tres pequeñas que venían con ellas había pasado a ser una constante en el estudio de tatuajes, ni hablar de que ahora la lista en color "arcoíris" de la morena había aumentado a un considerable número de personas.
Verónica no frenó para preguntar si la morena estaba ocupada o no, la latina ya sabía que estaba de color arcoíris para la morena y sabía perfectamente que eso significaba un pase libre en cualquier momento. Tampoco lo que si la hizo frenar fue el sepulcral silencio que casi nunca había en el estudio. Subió su cara y dio un vistazo panorámico, todas las estaciones de los tatuadores estaban vacías.
Verónica volvió sobre sus pasos murmurando por lo bajo cada vez que tenía que saltar algún inflable que estaba tirado por el piso o una Barbie que había quedado rezagada por allí, y se frenó en el escritorio de Ally.
- ¿Qué carajo pasa aquí? ¿Alguien tiró una bomba? ¿La rari sacó a pasear a raronzilla de su jaula? - Fue esta última pregunta la que hizo reir a Ally y la que hizo que la jovencita se demorara en contestar para actualizar la cuenta de twitter elgranrarón
Después de que le mostró a Verónica su brillante tweet, réplica del chiste de la latina, ambas rieron y la joven contestó - ¿Sabes que Camila empieza sus clases el próximo lunes cierto? - la latina asintió, la noche anterior Lauren se había encargado de demostrarle a Camila lo orgullosa que estaba por eso y el resto de los humanos lo tuvieron que escuchar.
- Ni me hagas acordar, menos mal que las niñas estaban de visita en el hogar - ojala ella hubiera decidido aceptar la invitación de la hermana Ana para hacer un retiro espiritual esa misma noche
Ally asintió - Te entiendo, esta mañana vivimos lo mismo aquí cuando Lauren apareció de repente y se encerró en la oficina de Camila - Verónica giró los ojos. Por supuesto que ella había visto llegar a la ojiverde en un estado más que deplorable a la oficina - De más está decir que antes se encargó de echar a patadas a la chica sobre la cual Camila estaba trabajando - una novia celosa era igual a menos clientes.
Verónica volvió a girar los ojos - ¿por eso se fueron? - señaló los puestos vació del resto de los tatuadores - Sabía que el Kent idiota le tenía miedo a los orgasmos, ni una sola vez escuché a Lucy...-
- No se fueron por eso - la interrumpió Ally - Camila los despidió - informó como si estuviera contando una pavada.
Por tercera vez en la mañana Verónica volvía a girar los ojos - ¿Otra vez? ¿Y ahora porque? - era como la vigésimo cuarta vez que los echaba
- Porque es imposible que los chicos dejaran pasar el hecho de que Karl vuelve al colegio - contó Ally y Verónica empezó a entender - No iban a parar hasta que Camila no se muriera de la vergüenza - agregó
Verónica rio - ¿Qué le hicieron? Por favor dime que no superaron mi broma de la mochilita - la latina se había encargado de regalarle una hermosa mochilita de Bob esponja a la morena. Cuando Camila atinó a dársela a su hija, Verónica se la sacó y le dijo que era para el rarón. El color de Camila fue de un fucsia instantáneo que creció a un más cuando la latina sacó uno de los preservativos que había puesto en la mochilita y le dijo que era para el "recreo" del rarón y que no le iba a venir mal cuando lo tuviera que usar con alguna de las porristas del instituto - Hubiera seguido con las demás cosas que tenía para ella si la estúpida de la ojiverde culona no hubiera tirado todo por la ventana - Lauren no iba a permitir a ninguna porrista cerca de Camila
