Un día normal.

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 CAP 5

La brillante y afilada punta del objeto bailaba en el dedo medio de Lapis, lo miro, le dio otra vuelta, con la derecha la sostenía y con la izquierda la hizo girar. Tuvo uno de esos pensamientos, uno de esos que jamás son contados y que muchas veces borramos de nuestra mente, porque no somos lo suficientemente fuerte para aceptar nuestra maldad. Camino a paso lento pero seguro, camino hacia ella, hacía la bella durmiente y se pregunto "Estaría mal si lo hago, seguro le haría un favor al mundo" de pronto se vio tirada sobre jasper enterrándole una, y otra y otra vez el cuchillo en su pecho. Ahí estaba un mal pensamiento.

Guardo la cuchilla, no podía hacerlo, no importaba lo perra que había sido jasper, simplemente no podía. Ahí era donde residía la diferencia entre seres humanos y bestias, el poder de razonar, de pensar pero aun así había humanos que eran más bestias que otra cosa. ¿Que hubiera hecho jasper en esta situación, que hubiera hecho con ese pensamiento? Se pregunto; me habría apuñalado sin duda.

La alarma sonó.

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Peridot se miro orgullosa al espejo. Impecable, desde el uniforme hasta la mochila. Con los diez minutos que le sobraban se dedico armar su cama, todo perfectamente ordenado y alineado, muy por lo contrario de su compañera de cuarto. Se coloco la mochila y inhalo profundo; de puntillas de pie trato de esquivar toda la basura del suelo, dio un último brinco y se vio haciendo equilibrio para no caer sobre la cama de su compañera o mejor dicho sobre su compañera

Un error de cálculos y cayó sobre Amethyst.
Amethys se levanto de un sobre salto y Peridot se echo hacia atrás rápidamente, para su desgracia no noto la caja de cómics que estaba sus espaldas, callo de nunca.

—Jajajajjaj,¿A que juegas tan temprano en la mañana? Peri—Amethyst siguió riendo, mientras se levantaba para ayudar a su compañera.

—No estoy jugando—chillo mientras se sacaba un soldadito de bronce que se le había enterrado en la espalda. Acepto la mano de su compañera y se sacudió el polvo—Recudas que me pediste que te despertara para ir a desayunar. Dijiste que siempre despiertas tarde para eso.—

—A claro—dudo—Lamento eso

—No te preocupes—dijo cerrando la puerta. Amethyst no supo en qué momento había salido corriendo, pero siempre era así, Peridot no hablaba mucho con ella y hasta tenia la sospecha de que la evitaba.

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Levanto el sierre de la falda y noto que se adaptaba perfectamente a su cintura, tomo la mochila, y la tarjeta magnética. Según le había explicado Perla, era como una especie de tarjeta de crédito, servia para pagar las comidas en la cafetería, fotocopias, libros o cualquier material didáctico; también abría la puerta de la habitación y contenía diez puntos de conducta, si te quedabas en cero serias expulsado inmediatamente.

Miro a la cama contigua, aun seguía durmiendo, debería despertarla se dijo, Rápidamente negó con la cabeza. Se acerco a la cama de Jasper.

—jasper se hace tarde—susurro,no estaba interesada en que despertara pero tampoco quería que jasper le reclamara si no lo hacía. Esta vez la miro un poco más de cerca—Es imposible de que sus pestañas sean reales—dijo sin pensar

—Si lo son—jasper la miraba con los ojos entrecerrados

—Perdón! Creí que debía despertarte— volvió a hablar con ese nerviosismo con el que siempre se dirigía a su compañera

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