A través del fuego.

Capitulo 2.

《...》

—No —trato de que mi voz suene normal— ¿ya tenes que ir a la empresa?

—Llame a Jake (su hermano), le dije que avisara que hoy no iba a ir porque tenía cosas más importantes que hacer.

El silencio arribó el cuarto, hace un momento me había comentado que por más que quisiera no podía quedarse, ¿ahora viene con esto?

—Tenemos una conversación pendiente —soltó.

—No se de qué —murmuro, tratando de evitar el tema.

—Cuando dijiste "te necesito a mi lado", ¿a qué te referías? —se sentó en la cama, quedando de perfil para mi— ¿sólo fue porque necesitabas otra follada o hablabas con el corazón?

—Yo... —trague saliva y mire hacía abajo— no puedo seguir con esto. —levanto la vista y veo como su cara se desfigura.

—No entiendo —susurra— estabamos perfectamente, ¿qué fue lo que pasó? ¿hice algo mal? lo puedo arreglar...

—No, no, no —niego con la cabeza— es algo con lo que no puedo seguir fingiendo y...

—Lea, ¿estás embarazada? —me interrumpe.

—¿Qué? ¡no! —grito rápido— no es eso.

—No entiendo porque no queres decírmelo.

—Esto va a terminal mal Justin.

—¿Qué puede salir mal? tenemos buen sexo, estamos bien uno con el otro, necesito especificaciones nena —se acerca más a mi— no puedo verte así.

—¿Así cómo? —frunzo en ceño.

—Lo que no me estas diciendo, te esta haciendo mal por dentro, ¿vas a contarme? —dijo, ignorando mi pregunta.

—¿Así cómo Justin? —vuelvo a preguntar.

—Así triste... no lo sé, me cambias de tema Lea, y me estoy enojando.

—Lo que menos necesito ahora es eso... —susurro.

—¿Entonces? ¿me lo vas a decir? ¿o tengo que usar la fuerza?

Trague seco, y cerre los ojos, al segundo cuando lo miro sentí las lágrimas caer por mis mejillas.

—Hey... —levanta su mano y retira las lágrimas— esos hermosos ojos no deben llorar.

—No puedo evitarlo... —digo apenas audible.

—Lea, por favor —lo miro a los ojos— ¿qué te tiene tan agobiada?

Suspiro rendida, en algún momento iba a saberlo, espero que no me odie ni reaccione mal.

—Esta bien.

—Bueno nena —sonríe— ¿qué es?

—Yo... —por un momento pense que estaba muda— rompí la... regla básica de... nuestro acuerdo.

—¿Te enamoraste de alguien? —su voz sonó fría hasta incluso parecía "celoso".

—No, ese alguien esta delante mío.

Su cara pasó de estar serio a sorprendido, apoyo los codos sobre sus rodillas y apoyó su cabeza sobre sus manos mirando hacía abajo, quedando estático.

—Yo se que no querías una relación con sentimientos, pero fue inevitable no sentir algo cuando estaba a tu lado... lo siento —mis ojos se cristalizaron, estaba por volver a llorar otra vez.

Aún no se movía, y eso me ponía nerviosa. Se levantó de la cama, asustándome, y comenzó a caminar de una punta a otra con los pensamientos en otra parte.

—¿Es verdad? —se detiene delante de la ventana a mirar y susurra.

—No sería capaz de mentirte con algo así Justin.

Una sonrisa complice se escapa de sus labios.

—Es verdad... —se pasa la mano por el pelo.

—Si lo es...

Eso me estaba volviendo loca, quería irme corriendo por la puerta ahora mismo.

—Papá tenía razón —ríe— siempre la tuvo.

—¿En qué? —lo miro asustada, y gira su cabeza para mirarme.

—En que estabas perdidamente enamorada de mi —sonríe y se vuelve para mirar por la ventana.

Mi cara estaba toda roja y sentía que el corazón se me iba a salir. ¿Realmente dijo eso?

—Cuando te lo dijo... ¿qué le contestaste?

—Que era mentira.

—Ah... —me sentí dolida por un instante.

—Pero ahora se que es verdad —susurra y se sienta en la cama, sin sacarme la mirada.

—Entonces...

—Entonces desde que lo dijo, no deje de pensarlo, ahora que se esto... —hizo una pausa— debo confesar que desde aquel día que te ví en esa fiesta, habías robado mi corazón.

Tuve que morderme el labio para reaccionar, ¿acaba de decir que me quiere?... No puedo creerlo, sonríe con ternura y se acerca a mi lo suficiente para acortar el espacio y acariciar una de mis mejillas.

—Ya no vuelvas a tener miedo Lea, el amor que descubrí que podía sentir es más alla de lo imaginable —se relame los labios— te quiero tanto que odiaría a quien se acercara a tu lado.

Salgo de entre las sábanas, y lo beso, esta vez con amor.

—No puedo creerlo —río y vuelvo a besarlo.

—Créelo nena —mi piel se erizó, su voz sonaba tan profunda— esta de menos decir que me traes loco.

—No... —me ruboricé— eso es al revés.

De su boca salió una hermosa risa, oh... amo ese sonido.

—¿Cúando dijiste que me necesitabas a tu lado, pretendías que lo escuchara?

—No, pero al menos funcionó —me muerdo el labio.

—¿Cómo? —alzó una de sus masculinas cejas.

—Estás conmigo ahora —sonrío.

—Es verdad —me besa tiernamente— y siempre voy a estarlo ma chérie.

Mi piel se erizó ante esa última palabra. Sabía que él estuvo estudiando varios idiomas pero no el francés.

—¿Y eso que significa? —lo mire curiosa.

—Ma chérie, es "cariño" en francés nena.

—Ah, me encanta tu pronunciación —lo beso— te hace ver más sexy.

—¿En serio? —su sonrisa era provocativa, y a mi me debilitaba.

—Muy en serio, suena sexy el vocabulario francés en tu boca.

Desliza su boca por mi cuello, besándolo suavemente, luego llega a mi oído y se detiene.

—Veux faire l'amour en ce moment. —susurrá y mi cuerpo tiembla, su voz sonaba tan sensual que me encendía por completo.

—¿Qué... significa? —me muerdo el labio, esperando una contestación.

—Quiero hacer el amor ahora mismo, Lea.

De mi boca se escapó un jadeo involuntario, oh Dios, este hombre es tan pasional. Y me encanta.

—¿Y qué estamos esperando para hacerlo? —susurro.