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Sentí un suave golpe en mi espalda.

—Hola.

Clara me miraba con unos ojos nublados por algo que parecía ser nostalgia. ¿Nostalgia de qué?

—Eh, hola.

—El otro día se te cayó esto de tu bolso. Cuando chocaste con mi novio.

Me entregó un papel doblado. Se parecía a... No podía ser ¿cierto? Lo abrí temerosa y ahí estaba mi letra y lo que más temía, el nombre Sebastian Turner resaltaba entre todo.

Miré avergonzada a Clara pero ella parecía mirarme con ternura, incluso cariño.

No sabía que decir, "Lo siento, no soy una psicópata, por favor no llames a la policia"

Pero antes de poder decir cualquier cosa, Clara me abrazó.

—Sé que puede parecer raro y debería estar un poco asustada. Pero pareces ser una buena chica. Necesito preguntarte una cosa. ¿Tienes más notas para Sebastian?

No sabía si debía aceptar que tenía una agenda llena de notas para su mejor amigos o si debía decir que no era para el Sebastian Turner que ella creía, después de todo esa era la verdad. Pero solo pude asentir débilmente con la cabeza y pareció que se relajaba un poco.

—Me preguntaba si... Eh me las podías dar. Como debes saber, Seba se intento pues— Un silencio incómodo se hizo presente. Clara suspiro y cerró los ojos, como si se estuviera preparando mentalmente para seguir hablando— Se intentó quitar la vida.

Su voz se corto al terminar de hablar y pequeñas lágrimas comenzaron a surcar su cara. Se limpió con rapidez y luego sonrió con esfuerzo.

—Pensé que si leía tus notas se daría cuenta de que realmente no esta solo y que hay gente que lo quiere tal y como es.

No podía hacerlo, yo no le había escrito notas a ese Sebastían Turner, yo no me había enamorado de ese Sebastían Turner.

-Yo... Yo no pue-puedo hacerlo.

Me volteé y comencé a correr. Era experta para hacer eso, para huir.

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TAN TAN TAAAAAAN

Sebastian TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora