34 [FINAL]

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No quería contarle. Nunca me había abierto a nadie y no me sentía preparada, después de todo era casi un desconocido. Pero no podía negarme, él se había abierto para mi y yo debía hacer lo mismo.

— Mi vida se puede definir como una vida normal. No soy la más popular, bueno, no soy popular. No tengo amigos y mis padres son sobre protectores. Mejor dicho, mis padres adoptivos son sobre protectores.

Sabastian me miró sorprendido.

—Se podría decir que ese es mi gran secreto. A muchos no les importa por que sus padres los abandonan, pero yo tuve curiosidad e intenté investigar cual había sido la razón por la que mis padres no me habían querido. Tal vez no tenían el dinero suficiente o estaban siendo buscados por la policía; mi mente se invento infinitas historias, desde padres súper poderosos hasta drogadictos sin hogar.— Sebastían sonrió débilmente, lo que me dio fuerzas para continuar con mi historia— Decidí descubrir quienes eran mis padres. Primero debía saber si se encontraban vivos o si la razón por que me habían dado en adopción era por que habían muerto. El orfanato dónde había vivido mis primeros meses de vida aceptaban a estudiantes voluntarios que cuidaran y entretuvieran a los niños más pequeños, como un intento de que no se sintieran solos. Nadie notó que yo había pertenecido a ese hogar y no se opusieron a mi ayuda. Durante meses trabajé ahí y logré hacerme amiga de la secretaria, una señora de unos 56 años con una pésima vista y audición terrible. Era lo más cercano a una amiga que había tenido. Un día su esposo falleció y ella decidió tomarse unos días libres para pasar las penas. En el orfanato no había mucha actividad, pero aún así necesitaban a alguien como secretaria. Me preguntaron si, debido a mi familiaridad con Jess, la secretaria, podía reemplazarla durante los dos días que estaría ausente. Esa era mi oportunidad de entrar a los registros. Acepté y logre encontrar mi nombre y también el nombre de mis padres.

Sebastian me miraba intrigado, estaba expectante de la continuación de mi historia. Yo por otra parte necesitaba tomar aire, ya que se acercaba la peor parte de la historia, desde mi punto de vista.

—Cuándo volvió Jess volví a tener más tiempo libre así que decidí dirigirme a la dirección que según los registros era la actual ubicación de mis padres.

Esperaba encontrar una casa mal construida, apenas sostenida con unos palos. Pero en su lugar había una gran casa que perfectamente podía ser llamada una mansión. Al comienzo pensé que era un error, ya que en uno de los árboles de la propiedad había una chica que parecía tener mi misma edad. Tenía el cabello negro y las facciones bien definidas. Me quedé contemplando a esa chica que tal vez era mi hermana. Lo único que realmente sabía de mis padres eran sus nombres: Marta y Clark. Cuando vi a un hombre bajarse de un costoso auto pensé en gritar "Clark" para verificar si era él, pero no fue necesario. De la gran casa salió una mujer con el cabello rubio y las facciones muy parecidas a las mías. Corrió para encontrarse con el hombre que se había bajado del auto quién la recibió con los brazos abiertos, la mujer lo beso y luego le dijo "Oh, Clark. Te extrañe tanto. Isabella estuvo todo el sía quejándose, cree que por tener 15 años puede mandarse sola. Ve a hablar con ella por favor, es a ti al que siempre escucha". El hombre le sonrió a su esposa y le dijo algo que no logré escuchar desde mi escondite detrás de un árbol y luego se dirigió a hablar con su hija, quien también lo recibió con un abrazo.—Supuse que mi cara de decepción estaba marcada en mi rostro, ya que Sebastian me miraba con lástima, odiaba que la gente me tuviera lástima.— En ese momento me di cuenta que no había forma lógica de saber por que me habían abandonado, tenían una hija de casi mi misma edad y una vida acomodada. Siempre me pregunto si tal vez simplemente decidieron escoger por mi que yo no sería lo suficiente buena para pertenecer a esa familia— Las lagrimas caían y yo no hice ningún intento de detenerlas— Ese día corrí de vuelta hasta la casa de mis padres que no entendieron por que llegaba llorando, después de todo estaba haciendo solo un trabajo en la biblioteca, o eso creían. Los abracé y les agradecí por darme la oportunidad. Por quererme sin conocerme. Por permitirme ser parte de su familia incluso cuando se podría decir que era una intrusa en ese lugar.

— Me sorprende que fueras tan fuerte para superar algo así.

— ¿Y quién dijo que lo superé?

Sebastian me miró confundido.

— ¿No lo has hecho?

— No de la forma que me gustaría. Para intentar dejar de pensar en eso te comencé a escribir y digamos que no terminó del todo bien.

Sebastian se sonrojó.

— Pues entonces yo te ayudaré, después de todo tu me motivaste a seguir con mi vida y a no dejarme vencer por los demonios del pasado. Yo te ayudaré a superar tu propio pasado. ¿Estás de acuerdo?

Me tendió una mano que dudé en estrechar, pero luego de unos segundos se la tomé y sonreí. Este final era mejor al que me había imaginado.

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Si, como lo escuchan, este es el fíiiiiiiiiin. De verdad muuchas gracias a todas esas personas que leyeron, comentaron y votaron. Mi corazón estará siempre con ustedes.

Es el final de esta historia pero recuerden que siempre estoy creando más y más, así que nos volveremos a leer... Un beso gigante y nos leemos pronto *

Sebastian TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora