Capítulo 1

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Pablo

—Hermano ten cuidado, es la última vuelta y el dinero es nuestro.

—Tranquilo, nadie me gana, y menos ese imbécil.— Corte la comunicación. Ese era Bastian, era más que mi mejor amigo pero a veces era un idiota.

Veo que me quiere pasar. Ja, ni lo piense. Le piso al acelerador, llego a 140 pero en realidad estoy acostumbrado a esa velocidad, ese Camaro no va a superarme.

Se aproxima la curva y empiezo a desacelerar, si no lo hago me iré de frente y posiblemente choque con algún montículo de tierra, ya que las carreras no eran del todo legales, no podían hacerse en carreteras concurridas.

Al parecer el otro corredor, ya que nunca pido nombres solo su dinero, se le ocurre lo opuesto que a mi, cree que lo estoy dejando ganar y acelero más.—Mala idea— dije para mi mismo.

A lo lejos divisó a su auto derrapar y empiezo a reírme, aunque quiera ganar creo que ese Camaro merece un mejor trato que ese idiota, de seguro es un estúpido niño rico que cree que puede correr. En ese momento la estática se siente en mi oído y Enrique dice.— Te recuerdo que nosotros también somos niños ricos idiota.—Siempre tan oportuno con tus comentarios Del Carpio—Su risa se corta y yo también río, tiene razón.

Entro a la curva e intento estabilizarme lo más rápido que puedo, una maniobra en falso y se acaba todo. Lo consigo y pongo tercera. Puedo ver la línea de meta. 500 metros. 100 metros. Gané.

Freno con toda la elegancia del mundo y me acerco a la caja, donde recojo mi dinero. Miro al equipo contrario con petulancia. Ellos me miran con odio, supongo que es obvio luego de llevarme 20000 euros ¿o no?

— ¡Pablo! —escucho a alguien llamarme, una chica para ser exactos. Es toda plástico. Por delante y por detrás. Asqueroso.— Hola, em... No te conozco.
— Pero yo si primor, podemos ir...
— Él es mío perra.
— ¿Qué?
— Me ama a mi, largo.
— Yo.. Lo siento, no sabía qu-que eras gay. L-Lo lamento.— Dicho esto se fue, hecha un tomate para aclarar. Miro a mi mejor amigo con toda la seriedad que puedo en ese momento pero al ver su cara roja de tanto aguantarse la risa no puedo más y río con él.

— Eres todo un idiota Bastian.— Te encantó.

Fuimos hacia donde estaban nuestros amigos. En realidad eramos como familia, todos corríamos y lo hacíamos muy bien. Nadie nos ganaba. Estaba Cristianno como siempre acompañado, creía que quería algo con Julieta pero por lo visto no fue en serio, ella estaba al otro lado con un chico...ah no, eran gemelos. Eso me hizo sonreír, si ella sabía jugar.

A su costado estaba Antonella, casi siempre la veía con Julieta, eran mejores amigas y hasta mas pero ahora que habian penes de por medio la veo con Ademir, eso es algo raro ya que ellos lo habían intentado y no habia resultado. Fue horrible y más porque somos muy como una gran famiila y no pudieron tener su luto.

Bastian como siempre quiso tomar protagonismo:— ¡Familia, nuestro ganador! —Escucho vítores y demás. Pero lo único que me importa es ella. Arianna. Pero no la veo, que raro.— Aria esta en el baño, ya viene, dios ya deja de estar babeando, eres peor que Bastian.— Micaela siempre tan directa.— Shh.

—No le diré si es lo que quieres, solo quiero que no dañes tu amistad, aclara las cosas. ¿Bien? Sabes que no eres el único que la quiere.

—Si mamá.

—Te recuerdo que soy su mejor amiga idiota.

Mierda, tenía razón. Escuche su risa mientras se alejaba hacia su novio. No había momento en mi vida donde no supiera que estuvieran juntos. Ella y Enrique eran como nuestros padres, eran los mayores por casi un año y no dejaban que se nos olvide.

Me aleje un poco del grupo para encender un cigarrillo, no siempre lo hago pero tengo mis momentos. Claro que si me vieran ganaría una gran discusión, ninguno de los chicos estaba a favor del cigarrillo.

Mientras daba una calada divisé a Aria, en realidad era hermosa y los pantalones de cuero que tenía no ayudaban mucho. Tenía que hablar... ¿Que?

¿Porque demonios estaba con ese imbecíl?

Hermandad por SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora