Capítulo 6

117 35 13
                                    

Pablo

Pasaron dos semanas desde la última vez que hablé con Aria, luego de esa noche la ví quedarse dormida, iba a dormir junto a ella pero estaba sin camisa y para cuando Micaela entro a verla y me encontro así me jalo de las patillas y me sacó. — Ella no va a follar hasta que se casen, maldita sea que aguantado.— me dijo susurrando, me dejo en el cuarto de al lado y se fue riendose.— ¡Loca!— Recibí un dedo medio por ello.

Luego de ello no pudimos hablar con Aria, Cristianno nos comentó que sospecha algo pero no quiere saber mas por ahora, cuando llegue el momento nos preguntara, lo que ella decida para mi esta bien siempre y cuando pueda mantenerla a salvo.

Ahora estoy en el bar de la fiesta de un muchacho con, al parecer, muchisimo dinero,dinero sucio ya que es socio de nuestra victima, conocido como Montenegro: un corrupto funcionario del gobierno. No soy invitado pero en realidad nunca me han pedido invitación o nombre, siempre voy vestido para la ocasión.—Hermano concentrate—. La voz de Bastian resuena en mis oídos, literalmente, tengo un pequeño audífono allí, al igual que el resto de los chicos, no estamos aquí para divertirnos, estamos trabajando.

—Recuerdame otra vez cuanto ganaremos.—Escucho la voz grave de Ademir y río.

—Cinco por cabeza, no te hagas el ímbecil, Anto ya te dreno por completo— dice Enrique y luego se da cuenta del error que ha cometido al escuchar la voz de la susodicha.

—Mira papito sigue con esas taradeces y vas a ver como tu partecita desaparece magicamente.— Ella corta la comunicación, la veo por el rabillo del ojo junto a las demás, esta tan roja que cualquiera la confundiría con el culo de un mandril.

—Esta bien, lo siento. Ya saben el plan, Chicas usteden tienen que distraer a la seguridad, tienen que hacer lo que sea, aunque pensandolo bien amor, tú no.—idiota. Sigue.—dice Mica.

—Te amo. Mientras hacen eso, Ademir y Cristianno van a llevar al hijo de puta hacia el cuarto de servicio. Bastian, Pablo, ya saben que hacer. Cuando este todo terminado, apagaré las luces por cuatro minutos, conociendolos van a huir a tiempo, en ese tiempo vaciaré completamente las cuentas de ese idiota y nos vemos todos en mi casa a celebrar nuestros millones. ¿Alguna pregunta?.

—¿Cuántos condones me podría comprar con cinco millones?— Dice Cristianno.

—Cerdo.— Dice Julieta con la voz entrecortada.

—¿Por qué? No quiero que quedes embarazada antes de casarnos hermosa.— Le refuta aguantandose la risa y corta la comunicación. Todos nos damos cuenta cuando Julieta grita improperios y las chicas tienen que tranquilizarla.

Vuelvo a mi bebida, una simple Budwieser, espero a que sea la hora que acrodamos. Miro mi reloj, faltan dos minutos. En ese momento esucho a personas caminar, juntas, son la seguridad de Montenegro, el que debemos matar.

Según su expediente es uno de los ex-parlamentarios más corruptos que hemos tenido, tiene muchos enemigos y uno de ellos contactó al padre de Cristianno, él nos avisó que teníamos que hacer, por lo que se, su padre es el único de todos los demás que sigue con vida y no puede tener una relación decente con su único hijo, solo hablan por esto, por el estúpido trabajo, que nos dará millones, tengo que recalcar. El objetivo es bastante alto y tiene buena forma, para no trabajar tiene un buen traje y varios anillos de oro, es un buen especimen masculino, si no fuera un desgraciado hasta podría ser mi competencia.

Miro hacia las chicas y estan completamente embobadas con el blanco, Micaela pone los ojos en blanco y las llama, en ese momento pasan los dos minutos y todas cambian de cara, Julieta y Antonella suben su falda y ajustan mucho su escote, Micaela se suelta el pelo y se muerde los labios para que se vean mas rojos y las sigue por detrás, todas caminando meneandose al ritmo de la música.

Por el micro escucho a Ademir toser, volteo a verlo y Cristianno se esta burlando de él pero cuando ve a Julieta se le borra la sonrisa y aprieta mucho los puños, adoptando la postura de Ademir.

Como era de esperarse, las chicas empiezan a menearse muy seductoramente cerca de los cuatro hombres de seguridad, quienes no pueden dejar de mirarlas. Ellas se mueven hacia el piso y de vuelta, los hombres las siguen con la mirada. Montenegro se da cuenta de ello y ríe los llama, vayan y disfruten, parece que dijera. Se acercan a las chicas quienes rapidamente agarran a uno y pareciendo aguantadas los llevan a diferentes lugares, Julieta se lleva dos.—Pobre que alguno de esos ímbeciles le ponga un dedo encima.—Me río escuchando la voz de Cristianno al igual que Enrique por el micro.

—En momentos como estos adoro que Aria no sepa nada de esto.—Digo lo mismo hermano.—Me dice Bastian divertido.

Es el momento de Ademir y Cristianno.

Me paro y termino mi cerveza, al otro extremo Bastian termina su bourbon y se adelanta giando el paso por el fondo del pasillo que esta detrás de la imponente escalera, lo sigo y veo como Cristianno amordaza al blanco mientras Ademir lo levanta sin que nadie vea, estan avanzando hacia nosotros, escucho un golpe entre toda la música, Cristianno se soba la mejilla y le tira otro puñete al idiota ese.

Llegamos a la habitación un minuto y medio antes que ellos, tiempo suficiente para sacar mi cuchilla, usar una pistola causaría mucho ruido y no necesitamos eso ahora. Al igual que Bastian, nos remangamos la camisa,nos ponemos nuestros guantes especiales para no dejar marca alguna en caso de excedernos un poco, nos miramos y el bien maricon me guiña un ojo a lo que le mando un beso. Nose que haría sin él, es toda la familia que tengo.

Entran los chicos junto a Montenegro, quien escupe sangre a nuestros pies y se ríe, con la boca sangrienta.— Tanto se han demorado en querer matarme y me mandan a ese grupo de idiotas inexpertos.—Luego de eso ríe, hasta que ve a Cristianno, a lo que se queda callado. Muy serio.

—Tu eres un Castillo, ¿no es cierto?

Espera ¿Qué? Eso no es posible...

—¿Qué?

—Por supuesto que lo eres, eres el hijo del desgraciado que mato a mi familia ¿no?. Si ¡Tu padre fue un hombre con mucha suerte, siempre tuvo lo mejor! Y tu tambíen. ¿Dime cual de las chicas es la tuya? ¿La despampanante morena?

—No hables de ella ímbecil. De. Ninguna.—Dice Cristianno controlando su voz.

—Si que lo es, debe ser una perra en celo en la cama ¿eh?

En ese momento Cristianno se acerca a él y le clava su propia cuchila en una pierna, y rasga por completo.— ¡Te dije que no hablaras de ella maldito!

Montenegro hace una mueca pero no grita.— Antes de que me mates tengo algo que decirte,—dice con una sonrisa— esto es solo el comienzo, esperaba con ansías poder vengar todo lo que hicieron tu padre, Bianchi y los demás bastardos.

En ese momento yo me adelanto y arranco la cuchilla de Cristianno clavandola en su estómago. — No hables de mi familia. Nunca. Bastardo.

Gime.— Oh, miren ustedes son ¿no?, los que se escondieron y nunca pudimos matar, tú eres el hijo de Guerra, tienes sus ojos. Por cierto ¿Cómo esta él?

Estoy a punto de partirle la madre pero Cristianno se adelanta: —¡Muerto al igual que tú por hablar de alguno de ellos hijo de puta!— él explota y agarra mi cuchillo, lanzandolo direto a su frente, matandolo en el acto.

—Mierda Cristianno...

—Vamonos.

—Pero...

Las luces se apagan, tenemos cuatro minutos. Todos salimos corriendo y nos dirigimos a la puerta trasera donde estan nuestros autos. —Pasillo, derecha— Dice Enrique por el micro.

Cuando llegamos allá las chicas están arrancando causando mucho ruido, Antonella en su Aston junto a Julieta y detrás esta Micaela y su Lexus, corriendo sube Ademir y Cristianno, antes de que termine de entrar ella arranca. Bastian corre hacia su Lamborghini y enciende el motor que ruge a la vida, lo sigo y subo arrancando casi al instante.

—Trabajo hecho— digo y todos reímos.    

Hermandad por SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora