- ¿Qué es lo que eres? - Preguntó asustada, tenía sudor en la frente y le escurría por las sienes, tenía la respiración agitada como nunca antes, y en lo único que podía pensar es en el futuro, su futuro se vería afectado después de esta revelación.
- Si después de esto, algo entre nosotros cambiará, quiero que sepas que te amo, y gracias por hacerme una persona mejor. - Ella cerró los ojos y una lágrima de dolor recorrió su mejilla. - Perdóname por no ser sincero desde el principio...
- Ya por favor, esto es como una tortura para mí, ¿por qué lo haces más difícil? - Lágrimas aparecieron en sus ojos cada vez más fríos y distantes.
- Yo soy... Un hombre lobo - Él la miró triste, ya podía sentir su rechazo. - Prometo alejarme, y si nunca más quieres verme lo entiendo.
- Travis, ¿cómo pudiste ocultarme algo así? - Karen sentía que le faltaba la respiración, estaba segura que en algún momento se desmayaría pero quería escucharlo.
- Justo por esto, me rechazas, te doy asco... - Se le quebró la voz, él no había elegido ser así, incluso el rechazaba su condición, podía vivir con eso, pero lo escondía de los demás, sabía que era abrumador y eso afectaba el relacionarse con la demás gente.
- Lo siento - Ella se dió la vuelta y comenzó a marcharse, él caminó tras ella manteniendo siempre su distancia.
- Karen, espera. - Ella volteó, él casi choca con su ahora ex novia.- Te amo, y eso nunca cambiará.
- ¡Ya basta, Travis! - Gritó y lo empujó con todas sus fuerzas, la ira la estaba consumiendo, él ni siquiera se movió de su lugar, Karen gritó frustrada. - Te odio, lárgate, no te quiero ver nunca más. - Las lágrimas le quemaban los ojos, rojos ya.
- Si eso es lo que quieres... Adiós.- Despareció entre la espesura del bosque.
Al quedarse sola no pudo más y se tiró al piso sollozando. Si lo hubiera sabido desde el principio tal vez lo hubiera entendido y aceptado, lo que más le dolía era su mentira.
Cuando Karen y Travis se conocieron ella no podía dejar de mirar esos ojos salvajes color azul, había algo peligroso en él, como un halo que lo rodeaba siempre. Una vez cuando Patrick Spencer la persiguió por el bosque un lobo albino la defendió, ella nunca lo había pensado hasta ahora que estaba segura que se trataba de Travis.
Se quedó hecha un ovillo durante casi una hora, cuando escuchó pasos.- ¿Travis? Perdóname, yo... - Volteó la cabeza y se encontró con Vanessa, su mejor amiga.
- Travis me llamó, ¿qué haces aquí? - Karen corrió a los brazos de su amiga, ésta le hizo cariño en la espalda, se tragó el nudo en su garganta.
- Terminamos, Vane. Ahora qué voy a hacer, él era todo para mí y presiento que es mi culpa, le dije que lo odiaba, ¿pero sabes una cosa? Lo amo y lo necesito.- Comenzó a llorar como una bebé, mientras Vanessa le acariciaba la espalda.
- Ve a su casa.
- Ya es demaciado tarde, me dijo que si le decía que desapareciera lo iba a hacer, lo lastimé, y también a mí misma, soy una Idiota.- Sorbió la nariz y se apartó con los brazos cruzados.
- Vamos a su casa, le llamaré y le diré que no te encontré, que lo veo en su casa y tu vas en mi lugar.- Sonrió cómplice.
Sin pensarlo dos veces Karen subió a su moto.
- Está bien, llámale.
Vanessa sacó de su bolso un celular y tecleó el número de Travis, después de cinco timbres contestó.
- ¿Cómo está?
- No la encontré.
- Búscala bien.
- Ya lo hice, donde me dijiste y a los alrededores.
- Tal vez se fué a casa.
- Tal vez. Necesito hablar contigo.
- ¿De qué?
- Te lo digo cuando llegue, estoy yendo a tu casa.
- No estoy ahí.
- ¿Y dónde estás?
- No puedo decirte.
- Travs...
- Me voy del pueblo.
- Hey, hey, hey, no puedes dejar a mi amiga así...
- Ella terminó conmigo.
- Dale una semana para arrepentirse.
- Me rompió en mil pedazos, me odia.- Se le quebró la voz.
- No vayas a hacer nada estúpido, dime dónde estás.
- Vanessa, voy a colgar.
- Travs, por favor.
- Voy a estar en mi departamento haciendo mis maletas.
- Lo sabía, te veo en cinco.Cuando volteó a ver a Karen ésta ya se había alejado dejando una nube de polvo.
Karen saltó de la moto antes de que parara, abrió la puerta del edificio con la llave que Travis le había dado, subió las escaleras saltando de dos en dos cada escalón , al final del pasillo se encontraba su puerta, corrió sin detenerse, giró el pestillo y entró, Travis estaba sentado en la sala doblando su ropa, al verla casi sonríe, pero Karen notó que había llorado, se maldijo por eso.- ¿Qué haces aquí, Karen? - Dijo Travis sin despegar sus ojos de su trabajo.
- Perdóname, soy una...
- Demaciado tarde, hice una promesa y... Oye, deja eso.- Ella se había parado a su lado y sacaba la ropa recién doblada de la maleta y la tiraba al suelo, él le arrebató un par de jeans grises y los volvió a meter, así estuvieron un rato hasta que Travis le agarró las muñecas a Karen.- Te estás comportando como una niña.
- Deja esto ya, Travis.- Estaban demaciado cerca, cada uno podía sentir el aliento agitado del otro, a Karen le quemaba, quería besarlo y acabar con todo eso de una vez.- Perdóname.- Karen, yo soy un hom... - Ella lo besó, necesitaba eso, lo amaba, Travis le respondió apasionadamente y la tomó de las caderas, acercándola a él, se necesitaban, Karen se sentó en el sofá con él encima de su cuerpo, cuidadosamente apoyado para no aplastarla, el beso subió de intensidad y ella pasó las manos por debajo de la camisa de Travis y acarició sus pectorales, él gruñó y la empujó suavemente para que quedara acostada por completo en el sofá.
- Dime que sí.- Dijo Karen sin separar sus labios de los de Travis.
-Sí Karen, perdóname tú a mí.
Se amaron.
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Mis Vidas.
Short StoryLas personas sueñan, lo hacen incluso sin darse cuenta. Yo escribo sus sueños, los pongo físicos, ya no son un recuerdo o una idea vaga, son una realidad que tal vez si te sumerges, te persiguen.