Desde que tuve la oportunidad quise hacerlo, sentía que lo quería y que él era el indicado. Quería hacerlo.
La primera oportunidad que tuvimos fue un día lluvioso, casi nos acababamos de hacer novios, llevábamos dos meses. Le llamé al celular, yo estaba sola en casa, mis padres se fueron a la playa con mi hermano, yo me quedé después de poner un pretexto estúpido que ahora no recuerdo, pero la intención real era pasar las vacaciones de invierno con mi chico; contestó al primer timbre.
-¿Nena?- Ésta era la primera vez que me llamaba de esa manera, y he de decir que me encantó, le salió natural, de hecho su tono de voz fue preocupado, creo que porque le llamé a las 11 de la noche.
-¿Podria ir a dormir a tu casa?- Lo dije rápido, estaba avergonzada, tenía miedo de estar sola en casa, estaba lloviendo, y la cereza del pastel, le tenía una fobia inmensa a constar el teléfono fijo. Ir a su casa fue lo único que se me ocurrió en ese momento, no quería lidiar con nada que tuviera que ver con el estar sola.
-¿Te sientes mal?- Otra vez el tono preocupado, sonreí.
- No es eso, es solo que tengo un poco de miedo de estar sola en casa...
- Voy por tí.
Casi acababa de colgar cuando oí el claxon de su auto, ahora me imagino lo rápido que habrá conducido; después tocó el timbre, abrí la puerta y lo bese.
- Vamos.
Llegamos a su casa, su madre me miró y me sonrió, nos habló unas horas a cerca de los límites y las consecuencias de tener hijos a nuestra edad, fue incómodo, pero después de eso nos dejó en paz.
- Veo que no trajiste ropa - dijo Daniel algo cansado, eran la una de la mañana ya.
- Llegaste demaciado rápido, perdón.
- Te prestaré algo.-Fué a su armario y agarró una camisa de algodón blanca, me la dió.
- Gracias, enserio no me quería quedar en casa sola.
-¿Por qué no te llevaron tus padres?
- Yo quise quedarme para estar contigo - Lo besé, el me devolvió el beso, creo que me estoy enamorando de él, nunca pensé que vaya a pasar por cómo me pidió que sea su novia, lo hizo en la escuela atrás de la cafetería, yo nunca lo había visto, pero me gustó, me gustaron sus pecas y su valentía.
Me quité la blusa y el pantalón, me metí la camisa blanca y me deshice del brassier; Daniel se quitó la camisa y el pantalón quedando en boxers, lo miré y me acerqué a él, él me miró y sonrió, lo besé. Entré al baño y me lavé la cara, después él hizo lo mismo. Me acosté en la cama y lo esperé.- Estás hermosa - Me dijo mientras se acomodaba a mi lado. Sonreí y me giré recostada de un lado para mirarlo a los ojos, quería hacerlo, le acaricié la mejilla y bajé por su mandíbula, era muy guapo, él cerró los ojos mientras mi mano bajaba por su pecho y se detenía en sus pectorales. Me acerqué más y comencé a besar su cuello, él me abrazó, y se separó un poco para juntar nuestros labios en un beso, lo necesitaba, me senté en sus caderas en medio del beso y comencé a moverme un poco, él me detuvo.
- No veniste a mi casa para esto ¿cierto? - No lo había hecho, pero si quería. Suspiré, los dos éramos vírgenes, sabía que él también quería, se veía, pero me respetaba lo suficiente, tal vez él lo quería hacer especial.
- No, pero podemos...
-¿Realmente quieres que así sea?- Pude ver la frustración en sus ojos, me abrazó.- Te mereces algo mejor que esto.
- Te quiero - Lo besé, él se separó, lo volví a besar, seguía encima de él, él cambió de posición, ahora él estaba arriba, seguimos besándonos, pasé mis manos por su espalda y más abajo en sus muslos, él metió sus manos debajo de la camisa, y me acarició.
- Yo también te quiero - Dijo sin aliento y me abrazó.
A la mañana siguiente desperté más feliz que de costumbre, él estaba a mi lado durmiendo con un brazo encima de sus ojos cubriéndose de la luz, lo besé, se despertó.
- Daniel, no te quiero.
-¿Que?- Dijo confundido por el sueño y por lo que le dije.
- Te amo - Lo besé, llevábamos poco tiempo, pero después de lo de ayer era lo único que podía sentir, nunca nadie hubiera hecho algo así por cualquiera, me sonrió.
- Yo también te amo.
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Mis Vidas.
Short StoryLas personas sueñan, lo hacen incluso sin darse cuenta. Yo escribo sus sueños, los pongo físicos, ya no son un recuerdo o una idea vaga, son una realidad que tal vez si te sumerges, te persiguen.