Abre los ojos perezosamente, distinguiendo borrosamente el verde césped donde debió de quedarse dormida sin siquiera darse cuenta, respira tranquila sin sentirse desorientada ni nada similar, se encuentra recostada de lado e incluso frota su cabeza contra el césped como si este fuese su cojín, buscando una posición más cómoda para continuar durmiendo como hasta hace unos instantes.
—¿Finalmente despertaste, dormilona?
Siente que sus párpados se cierran a pesar de que escucha como se dirigen a su persona, una voz femenina suave y agradable, con un toque burlón, aquella a la que está tan acostumbrada de escuchar y que le hace ronronear entre sueños de felicidad, por el simple hecho de poder escucharla a su lado.
—Siempre has sido de sueño pesado, Hi-ka-ri.
Sonríe medio dormida a la vez que acerca su mano zurda más cerca de su pecho, con la intención de tenerla lo más cerca posible de su pecho para sentirse más cómoda al momento de dormir una vez más, sin la más mínima intención de despertarse por el momento.
La de cabellos largos y rubios se acercó a la bella durmiente con una sonrisa que demostraba lo gracioso que le parecía la situación. Tenían ya más de una semana de haber arribado a la región de Alola, el problema tras la llegada había sido —sin duda alguna— el horario y la clase de clima a la que obviamente no se encontraban acostumbradas. Sinnoh se encontraba al norte de Kanto, por lo que independientemente de la estación del año solía ser más fría que el resto de regiones —tal vez, solo igualada a Teselia cuando era otoño o invierno— mientras que Alola se encontraba al sur de Kanto, lo que la volvía una región cálida durante todo el año.
—Vamos linda, hay que continuar con el trabajo, o al menos llegar hasta el hotel para que duermas en una cama.
—Aquí estoy bien para dormir.
Cynthia aguantó —como pudo— el agarrarse a reír tras escuchar la adormilada voz de su joven acompañante finalmente reaccionar a sus llamados de una forma que no fuera el volver a acomodarse en el césped para seguir durmiendo. Debido a la pronta inauguración del famoso Árbol de combate, su presencia había sido requerida con una semana de anticipación que su novia, la cual llegó debido a un pedido hecho por el profesor —aunque en realidad habían sido unas vacaciones indirectas, pero no diría nada— para observar e investigar el tiempo de crecimiento de las bayas. Ninguna de las dos campeonas de Sinnoh sabían qué utilidad sería para el profesor tal información, pero sin ganas de contradecir en lo más mínimo, simplemente habían comenzado a llevar a cabo el registro esperado.
—Vamos Hikari, arriba~
Llamó una vez más la rubia, finalmente pasando un brazo por debajo del costado donde se encontraba durmiendo Hikari y el otro debajo de sus piernas, con la clara intención de cargar a la de cabellos azulados y llevarla en brazos hasta la cama de la habitación del hotel donde se encontraban residiendo actualmente. Irónicamente, aquel cambio de comodidad ocasionó que la adolescente finalmente despertará, entreabriendo los ojos para ver el rostro sonriente y brillante de su novia, quien finalmente había comenzado a emprender su camino con dirección al hotel.
—Cynthia...
Murmuró, mientras suspiraba, sin despegar su vista del cabello rubio que se movía al compás de sus pasos que incluso de noche parecía brillar. Una vez más cerró los ojos, con la vista del cabello tatuada en su mirada y el cielo nocturno como fondo para una fotografía perfecta, así, medio dormida como se encontraba —tal cual como todas las mañanas— no pudo evitar llegar a la conclusión de que Cinthya brillaba como el sol, no la luna, no las estrellas, sino el sol, tan radiante y dorado que acapara su mirada sea la hora que sea.
—¿Dijiste algo Hikari?
Pregunto curiosa la campeona vestida de negro, notando entonces como nuevamente la adolescente se había vuelto a quedar dormida, aunque con la diferencia de que ahora había ocurrido en sus brazos.
—Tu no tienes remedio.
Detuvo un momento su camino para agachar ligeramente su rostro y darle un beso a su novia.
No. Sin duda alguna, su novia no funcionaba como en los cuentos de hadas…
Dormir al lado de Hikari —o mejor dicho que se quedara dormida a su lado— significaba un arduo batallar para hacerla despertar.
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Dormir a su lado significaba...
FanfictionDormir al lado de aquella persona tan especial y amada por uno tenia un costo, en unos mas y en otros menos, pero, sin duda alguna... Valia la pena. Varias parejas: 8 de 8 Todas en los tags.