De regreso al mundo real

728 108 6
                                    

—¡Dara!— escuché a mi madre gritar, no pude evitar poner los ojos en blanco.

—Mi nombre es Adara, con una A al principio.—

—Parece que mi ratoncito se ha vuelto una neurótica ahí dentro— dijo mi padre riendo.

—¡Papá!- alcé la voz - Ya no soy una niñita de seis años—

—Dejar de quejarte y vamos rápido que hecho una reservación en el mejor restaurante que ofrece este lugar— dice mi papá haciendo señas para que me acerque a él.

—No puedo ir así- dije mirándome, llevaba puesto unos pants holgados con una camiseta aún más holgada - Parezco una loca.—

—Eso no es problema- dice mi madre tendiendome una bolsa- Ya sabes que tu madre piensa en todo, vayamos adentro del auto para que te cambies.—

Después de pasar un difícil cambio de ropa en el auto, mi padre nos llevó al restaurante, era muy lujoso, esa era la razón para que mi madre me hiciera poner un vestido, no me gustan, pero supongo que debo de hacer cosas nuevas ahora que estoy renovada.

No tardamos en llegar, un hombre en la entrada nos dirige a nuestra mesa, después de ordenar nuestra comida un silencio incómodo invade la mesa.

—Y bien Adara- dice mi papá en modo indeciso- ¿Qué piensas hacer ahora?—

—Pues he pensado en continuar con mis estudios- ambos se miran sonriendo- ¿Qué, por qué se miran así?—

—Bueno ambos supusimos que dirías eso y me he tomado la molestia de mover mis influencias para que termines tu bachillerato solamente presentando unos exámenes- dice mi padre con una sonrisa en el rostro- Ese no será problema para tí, tú siempre has sido muy lista, después de que pases esos exámenes podrás prepararte para presentar examen de admisión en la universidad.—

Estoy tan sorprendida que solamente puedo decir un simple gracias, mi padre siempre solucionaba todo antes de lo esperado.

—¿Te sientes bien, querida?— dice mi madre con un rostro de preocupación.

—Solamente algo sorprendida, no esperaba que eso se solucionará tan rápido, creo que tengo que ir al baño- me levanto de la silla rápido- Vuelvo en unos minutos— y me dirijo al baño.

No tardé mucho en llegar, pero lo primero que ví fue mi reflejo, en el hospital no había espejos, así que es la primera vez que me veo en tres años, no es por alardear pero esos tres años me hicieron bien.

—Claro que no, sigues igual- lo veo en el espejo- tal vez te hayan crecido las bubis y el trasero, pero sigues siendo el mismo ratoncito, delgada hasta los huesos, con ese pelo mal arreglado y tus ojos hundidos— dice con su típica sonrisa sarcástica.

—Mis ojos están así porque anoche casi no dormí, además no pedí tu opinión, me caías mejor antes.—

—Antes de que te enamoraras o antes de saber que sólo soy producto de tu mente— usaba ese tono sarcástico que tanto odiaba.

—Antes de crearte, ahora vete que alguien puede verme hablando contigo.—

— Mejor dicho que alguien te vea hablando sola— como me choca este tipo.

Después de reírse fue desapareciendo hasta quedar sola en el baño.

Escucho como se abre la puerta y veo entrar a una chica de mi edad, tiene el cabello rubio y una piel bronceada, se me queda viendo.

—¿Adara?— dice un poco insegura

— ¿Me conoces?—

— Íbamos juntas en el bachillerato.—

— Lo siento pero no te recuerdo.—

—Era de esperarse, ya sabes te la pasabas todo el día sola— parece inmutarse.

— No te preocupes— dije despreocupada

—Te perdí el rastro después de que…- se ve apenada-  bueno te internaron.—

—Si, de hecho me acabo de escapar del hospital- parece sorprendida- No es cierto— digo con una sonrisa, ella finge una, esto de la comedia no se me da.

—Bueno nos vemos— dice mientras se mete a un cubículo y yo salgo para encontrarme con mis padres.

—¿Por qué tardaste tanto?— pregunta mi madre quien ya ha comenzado a comer.

— Me quedé hablando con una compañera del bachillerato- mis padres se miran con preocupación- No se preocupen es real, miren ahí va—digo señalando a la chica que acaba de salir del baño.

Después de eso no hubo nada más interesante de qué platicar, volvimos a casa de mi madre y me instalé en mi habitación, sigue exactamente como la había dejado, mi vida sigue como la había dejado, totalmente monótona y aburrida.

Mi Compañero ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora