La luna

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— ¿Hola? — Escucho una voz grave a lo lejos, mientras sigo con la boca abierta, literalmente.

— ¿Adara? — Dice Cynthia mientras toma mi hombro y me sacude suavemente.

— Perdón, es que me recuerdas mucho a alguien, de hecho te llamas igual — digo un poco apenada hacia el chico ignorando a Cynthia.

— Ya no más — dice Johnny molesto — Pero qué coincidencia tan grande, seguramente ya lo conocías por eso me has llamado así, ¡me has hecho exactamente igual que él! —

— No sé si estoy hablando con mi rebelde sin causa o con Martha Stuart — pienso mientras pongo los ojos en blanco.

— Gusto en conocerte— dice John mientras se va acercando a mí para darme un beso en la mejilla.

— Me llamo Adara — digo separándome para que no me bese y le estrecho la mano.

— Sí, Cynthia ya me había hablado de ti — contesta estrechando mi mano.

— ¿Enserio? — volteo a verla.

— Si, le había comentado que me había encontrado a una vieja amiga — dice mirándolo con reproche.

— Bueno, vayamos a dar ese paseo— dice John cortando la conversación y caminando hacia su auto, es un convertible color rojo, muy llamativo para mi gusto.

— Vamos antes de que Adara se arrepienta— Cynthia comienza a correr hacia el auto y yo detrás de ella.

Subo al asiento trasero mientras que Cynthia al lado de John, será que ellos tienen algo.

— Al parecer eso te importa tanto— veo como Johnny aparece a mi lado.

— Por favor deja de suponer cosas — pienso.

— Como no suponerlo si él es tu chico ideal, es tan guapo y tan interesante, ¡justo como lo imaginas! — comienza a reprocharme.

— Es la primera vez que lo veo, además esas características son lo que toda chica quiere, no te creas único y diferente, no eres tan especial como crees.

— No puedo creer que hayas dicho eso, mejor me voy, veo que ya tienes mi reemplazo— se desvanece.

—¿ No lo crees Adara? — dice Cynthia mientras voltea a verme.

— Perdón no te escuché.

— Le decía a John que lo mejor de esta ciudad es el mirador, la ciudad se ve espectacular desde ahí.

— Nunca he ido, pero he de suponer que así es.

— Yo creo que lo mejor de esta ciudad es La Luna— dice John

— ¿La luna? — contesto, creí que era misma en todas partes.

—¿No me digas que no has ido? — niego con la cabeza— Bueno es el mejor lugar para comer, sirven comida de todas las culturas, su lasaña es la mejor, además de que también es un karaoke, siempre hay concursos, me encanta ese lugar.

— Deberíamos ir, seguramente ahí está Jane — le dice Cynthia a John.

— Si Adara quiere claro que sí — veo que me mira en el retrovisor.

— Claro, por mí no hay problema.

— ¡Genial! — grita Cynthia— te presentaremos a Jane, ella trabaja ahí, es un poco ruda pero después de que la conoces puede ser la chica más dulce, además de que canta como los ángeles.

— Muy bien, entonces vayamos a La luna — dice John mientras aprieta más el acelerador.

Después de unos minutos llegamos, en la entrada salen y entran muchos chicos de mi edad, el lugar se ve repleto de luces, espero no quedar más ciega, Cynthia y yo bajamos y nos dirigimos al lugar mientras John va al estacionamiento.

Lo primero que veo al entrar es el gran escenario, hay un chico cantando mientras que en una gran pantalla que está atrás pasa el videoclip de la canción, él terminada y todos aplauden, hay muchas personas en un lugar tan pequeño, John llega con nosotras y nos dirigimos a una mesa que está justo al frente del escenario.

Una chica se nos acerca, es delgada con una piel blanca, pero lo que más resalta en ella es su cabello rojo, es un rojo claro, casi color naranja y hace que sus pecas resalten más en su cara.

— Hola chicos — dice cuando llega a nuestra mesa.

— Hola querida Janie — dice John burlándose.

— Odio que me digan así— le da un golpe en la cabeza que hasta a mi me duele y se sienta a mi lado.

— ¿Ya terminó tu turno? — le pregunta Cynthia.

— Si acabo de salir y a ustedes que los trae por aquí.

— Venimos a dar un paseo, por cierto te presento a Adara — dice mientras me señala.

— ¿Qué tal?— dice Jane

— Ho...hola — digo cabizbaja, no sé porque me intimida.

— Ella es una vieja amiga de Cynthia y es nueva en la ciudad — dice John.

— Claro — corta Jane mientras me mira.

— Muy bien entonces hay que ordenar — Cynthia llama al mesero.

No tardaron en traer la comida, ellos tres hablaban de diversos temas, quería meterme en la conversación pero no entendía mucho de lo que hablaban, John y Cynthia me hacían preguntas para introducirme pero mi nerviocismo me llevaba a respuestas cortantes, lo que terminó siendo un poco incómodo.

Después de un rato le dije a Cynthia que tenía que irme y John se ofreció a llevarnos, en el camino todo fue más cómodo para mí, no me costaba entablar conversación con Cynthia y John y el trayecto se me hizo más corto.

— Bien, hemos llegado — dice John.

— Muchas gracias por traernos, nos vemos después— le dice Cynthia mientras le da un beso en la mejilla y baja.

— Gusto en conocerte, gracias por… bueno por todo — digo mientras me bajo y camino rápido detrás de Cynthia.

— El gusto es mío pequeño ratón— dice en un susurro.

Mi Compañero ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora