6. En mis sueños

1K 48 7
                                    

Astrid estaba desesperada, el grupo la había seguido sin refutar nada, no habían preguntado el motivo de su espeso llanto ni por qué parecía estar a punto de desmayarse todo el tiempo. Cuando avistaron Berk ellos ya los habían visto, Estoico y Gothie parecían haber leído su mente, en los ojos de ambos se veía la tristeza y la desesperación que la propia Astrid admiraba en su reflejo.

—. ¿Donde está Hipo?—. Le había preguntado Estoico a Astrid sin mirarla cuando ella se había acercado a contarle.

—. En la isla señor—. Le respondió Astrid—. Pero yo quiero hablar de...

—. Ya se de que quieres hablarme, por favor sígueme—. Astrid se giró, todos la observaban buscando respuestas, pero ni ella sabía que decirles, Astrid siguió a Estoico y Gothie por una cueva alumbrada con antorchas—. Aquí es el lugar donde nació Hipo—. Le contó Estoico, Astrid observó un lecho, viejo y casi al borde de destruirse—. Hace casi 21 años un viajero llego a estas tierras, cuando Valka estaba en cinta, el predijo el futuro de Hipo, pero no le creí, le pedí que se retirara. Hipo es un heredero de Loki, destruirá todo lo que existe en el árbol de la vida. Destruirá a Odin mismo. Pero no quise creerle y ahora tu formas parte de esto, Gothie y bocón son los únicos que saben, ella me ayudó a contener el lado oculto de Hipo, pero como sabrás, ya es libre.

—. Señor yo...

—. Cargas el mal en ti niña—. La voz aguda y estridente de la vieja retumbó en la cueva, en los oídos de Astrid, la escuchaba hacer eco por todas partes—. Has aceptado el odio y la desdicha en tu cuerpo, permitiendo que robara tu pureza y te desgraciara con un hijo destinado solo ha causar daño y destrucción—. Gothie tocó el estómago de Astrid y por un efímero momento se sintió ser desgarrada—. Cargas a un monstruo por hijo.

—. ¿Qué?—. Pregunto Astrid confundida—. Es imposible.

—. No lo es, Hipo no es humano, no la parte que te ha embarazado—. Le explicó Estoico—. Será un embarazo fugaz, quizás sean días, como mucho una semana. Crece rápido, se alimenta de ti, de tu energía, te matará para cuando des a luz—. Astrid sintió un frío impasible correr por su espina dorsal, quizá era lo que Estoico le estaba diciendo, sintió un miedo irremediable.

—. No pasará—. Astrid se erizo al escuchar aquella voz, jocosa, con rabia, sarcástica—. Para cuando mi hijo nazca ya Astrid será mi esposa espiritualmente, una parte de mi, nuestro hijo no la afectará en nada—. Hipo abrazo a Astrid por la cintura, su padre trató de acercarse pero este lo amenazó sacando una espada, filosa, que bajo La Luz de las antorchas brillaba—. Cuidado padre, ya no soy ese niño tonto en el cual trataste de convertirme.

—. Hipo, déjala—. Le pidió Estoico.

—. Ella morirá con ustedes a su cuidado—. Dijo Hipo con sorna—. Es mía y estará mejor bajo mi cuidado.

—. Tu plan es descabellado, derrocar a los dioses—. Le dijo Gothie.

—. No hable vieja, desconoce claramente mis intenciones, pero sí, su momento ha llegado a su fin, los enviaré al mismo Valhalla, como a ustedes—. Pero antes que Hipo blandiera su espada Astrid se interpuso.

—. No, por favor—. Rogó bajando la mirada—. Me quieres a mí a tu lado, vámonos—. Hipo asintió.

—. No lo haré, solo porque tu lo pides mi lady—. Dijo Hipo sobando la mejilla de Astrid y besando su frente—. Aunque hayas tratado de matarme—. Astrid se sonrojó—. No olvidaré tu incidente de esta mañana.

—. Lo siento—. Se disculpó Astrid, Hipo la abrazo y por un efímero segundo Astrid sintió al antiguo Hipo, aquel que no quería derrocar dioses, ni matar a su padre.

Nosotros Where stories live. Discover now