2. Trenzas

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Por favor, se que no soy la unica que se pregunta ¿cuando le hizo la trenza?

Astrid culminó su trenza (la cual había desecho por lo desordenada que está se veía) para luego dejar caer su cuerpo en las piernas de Hiccup, el chico estaba mirando la luna reflejandose en el océano, el resplandor que esta dejaba en la playa hacia todo tan tranquilo, Astrid miraba las estrellas, una junto a la otra brillando como si fuera la ultima vez que lo hicieran, deslumbrantes y encantadoras decorando el cielo en penumbras, casi saldría el sol, el silencio existente entre la pareja le daba un toque armónico al comienzo del nuevo día a sabiendas que al salir el sol tendrían que volver a su rutina, soportando a los gemelos haciendo bromas en todas partes, Hiccup posó su mano en el cabello de su novia, peinándolo sutilmente provocando en Astrid una ligera sensación de sueño.

—. ¿Qué ocurre?—. Pregunto Astrid tratando de mirarlo desde su posición.

—. Nada, solo que estoy cansado, todo esto de Viggo y el ojo del dragón extraviado me tienen ya muy hastiado, me gustaría tomarme un descanso, olvidarme del ojo del dragón, de la isla, de Viggo, de todo—. Comentó el chico mirando la luna.

—. ¿Sí sabes que puedes hacerlo?—. Pregunto la chica retomando su lugar junto a él y separando unos mechones de su cabello para entrelazarlos entre sí—. Puedes ir a recorrer la isla o visitar las más cercanas, nada te detiene.

—. Lo sé Astrid, ¿pero con quién queda esto al mando? No podemos irnos y dejar esto tirado, los gemelos lo destrozarían todo—. Esta vez fue el chico que se recostó en las piernas de la chica tratando de apaciguar su estrés.

—. Hiccup, me halaga que quieras viajar conmigo pero frente todos solo somos amigos, nuestra relación no esta aprobada por mi familia ni por la tuya, que desaparezcamos al mismo tiempo sería muy sospechoso y escandaloso. Yo puedo quedarme al mando de la isla mientras tú te relajas, puedes confiar en mí para eso—. Dijo la chica agachando su rostro para encontrarse con la mirada verde de su pareja.

—. Quería viajar contigo mi Lady, aunque en eso tienes razón, me hubiera gustado ir contigo, las cosas son mejores si se hacen con una compañía agraciada—. Comentó Hiccup pícaro para luego tomar la mejilla de Astrid y tirar de su rostro, la chica comprendió ese ligero gesto y beso tranquilamente los labios del chico—. Nunca me acostumbrare a esto—. Dijo Hiccup con una sonrisa tonta en su rostro.

—. Pero poco a poco lo vas aceptando—. Finalizó Astrid besando la comisura de sus labios.

•••

Hiccup empaco solo lo necesario, exploraría una de las islas allegadas a la base para regresar al día siguiente, después de todo Astrid había logrado convencerlo.

—. ¿Ya lo tienes todo?—. Pregunto la susodicha apareciendo de la nada.

—. Sí, tengo mis protesis de repuesto, algo de provisiones y un cambio de ropa, solo me falta algo—. Astrid giró a verlo esperando que dijera que era ese algo, de no ser por la sonrisa que le dedico el chico hubiese pensado que enserio algo se le quedaba.

—. ¿Aquí? ¿Dónde todo el que pase puede vernos?—. Pregunto está acercándose a él.

—. Sí, te extrañare esta noche—. La pareja compartió otro beso, uno de despedida porque a pesar de verse al día siguiente se iban a extrañar mutuamente. El sonido de algo aterrizar hizo que estos se separaran lo más rápido posible, ambos respiraron tranquilos al ver a Heather ingresar.

—. Perdón por interrumpir pero vengo a confirmar que te largues, Astrid y yo haremos cosas de mujeres, hablar sobre técnicas de combate, afilar nuestras hachas—. Divago la pelinegra—. Ya sabes.

—. Claro, me retiro—. Dijo Hiccup para subirse a su dragón y desaparecer entre las nubes.

—. ¿Besa bien?

—. De maravilla.

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