Me despierto bastante desorientada. Estoy en una sala blanca con una cama, parece una habitación de hospital. Miro a mi alrededor y veo unos ojos verdes iguales que los míos mirándome fijamente: Patrick. A su lado veo unos ojos azules y una melena rubia: Sophia. Me miran y me dicen:
- Hola, Em.
- Hola, hermanita.
No recuerdo nada, estoy muy aturdida. Les digo:
- ¿Qué hago aquí? ¿Qué ha pasado?
Patrick me mira muy serio y me dice:
- Te dio un ataque de pánico muy fuerte. Tuvieron que clavarte una aguja para dormirte y que te calmaras.
Ahora, menos sedada, empiezo a recordar. Me incorporo, preocupada, y digo:
- ¡Mark! ¿Dónde está? ¿Está bien? Necesito verle. ¿Está...
Patrick me cubre la boca con su mano y dice:
- No te alteres, no preguntes tan seguido... Calla y déjanos hablar.
Asiento con la cabeza y le muerdo la mano. Suelta un grito de nena, Sophia y yo nos miramos y soltamos una pequeña carcajada. Mi hermano me mira con odio mientras se masajea donde le he mordido y me dice:
- ¡Ah, mi mano, gilipollas! Ahora no te voy a decir nada.
- O lo dices o te juro que en cuanto salga de esta cama te arrancaré la puta mano de un mordisco y luego te tiro a un hoyo.
Él levanta las manos y dice:
- Vale, vale. Puta agresiva de mierda.
- Te estoy oyendo.
- Vale. Mejor que te lo diga Sophia, ella ha entrado en su habitación, yo no.
- ¿Qué? Tú eres un idiota. Te estoy preguntando y preocupándome cuando tú no sabes nada.
- Es que me gusta verte sufrir, hermanita.
Me acaricia la cabeza, me aparto y le digo:
- Quita, no me toques así. No soy un puto perro.
- Es verdad, eres una puta loba.
- Ja ja, qué gracioso. En fin, Sophi. Dime todo, por favor.
Ella se pone sería, se sienta muy cerca mio y me dice:
- A ver, lo primero. ¿Quieres que Patrick esté aquí o que se vaya fuera?
- Prefiero fuera.
Patrick me mira con odio fingido y dice:
- Se nota que me quieres.
- Claro, ¿acaso no te lo demuestro todos los días de tu vida?- digo con sarcasmo a la vez que esbozo una sonrisa inocente.
Me saca la lengua como si fuese un niño pequeño con rabieta y sale de la habitación. Sophia me dice:
- Muy bien. Ahora que estamos solas, Mark está bien. Aún no despierta pero vivirá.
- Oh, dios. Menos mal, ahora si me disculpas me voy.
- ¿Qué, dónde?
- A ver a Mark.
- Pero aún no te han dado el alta.
- No puedo esperar.
- Pues tendrás que hacerlo.
- No te dejaré salir de la habitación.
- No lo entiendes, ¿verdad? Necesito verle, necesito estar con él.
Estoy al borde de las lágrimas, Sophia se acerca y me dice:
- Le quieres mucho, ¿verdad?
- Sí, más que a nada pero no de la forma que tú te esperas.
- Eso ya lo sé.
- ¿Qué?
- No estoy ciega, ¿sabes? Se notaba a un kilómetro de aquí, sólo hace falta tener ojos en la cara para darte cuenta. Solo había que ver cómo os miráis. O como os entendéis sin hablar, con una simple mirada os entendéis.
- ¿Y cómo nos miramos?
- Como si no existiese nadie más, como si sólo existiésieis vosotros dos.
Me ruborizo bajando la mirada. Es la pura verdad. Sophia se acerca para abrazarme y me dice:
- Ay, mi pelirroja. Ya no eres ninguna niña que no cree en el amor, estás enamorada.
- ¿Y tú qué, rubia?
- ¿Yo? ¿A qué te refieres?
- Sabes perfectamente a lo que me refiero, ¿seremos cuñadas?
- Yo... esto... no, Patrick y yo no hemos hecho nada.
Se rasca, nerviosa y ruborizada. De repente, entra una enfermera. Me dice:
- Señorita Emily Sterling, ¿verdad?
- Sí, soy yo.
- Le hemos hecho pruebas y todo es correcto. Lo único que le ha pasado ha sido ese ataque. Le dió debido a la presión a la que estaba sometida. En cuanto se vista, podrá irse.
- Muchas gracias.
Me visto y salimos de la habitación. Vamos a recepción y digo:
- Hola, ¿podría decirme dónde está Mark Adams?
- Claro, está en la habitación 505. Justamente, ahora está en horario de visitas, así que si yo fuera usted aprovecharía para subir a verle.
- Muchas gracias, es justo lo que haré. Adiós.
Vamos hacia los ascensores y vamos a la habitación. Les digo a Sophia y a Patrick:
- ¿Os importa que entre yo sola un momento?
Patrick dice:
- ¡Claro que me importa!
Sophia le da un codazo y dice:
- ¡Au! No me importa.
Sophia me sonríe arrugando la nariz y me dice:
- A mí tampoco, vamos, entra.
Les sonrío, suspiro y abro el pomo soltando todo el aire que contenía debido a la tensión y los nervios.
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Mi lobo interior #MLBI1 #PLC2017
WerewolfCuenta la leyenda que hace más de 1000 años que los licántropos rondan por este mundo. Suelen decir que no te acerques a ellos porque pierden el control y se vuelven peligrosos al ver la luna llena. Podría ser verdad, si no es porque te aseguro que...