Capítulo 25

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Entro en la habitación, veo a Mark en una camilla como si estuviese dormido. Me pongo a su lado y le agarro la mano:

- Hola, Mark. Me acabo de acordar de una cosa, ¿sabes? Una vez, vi una película en el que un chico estaba en coma, su novia venía todos los días a contarle cosas y como que el subconsciente del chico estaba allí, escuchando. Sé que ahora mismo saldría el Mark inteligente que llevas dentro y diría que eso es imposible. Me encanta cuando me corriges aún que te pegue, ahora mismo lo... extraño mucho.

Me seco las lágrimas que he empezado a derramar, aquellas que se me estaban formando un nudo en la garganta y que quería tragar pero no he podido. Le digo:

- Fíjate si te echo de menos, que echo de menos que me digas que puedo llorar tranquilamente porque me veo hermosa.

Nada más decir eso, me río. A los cinco segundos, la risa pasa al llanto. Joder, ¿por qué no puedo parar de llorar? Parezco un río interminable de lágrimas. Me seco las lágrimas y le digo:

- ¿Sabes? No pensaba confesarte mis sentimientos hacia ti mientras morías o en una cama de hospital.

Me río y otra vez las lágrimas esta vez acompañadas de un dolor en el pecho. Le digo:

- Mark, tienes que despertar. Eres la única persona que me conoce incluso mejor que a mi misma. Te quiero mucho, Mark. Y no como amigo, aunque eso seguramente ya lo sepas. Mark, yo... no puedo vivir sin que tú estés a mi lado porque tú eres el único que me comprende y... No, definitivamente no puedo vivir sin ti. Sin ti, yo... estoy perdida. Tienes que abrir los ojos, esos ojos color chocolate que tanto me gustan. Mark, cuando despiertes hablaremos de muchas cosas. Te espero.

Me acerco a él y le doy un beso en la frente y en la mejilla. Luego, bajo mi mirada hasta sus labios y le beso dulcemente durante varios segundos. Me separo lentamente y salgo de la habitación. Al salir, desato las lágrimas que estaba aguantando y me abalanzo para abrazar a mi mejor amiga. Ella me abraza y me acaricia la cabeza. Lloro desconsoladamente. Cuando dejo de llorar, le digo a Sophia:

- Voy a por un café.

- ¿Es para no dormirte?

- No.

- No me mientas, pelirroja.

- Vale, si. Es para no dormirme.

- En ese caso, no vayas. Duerme un poco.

- No quiero dormir hasta que vea a Mark despierto.

- Uggh, cabezota de mierda. Mira, haz lo que te dé la gana.

Voy a una de las máquinas de café cuando oigo que me llaman, es Sophia. Viene hacia donde estoy yo y me dice:

- Em, es Mark.

- ¿Qué pasa?

Sonríe y dice:

- Ha despertado.

Mi corazón está a punto de salirse por la garganta, digo:

- ¿A qué estamos esperando ahora? Vamos.

La agarro de la muñeca y voy medio corriendo arrastrándola conmigo olvidado por completo el café. Llego, pico y abro sin esperar respuesta. Nada más abrir me quedo paralizada al ver sus ojos mirándome fijamente con esa sonrisa torcida, mi preferida. Con la voz un poco ronca, me dice:

- Hola, Em.

- ¡Mark!

Me dirijo hacia él y le abrazo mientras lloro. Él me abraza con fuerza y me acaricia la espalda y la cabeza, como siempre que intenta tranquilizarme. Me aferro a él con más fuerza y le digo:

- Mark, pensé que no volvería a escuchar tu voz ni ver tus ojos. He tenido mucho miedo. Pensé... que te había perdido para siempre.

- ¿Dónde me iba a ir sin mi pelirroja favorita?

Me río y le digo:

- Siempre sabes qué decir.

- Eso no es verdad. Me equivoco muchas veces y...

- Cállate.

A continuación me acerco a sus labios lentamente, junto mi frente con la suya, estamos tan cerca que si uno de los dos hablase nuestros labios se rozarían. Nos miramos fijamente observándonos el uno al otro sin decir nada. Muevo la cabeza para acercarme a sus labios de manera tan lenta que duele, de repente entra el imbécil de mi hermano chillando:

- ¿Ya ha despertado? Tú, ¿qué haces con mi hermana estando tan juntos?

Me separo de Mark, voy hacia mi hermano y le digo:

- ¿Eres gilipollas o qué te pasa? ¿No sabes llamar?

- Lo siento. Mark, me alegro de que estés bien pero intenta algo con mi hermana y te arrancaré tus partes.

Cojo a Patrick de la muñeca y le arrastro hasta fuera, le hago adiós con la mano y cierro la puerta. Me giro hacia Mark y le digo:

- Ya podemos continuar.

- ¿Por dónde íbamos?

- Creo que por esto.- digo mientras lo agarro de la camiseta y lo atraigo hacia mi. Choco mis labios con los suyos, al principio no me corresponde pero luego me lo corresponde. Al minuto, se separa y me dice:

- Esto no está bien, tu hermano no quiere que me acerque.

- Bah, no me importa lo que piense mi hermano. No va a poder protegerme siempre. Además, no quiero que te preocupes por eso, solo te permito preocuparte por una cosa. Tú y yo, ¿vale?- a continuación le doy un beso en la mejilla.

- Me parece perfecto.

Nos volvemos a besar sin importarnos nada. Solo nosotros.

Mi lobo interior #MLBI1 #PLC2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora