III

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Si consideraba mi vida como "mujer" junto a Jongdae era demasiada desgracia, esto se había puesto aun peor luego de que supiera la verdad de mí.

Mencionaba que aquello le resultaba muy sospechoso, que me tendría vigilado y no perdía la oportunidad de reírse de mi cada vez que podía. Que mis piernas estaban peludas, que como no había notado la sombra de mi bigote, que no tenía senos, etc.

A pesar de eso, este me permitió andar como hombre en la casa luego de que su madre se fuera, lo cual, era todo el día. Antes de que ella entrara yo me encerraba en el cuarto que me habían asignado para cambiarme.

Me encontraba en mi cuarto intentando relajarme un momento, Jongdae estaba fuera con sus amigos y por lo tanto nadie me vería tomándome un descanso. De repente algo me invadió, tan solo el pensamiento de tener la casa para mí, estando vestido con tan solo una camisa me hizo pensar en las posibilidades que había dentro de un lugar completamente vacío.

Había limpiado el cuarto del chico y había visto que este poseía algún que otro juguete por el cual decidí ir. Eran demasiado e inclusos algunos escapaban a mi comprensión sin saber para que servían. Uno llamó particularmente mi atención. Era pequeño por lo cual sabría que no dolería ya que me encontraba demasiado ajustado. Hacía tiempo que no estaba con alguien y tampoco quería manchar en exceso el lugar.

Me senté sobre la cama de Jongdae, después de todo, luego cambiaria las sabanas con excusas inventadas. Esta estaba impregnada con el olor del chico, causando que toda la sangre se dirigiera a mi polla al imaginarme al contrario follandome.

Ya lo mencioné, Jongdae es muy sexy y necesitaba de mis pensamientos para que todo fuera más placentero y así fue. Mis caderas se movían lentamente con aquel objeto ya dentro, podía hundirlo más en mí y en un repentino error mi dedo presionó un botón.

Este comenzó a vibrar, logrando que mi punto dulce y el resto de mi cuerpo comenzaran a enloquecer. Quería mas, aquella sensación era demasiado placentera para mí y la sola idea de pensar en Jongdae dentro mío me calentaba demasiado.

Coloqué mi mano en mi falo, masturbándome con rapidez, aumentando luego la velocidad del vibrador con un control que encontré junto a mí. Al parecer esa era la utilidad que ignoraba en un principio.

Una mano se sintió sobre la mía, ayudándome con las caricias y una sonrisa gatuna me recibió al abrir mis ojos.

—¿Con que jugando sucio en mi cama, ¿eh? —preguntó, aumentando el vaivén de su mano a la vez que su lengua comenzaba a recorrer mi cuello.

No tardé en correrme, deshaciéndome en gemidos y convulsiones de placer que todas aquellas atenciones juntas me provocaban, cayendo sobre la cama totalmente manchado. No podía calmar mi respiración y las caricias del contrario sobre mi muslo desnudo no ayudaba.

—Lo siento, no debería haber hecho esto.

—Pero lo hiciste y fue muy caliente ver aquello. No pensé que eras tan atrevido, Min, me sorprendes cada día mas y mira que me hiciste llevarme grandes sorpresas. —su risa se hizo presente, logrando que mi cuerpo sufriera una pequeña descarga. — Creo que debería jugar más seguido así, bebé.

Logré salir de mi encantamiento, sintiéndome totalmente avergonzado antes de ponerme de pie, escapando del cuarto. Necesitaba calmarme y analizar la situación lo más rápido que pudiera antes de terminar cayendo por aquel estúpido chico.

Xiu Maid ↪ ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora