3- Dark Glasses.

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Cuando finalmente llego a mi casa, empiezo a arreglar el desorden que había dejado unas horas atrás, aunque no es mucho lo que hice, prácticamente quedó lo mismo a lo que dejé en un inicio. Pongo música, para ver si hoy puedo estar de buenas. Me pongo el uniforme y me peino. A penas me tomo un café y como dos o tres tostadas y salgo de inmediato al trabajo, me subo en mi auto y me introduzco en el trafico, otros conductores imbéciles empiezan a bravear, y como no soy un agüevado como los demás conductores que les ceden el paso, me les entrometo, recibo insultos como ''Hijo de puta, ¿a caso no puede ver?'' ''Bestia'' ''Este malparido'', pero lo único que la gente logra con comentarios de ese calibre es hacerme la mañana, yo soy pacífico hasta que me provocan.

-Torres.

Una voz femenina, nunca la había escuchado; me doy vuelta. Es la mujer que vi esta madrugada.

-Hola.

-Ah, usted es el acosador de esta mañana, mucho gusto, Eleonor Hernandez.

Me extendió la mano y apretándola, respondí:

-Juan Torres. ¿Por qué me necesita?

-A usted le asignaron un caso, un asesinato doble, sé que no tiene casi información y según referencias de un tal Gutierrez, usted es un inepto y este caso le va a quedar grande.

-Está en lo cierto. Bien, así que usted va a trabajar con migo ¿correcto?

-Sí.

-O.K. ahora bien, si usted va a trabajar con migo, quítese esos lentes, y antes de que me pregunte el porqué, no quiero trabajar con una mujer cuya identidad se puede estar escondiendo tras unos lentes de sol.

Se quedó atónita, y sin murmurar ni media palabra, se quitó los lentes, sus ojos eran azules, su rostro es exactamente el de la mujer que vi hace algún tiempo, así que descubrí su nombre y ahora va a trabajar conmigo, probablemente si sea alguien si quiera mínimamente apta para mí.

-¿Qué tanto me mira?

-Sus ojos son azules.

-No, usted está equivocado.

-¿A qué se refiere?

-No son azules, son lavanda.

-Para mí es azul.

Su rostro que hasta el momento siempre se mostró impasible, soltó una pequeña sonrisa, aunque rápidamente se borró de su rostro.

-Basta de charla, deberíamos empezar a investigar de este caso.

-¿No le parece estúpido?

-¿Por qué habría de parecerme estúpido? Es un caso que nos asignaron y queramos o no lo debemos realizar.

-Pues no me parece, un caso del cual no tenemos ni lo básico de información, un caso del cual no sabemos ni de quiénes se trata...

En ese momento me hizo una seña de que me callara y me pasó un sobre, lo revisé y eran las identidades de los victimarios, me gusta la frialdad de esta mujer, debería dejar de lado este idiota caso e invitarla a salir, probablemente me rompa las pelotas, pero me la quiero coger, es delgada, y tiene buen cuerpo, no tantas nalgas como la señorita verruga, pero aguanta un polvo, dos o tres, los que se den.

-Deje de pensar en cogerme y póngase a trabajar, este es su caso, yo simplemente lo voy a ayudar cuando se le presentes dificultades; tenga, en esta tarjeta está mi número y quiero que únicamente me llame cuando lo requiera no cuando quiera un cita o cualquier idiotez que se le pase por la mente conmigo, no soy de esas zorras como con las que usted acostumbra estar, hasta luego.

-Eleonor.

-¿Qué?

-¿Quiere salir?

-No, gracias.

-No la voy a coger.

-¿Y quién dice que eso no es lo que quiero?

Sé que me está poniendo a prueba.

-A las 8 paso por usted.

-Bien, adiós.

¿Era solo eso lo que necesitaba decir? No era tan complicado como lo pensé. Mierda, tengo que investigar el caso, bien, revisaré bien el sobre. La primera víctima se llama Christian Duarte, no hay ADN del asesino, y la segunda víctima es una mujer, María Castiblanco, tampoco se encuentra ningún rastro de ADN. Tengo que conseguir la cinta de ese Bar. Emprendo mi ''viaje'' y llego al bar, ahí está Eleonor, solo sigo derecho, ella ni se percató de que estoy ahí.

-Hola, soy el detective Torres, estoy investigando el caso de las dos personas que fueron asesinadas el viernes catorce de diciembre, necesito la cinta desde las 00:00 hasta las 15:00.

-Buenas tardes, si señor, un momento se lo pido a nuestra directora, mientras tanto, disfrute de esta bebida, invita la casa.

Me sirve un mezcal, es generalmente servido en México, o eso he oído, ya entiendo por qué está ella aquí, el problema es que una vez empiezo a beber, no puedo parar, así que me acerco a Eleonor.

-No me sorprende que usted esté acá.

-También me alegro de verla.

-Su pensamiento es tan común ¿qué hace como detective?

-¿Común?

-Sí, apuesto que vio una gran cantidad de mezcal por acá y como ya sabrá, soy mexicana, debió pensar que por esa razón estoy acá, pero está equivocado, estoy acá porque sabía que usted vendría acá, mi deber es estar con usted en todo momento de esta investigación, solo quería ponerlo a prueba y tendré que estar más cerca a usted de lo que pensaba, en verdad pensaba que tenía un mejor desempeño, Torres. Ahora, responda lo que le pregunté.

-No quiero ser detective.

-¿Por qué no renuncia?

-No soy bueno para ningún otro empleo.

-Usted sabe que lo es, pero su ex-esposa quien ahora está difunta era detective, de las mejores, y le tengo que decir que a la distancia, yo trabajé con ella, y ella era increíble en su trabajo, por eso creí que ella le había dejado algo de su conocimiento, pero veo que no, que usted se quiere burlar de ella, yo le aconsejo que se salga de esto, o se ponga bien ese pantalón, no solo para que le sostenga las pelotas; Salud.

Tomé el mezcal y después de eso, sabía que no podría parar, para mi suerte, llegó la cinta de grabación.

-Gracias.

-Bien Torres, no es tan estúpido como lo creí.

-Mire, Eleonor, usted podrá ser una gran detective, usted podrá ser hasta mi mamá, estar tan buena como lo está, pero no me va a andar tratando como se le de la puta gana, si sus anteriores compañeros eran unos imbéciles, yo no lo soy, ¿Estamos?

-Bien.

Me fui de aquel lugar, y Eleonor me seguía, no lo tenía que hacer, pues ya era tarde, no tenía que trabajar. Solo la ignoré, y cuando di la vuelta para ir a mi casa, ella tomó el otro camino, que imbécil, ella iba para su casa.

-Juan, nunca lo estuve siguiendo, ¿ya ve por qué le dije estúpido?

Es increíble la intuición que tiene esta mujer, es como si me pudiera leer la mente.

-A las 8 paso por usted.

Me arreglé con lo primero que encontré, con ella no me iba a esforzar, hasta puede ser una detective de pacotilla o su inteligencia era solo porque sabe que eso es lo que me gusta y estaría desperdiciando una vez más dinero en alguien que solo quiere coger, aunque con ella no me molestaría.

Finalmente eran las 20:00, fui a su casa de inmediato, un poco de retraso ocultará el interés que siento por ella, una vez en frente de su casa empecé a preocuparme por mi aspecto y olor, no me arreglé lo suficiente y probablemente ella saldrá con un vestido rojo ajustado, de igual manera ya no era momento de dar marcha atrás, cuando ella salió, estaba usando un jean y una camiseta blanca cuello de bandeja, labial vino-tinto, delineado ''felino'' que si quiera se notaba, y unos tacones, usaba de nuevo lentes oscuros.

-¿Para qué los lentes?

-No es de su incumbencia.

Eleonor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora