Klanglose Melodie

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Klanglose Melodie

-Antonio- la voz del austriaco sonó en la cabeza del español como un zumbido lejano ¿Cuánto tiempo había estado sin escuchar su voz apropiadamente? ¿Décadas? ¿Siglos? -¿Crees en los milagros?

¿Cómo podía dudar de la existencia de los milagros? Desde el punto de vista del español esa pregunta era más que obvia y se lo hizo saber al austriaco de pelo castaño y ojos violáceos. Esbozó una suave sonrisa y giró su cabeza para mirar el perfil del chico que estaba recostado al lado suyo, este seguía teniendo la mirada completamente perdida en el techo pintado de color beige.

El español se dedicó a estudiar su perfil siguiendo la línea invisible que viajaba desde su frente hasta su barbilla bajando por su cuello. Los primeros botones de su camisa blanca estaban desabotonados dejando parcialmente descubiertas sus clavículas, sus gafas; metálicas y cuadradas descansaban sobre la mesita de noche.

Antonio se acomodó colocando su cabeza sobre su mano, apoyando su codo en la cama y recostandose de lado atrayendo la curiosa mirada del chico de ojos violetas. En ese momento el español sonrió complacido al ver el pequeño lunar que decoraba la parte derecha de su rostro, situado debajo de la comisura de sus labios, en la barbilla.

-¿Y bien?- inquirió el chico el cual ,desde que cambió de posición, se había limitado a estudiar el rostro del moreno.

-¿Pretendes que tenga respuesta a todo, Roderich?- Antonio colocó su mano derecha sobre el abdomen del otro chico en un intento de acercalo.

-No- el austriaco frunció ligeramente el ceño, pero volvió a mostrar una absoluta neutralidad a los pocos segundos -Pero estas sonriendo y eso significa que sabes algo.

-Yo sé muchas cosas.

-Antonio- Roderich se giró por completo mirando al español directamente a los ojos.

-¿Qué si creo en los milagros?- la sonrisa de niño volvió a aparecer dibujada en los labios del chico de ojos esmeralda.

El chico que estaba a su lado asintió provocado que la mano de Antonio,la cual se había quedado en un posición incómoda, se deslizace desde el abdomen del austriaco hasta su cintura rodeandola.

-Y dime, Roddy- los ojos del chico de pelo castaño oscuro se volvieron a clavar en los ojos cargados de brillo del moreno -Si los milagros no existen ¿por qué existes y por qué estás aquí conmigo?

Soundless melody (SpAus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora