Capítulo 1: Xavier

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Qué inocente podemos ser algunas personas en creer en el amor, pensar que es todo maravilloso y que la mujer a la que tienes al lado te dará la verdadera felicidad. ¡Calumnias! ¡Todo es mentira! Tres amores, tres veces con el corazón roto... A veces pienso, ¿es culpa mía? No, claro que no. Yo he dado todo en las relaciones, las he consentido, les he dado mi cariño, mi amor y ellas, ¿cómo me lo pagan? Follándose al primer chico que les pasa por delante de las narices. Lo mejor de todo, es que luego, siempre volvían diciéndome que habían cambiado, que se habían dado cuenta de lo que habían perdido... malditas zorras. No pienso caer en sus garras ni una sola vez, sino todo lo contrario, esta vez, sois vosotras las que caeréis en mis garras.

Soy Xavier y esta es mi historia:

Los chicos desde siempre pensamos en la mujer perfecta para nosotros. Unos las prefieren rubias, otros morenas, otros pelirrojas o castañas. A unos les gustan las mujeres con el pelo largo a otros con el pelo corto. A unos con los ojos azules, a otros verdes, a otros marrones y así podría seguir eternamente, pero por mi experiencia, puedo afirmar que a medida que los años van pasando nuestro concepto de mujer perfecta va cambiando. Se puede decir, que vamos madurando. Todo hombre ha pensado o deseado a la chica rubia con un cuerpo espectacular, similar al de una modelo. Yo las he tenido, mis ex-novias eran así.

Después de tres horribles experiencias decidí cerrar las puertas de mi corazón para siempre. Las mujeres pasaron a ser algo que no tomaba enserio, al igual que ellas jugaron conmigo yo iba a jugar con ellas. Todas eran iguales. Aunque, durante esos años, me dediqué a salir con mis amigos, ir de fiesta en fiesta y romper algunos corazones.

Una noche para hacer la broma mi amigo Jorge nos trajo a Adrian, mi otro amigo, y a mí, una caja de galletas chinas. De esas que llevan un papel dentro con predicciones del futuro. Es absurdo creer en esas cosas y siempre comprábamos galletas de estas para echarnos unas risas. Las abrimos con expectación mis dos amigos ya se estaban partiendo de la risa pero entonces abrí la mía.

Ante mis ojos apareció una frase que se quedó grabada en mi cabeza y que guardé por alguna extraña razón que aún no consigo entender: "Cuando vuestras miradas se crucen, vuestros corazones se intercambiaran y caeréis en el hechizo más poderoso que existe, el amor verdadero que algún día encontrarás".

Mis amigos se quedaron esperando que les leyese la frase que me había salido en la galleta pero, decidí mentirles y decirles que aún no había cogido ninguna. Esta noche, cuando cerré los ojos, a mi mente volvieron esas palabras y una verdad me aplastó en la oscuridad. Ya no buscaba una chica que fuese perfecta físicamente, solo quería una persona que me mirase y me viese a mí realmente. No al chico con dinero y guapo al que se le puede engañar. Ahora, anhelaba ese corazón bueno que me hiciese conocer el amor verdadero.

¿Ir de fiesta? después de todo lo que he pasado, no me apetece nada la verdad pero no les puedo decir que no a mis amigos, son muy pero que muy insistentes. Al final como siempre, termino cediendo. Espero al menos, que sea una buena noche y haya buena música. Cuando vamos al lugar, donde una orquesta está tocando, suspiro al ver que está abarrotado de gente y parece que esta fiesta puede no haber sido una mala idea, después de todo. Los tres nos dirigimos hacia la barra y nos hacemos unas copas cuando de repente, sin ningún tipo de explicación miro hacia un punto fijo en el mogollón de gente. A mi mente vuelve esa frase de las galletas y mis ojos quedan prendados de una hermosa sonrisa.

-        Acércate, por una vez, haz a un lado tu rencor y adelante -Mi amigo Adrian siempre está en todo.

Así que, decido por una vez, hacerle caso. Voy lentamente hacia la dueña de esa hermosa sonrisa, ella vuelve a voltearse hacia mi dirección y mis ojos se encuentran con los suyos. Mi corazón acaba de encontrar a su dueña. Una hermosa chica de ojos verdes y una mirada tan limpia que puedo ver el fondo de su alma, toco inconscientemente con mi mano, el lugar donde esta mi corazón. Los latidos son muy rápidos y fuertes, sin dejar de mirar es ojos soy consciente que el amor ha llamado a mi puerta y yo encantado le dejo entrar. Quedando perdidamente enamorado de la mujer que tanto he anhelado, la mujer de mis sueños y dueña ahora de mi corazón.

La tengo al alcance de mi mano y ella sigue mirando en mi dirección pero, me he equivocado como un idiota. Como si fuese ese chico de quince años. Ella busca a otro hombre no a mí. Desisto y me alejo, sé que es ella la mujer de mi vida pero, tal vez, yo no sea su hombre. Cuando intento regresar a la barra con mis amigos e intentar olvidarla, tropiezo con un grupo de chicos que se están riendo.

-        Pobrecita, esta tan enamorada de mí y yo solo la utilizo a mi antojo -Ese chico soltó una carcajada que no me gustó. No era trigo limpio y eso se le notaba. Sin saber porque, voltee para ver hacia donde miraba y en ese momento algo se apoderó de mí. Era ella, la chica dulce, de ojos hermosos. Ella le buscaba a él y él se estaba burlando de ella. La rabia me invadió y sin poderlo controlar le di un puñetazo tan fuerte que me lastimé la mano. Pero, no me importó.

-        No te la mereces y espero no volverte a oír hablar así de ella porque a partir de ahora no está sola, yo la protejo y si le haces daño te mataré -Adrian y Jorge vinieron a por mí y me frenaron. Si no, ahora mismo, ese tipo no seguiría respirando porque tenía el mayor tesoro, ese que yo ansiaba y no podía alcanzar.

Estuve todo el camino callado, pensando en esa chica, en el dolor de mano que tenía... Los chicos me llevaron al hospital, sinceramente, sabía que me había dañado la mano pero, no me importaba, le di su merecido al imbécil ese. ¡Maldita sea! ¿Por qué tiene que haber gente así? Tiene a alguien a su lado que le quiere y lo único que hace es burlarse e insultarla. Si tuviera yo a alguien así a mi lado, no desaprovecharía la oportunidad. Fuimos al hospital, nos esperamos tres horas, si, como oyen, tres malditas horas para unas placas y un vendado.

Fueron días pesados, mi mano vendada, mis amigos que no paraban de decir que teníamos que ir a las fiestas y, sinceramente, no me apetecía nada, solo quería estar en casa. A cada fiesta que iba, siempre me encontraba con esa hermosa chica. Por más que intentara no verla, siempre acababa viéndola y terminaba peleándome con el inútil ese o si ganas de quedarme. Me había tocado hondo, simplemente, con una mirada había llegado hasta lo más profundo de mi corazón.

Una noche de San Juan, nos fuimos a una famosa discoteca donde celebraban esa fiesta, era muy popular. No tenía muchas ganas de ir al principio pero, conforme iba pasando el día mis amigos me iban animado y al final dije ¿por qué no?

Así que, nos pusimos guapos y con el propósito de pasarla genial. Pero, todo mi mundo cayó cuando vi a esa hermosa chica, sentada, con los ojos apagados  sin brillo alguno, mirando el suelo, como si estuviera perdida o metida en un mundo que solo conoce ella... no radiaba felicidad como lo hacía todas las veces que la había visto, esta vez no. Ni siquiera se asomaba por su rostro una linda sonrisa que consigue quitarte el aliento. No tardé mucho en averiguar lo que le pasa cuando veo a su "supuesto chico" con otra, bailando y pegándose el lote delante de sus propias narices. Ahora entiendo el que no quiera mirar y solo esté centrada en el sucio suelo, ya sé porque no irradia esa felicidad, porque sus ojos están apagados y su sonrisa no sale. El imbécil le acaba de romper el corazón en mil pedazos esparciéndolos por toda la sala.  

¡¡Hola a todos y a todas, buenas noches!! Aquí os traemos el primer capítulo. Esperamos que os guste y que sea de vuestro agrado. 

La canción es de Alex Ubago "Amores de papel".

Un besito y acabad de pasar un muy buen fin de semana :D

Vivirlocamente and Hugo_ita

¿Destino o Casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora