Danger Days: La Historia de una Revolución

Feliz Cumpleaños

Zona 6, 2019, Noviembre 18 (4.30 pm)

El tiempo vuela. El reloj hace tic tac, mofándose de los hombres. En ocasiones; logra que cierren sus ojos y rueguen con todas sus fuerzas: "Detente, da marcha atrás" pero él no escuchara. Él continuará su egoísta marcha, haciendo caso omiso de las súplicas desesperadas, carcajeándose malévolamente.

Después de  años me hicieron comprender que existen dos opciones al hablar del tiempo: Adáptate o muere.

De lo contrario, se corre el peligro de ser arrastrado por el oleaje compuesto de segundos hasta las profundidades del desastre. No existe nada peor que luchar contra la corriente. Pero, en cuanto a pelear se refiere, tengo bastante experiencia.

Tras años de combatir, encontré belleza en el caos. En como la vida no es nada sin conflictos. Por ello, uno debe habituarse a los infortunios habituales; recordando siempre que en algún momento, todo acabara. El ciclón llevará sus fríos vientos hacia otros caminos, y el Astro Rey brillará a plenitud sobre nuestras cabezas.

En mi nación, transcurren tiempos tormentosos pero, si continuamos batallando, estoy segura de que las vicisitudes conocerán su final. Mi bandera volverá a brillar con su antigua gloria y los habitantes de mi hogar dejarán de sobrevivir. Podrán habitar su tierra sin temer a nada. Vivirán libremente, al igual que nuestros ancestros.

Better Living Industries, también conocido como BL/ind, comenzó como una pequeña empresa; algo insignificante. Ninguno de nosotros jamás imagino lo que ocurriría después. Jamás se nos ocurrió que un simple hombre, con aires de grandeza, ebrio de poder, llevaría a un país entero a su ruina.

Como una plaga, fue esparciéndose de mente tras mente, casa tras casa, vecindario tras vecindario, estado tras estado y, para cuando intentamos detener la enfermedad era muy tarde, ya se había adueñado del territorio en su totalidad.

Primero; causaron problemas ficticios, creando necesidad en el pueblo. Las mentes más sensibles entraron en pánico y cayeron en sus garras.

Segundo; se mostraron como un ente bondadoso y servicial, dispuesto a resolver todas las dificultades imaginarias que implantaron en nuestras cabezas, ganándose más seguidores en el proceso.

Tercero; su milicia se encargó de capturar a todos aquellos que se opusieran a su supremacía.

Arrastraron a los rebeldes a los laboratorios para jugar "Al Gato y Al Ratón" con ellos y crear su arma letal: Las píldoras. Pequeñas capsulas que destrozan el cerebro y las emociones. Aniquilan las esperanzas de una persona hasta convertirlas en un robot, alguien que perdió la capacidad de reír o llorar. Y una vez que empiezas, nunca se detiene, desarrollas una dependencia extrema hacia ellas. Son drogas; de la peor clase existente.

Por último, como cereza adornando un pastel, llegó Korse. El rostro de la compañía que pronto se convertiría en el nuevo Presidente o mejor dicho, el nuevo Dictador. Dependía de hacía donde se dirigía tu lealtad.

Después de que tomaron el control, nos dividieron para poder manejarnos más  fácilmente; los estados se convirtieron en Zonas. 6 para ser exacta. Cada una más estricta que la anterior

La capital, otrora hermosa, era ahora Battery City: una cárcel de máxima seguridad donde los insurrectos son utilizados como muñecos de trapo para sus experimentos.

Huí de la capital para salvarme de los horrores que se desataron posteriormente a la Monocromatización. Me negaba a quedarme vivir en la ciudad atemorizada y automatizada. O peor, ser encerrada en una mazmorra de BL/ind por el resto de mis días.

No los dejaría infiltrarse en mi cerebro. No lacerarían mis esperanzas. Jamás sería su títere.

- Oye ¿Estás bien?- preguntó el pelirrojo, sentándose junto a mí sobre el capo del colorido Trans-Am - Parece que estás a punto de llorar - aflojé la mandíbula, la cual estaba tensa, tragándome las lágrimas que amenazaban con escaparse. Respiré profundo y sorbí por la nariz, esbozando una media sonrisa en dirección a mi acompañante.

- Sí, estoy bien – Alcé la mirada, admirando el sol naranja que teñía de bergamota la arena desértica. Fumé un poco del medio cigarro que sostenía entre mi dedo índice y medio, dejando escapar el humo en un suspiro, relajando el cuerpo mientras mi bocanada flotaba hacia el cielo crepuscular – Sólo estaba pensando.

- No pienses demasiado preciosa – respondió doble P con una sonrisa – No quieres joder tu cerebro.

- Es tarde Poison, ya estoy jodida.

- Eso es cierto - rodeó mis hombros con su brazo izquierdo cubierto en cuero azul, dejando su mano izquierda colgando cerca de mi brazo. Me atrajo hacia su costado, sacudiéndome un poco - Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz - canturreó mientras posaba sus labios en mi frente y susurraba - Feliz cumpleaños American Venom -

Azazis ladró, meneando la cola. Subió las dos patas delanteras al capó del auto; llevé mi mano derecha a la peluda cabecita de Azi, acariciándola con la yema de los dedos, y entrelacé la izquierda con la mano de Poison, descansando mi cabeza en su hombro.

- Gracias doble P - sonreí ampliamente, apretando con fuerza su mano.

- Un cumpleaños es algo digno de celebrar pequeña rebelde. Además, tú eres especial – tartamudeó al rascar su nuca con su mano libre, como si estuviera avergonzado. Solté una estruendosa carcajada, ocultando mi rubor. Lo silencié al señalar con el mentón el atardecer, ordenándole que lo observara conmigo.

Me reconforté con el calor que desprendía la tarde, junto con el cuerpo de Poison, en el momento en que tres siluetas se dibujaron contra la figura del sol: Un hombre, alto, musculoso, y dos mujeres, una alta y elegante, otra más pequeña, menuda. Los tres compartían el mismo cabello rubio, los ojos entre verde y grisáceo; la misma sonrisa franca. El retrato de mi familia con el naranja de fondo. De nuevo, sentí mis ojos humedecerse y un nudo se formó en mi garganta, apretando los puños en una mezcla de impotencia e ira.

Regresé mi vista al ocaso, lleno de color. Una rara sensación de regocijo invadió mi espíritu. Pensé en Korse y en su odio a los colores. De acuerdo a sus leyes, todo debía ser negro y blanco, no había espacio para los matices.

Por ello, vestíamos tan extravagantes. Nuestra ropa, nuestro cabello, nuestras armas, nuestras sonrisas eran color. Tonos rojos, azules, verdes, púrpuras combinados en un acto de rebeldía a la dictadura.

A pesar de los esfuerzos de BL/ind para que nos rindamos, damos batalla. Uniendo nuestras esperanzas y anhelos para alcanzar un ideal: La libertad.

El mundo nos conoce como los Fabulosos Killjoys. Los que no se rinden. Peleamos por lo correcto. Por una vida justa, donde no exista lugar para el hambre, las restricciones, la opresión ni el miedo. Combatimos por un mundo libre.

Para la gente, somos héroes, para BL/ind, una amenaza.

Les diré lo que somos en realidad:

Somos revolucionarios.

Y esta es nuestra historia.