Someone who cares about you

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«Yo también te amo. Para siempre»

Y sus labios se unieron de nuevo en un beso apasionado al que esta vez la rubia sí respondió.

Emma estaba todavía acostada en el altar de piedra y con su pulgar acariciaba dulcemente la mejilla de la mujer de más edad, sus ojos perdidos en la inmensidad marrón que tenía frente a ella.

No pudo evitar que una sonrisa iluminara su rostro al pensar que esa mujer la amaba y le pertenecía para siempre.

Regina Mills, la ex Reina Malvada era su verdadero amor.

La mano de la morena acarició dulcemente su ante brazo en un gesto reconfortante y ella tampoco pudo contener una sonrisa, ¿por qué tendría que hacerlo? Había conseguido salvar a la mujer que amaba.

«¿Puedes levantarte?» Regina fue la que finalmente rompió de nuevo el silencio, no podían quedarse ahí, era demasiado peligroso, su madre podría llegar.

«Sí, eso creo, pero voy a necesitar algo de ayuda, mi cuerpo está todavía entumecido y creo que mis piernas no podrán sostener mi peso»

«Muy bien, apóyate en mí y voy a intentar transportarnos. Mi magia está volviendo poco a poco, como lo era antes de la maldición, debería ser capaz de llevarnos lejos de aquí»

«¿Estás segura de que tendrás suficiente energía para eso?»

«Eso espero, porque no podemos quedarnos aquí y tú estás demasiado débil para caminar, no tenemos elección»

La inquietud era visible en el rostro de la rubia, pero sabía que su compañera tenía razón, debían partir en ese momento.

Regina pasó un brazo por la espalda de Emma y la ayudó a sentarse en el altar de piedra, no sin una mueca por parte de esta.

La sheriff pasó un brazo alrededor de los hombros de la morena, mientras que esta rodeaba su cintura y de un movimiento la ayudó a ponerse de pie, manteniéndola pegada a ella para evitar que cayera.

Las piernas de Emma temblaron y se hundió aún más en el agarre que le proporcionaba Regina, apoyando su cabeza en su cuello y oliendo su perfume.

«Vámonos de aquí. Tengo unas ganas locas de volver a casa»

«Te prometo que encontraré un modo de regresar pronto. Henry nos necesita y pretendo no decepcionarlo esta vez»

Regina sintió a Emma debilitarse en sus brazos e hizo más fuerte su agarre sobre la rubia antes de dejarle un beso en su frente.

«Volvamos a la gruta, estás demasiado débil todavía para que vayamos al castillo de tus padres»

La Salvadora quiso protestar, pero fue interrumpida por unos labios sobre los suyos y decidió disfrutar de ese momento.

Cuando el beso acabó después de que se hiciera sentir la falta de oxígeno, las dos mujeres desaparecieron en una nube de color violeta.

Un hombre estaba allí, recto como un palo, observando la escena que se desarrollaba no muy lejos.

Un destello de luz proveniente del sol fue atrapado por el garfio que se encontraba en lugar de su mano. Bajo sus ojos, veía a la Salvadora ser despertada por la Reina Malvada, un beso del Amor Verdadero, lo que significaba que el plan de Cora había fracasado, viendo él su oportunidad de vengarse disminuida. La cólera hervía en él, ¿cómo la Reina Malvada, la que desterró a los habitantes del Bosque Encantado a otro mundo, la que extendió destrucción y muerte, había podido obtener su final feliz? ¿Por qué tendría ella derecho al amor cuando a él se lo habían arrancado?

La luz y la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora