Promesa no cumplida

¿Quién tiene razón?

Después de las clases, se dirigió a la biblioteca, miró haber quién había y no se extrañó al encontrarse una castaña. Seguro que está haciendo la redacción de "los cincuenta usos prohibidos del veneno de basilisco", por lo menos no soy el único que hace los deberes al día. Se sentó un par de mesas alejado de ella, dándole la espalda.

Habían pasado dos horas desde que entró y la biblioteca estaba por cerrar. Sí en media hora no encuentro los tres usos que me quedan, le entrego a Snape así el trabajo. Total, seguro que me pone un Extraordinario, como siempre. Al estar de espalda no se dio de cuenta que la castaña se le acercaba, solo se dio cuenta de ella cuando poso un libro en su mesa.

-En este libro vienen algunos de los usos que en otros no vienen.

-¿Por qué me lo das?

-Porque no todos los días me regalan una manzana- y se fue sonriendo. Al darle la espalda no se pudo dar de cuenta de la sonrisa del muchacho.

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-¿Se puede saber donde estabas Hermione?- pregunto su amiga al ver la sonrisilla que traía.

-En la biblioteca.

-Pues tendré que ir más a menudo...

-¿Qué insinúas?- preguntó al ver por donde iban los tiros.

-Nada era broma.

-¿Qué te pasó hoy algo emocionante?- preguntó mientras se dirigían a la habitación de Hermione.

-No tanto como a ti.

-¿A qué te refieres?- inquirió sintiéndose algo nerviosa.

-A que me comentaron que le tiraste una capa a Nott a la salida de clase.

-Eso fue porque se rió de mí cuando Snape me bajo puntos en clase- dijo un poco nerviosa, no se le daba muy bien mentir y Ginny se dio de cuenta.

-Hermione también sé que esa capa no era tuya sino de él. ¿De donde la sacaste? Y esta vez no me mientas.

-Esta bien- le contó todo, hasta lo que pasó en el lago y en la biblioteca.

-Ahora sé él por qué de tu sonrisa. ¿Te gusta Nott?

-No, es decir, es guapo y todo eso, pero no lo conozco y...

-Creo que excepto Parkinson tú eres la mujer que más lo conoce. Y en cuanto a mi hermano dalo por imposible- ante esto último la castaña giro la cabeza- Hermione, hay algo que debo decirte y es que mi hermano...-hizo una pausa.

-¿Qué pasa Ginny? ¡Dilo ya!

-Mi hermano está saliendo con Lavender Brown- Hermione sintió como su corazón se partía en mil pedazos. Y es que antes de que llegara el baile, quería decirle a Ron todo lo que sentía por él. Pero él ya había decidido. Y ahora ella ya no podía hacer nada, ya que, meterse en medio de una relación, no era una opción para ella. A ella no le gustaba luchar y no lo haría, y menos por alguien que toda su vida la había usado como último recurso. Se prometió no llorar delante de Ginny. Ella sabía que a Hermione le gustaba su hermano pero no estaba segura hasta donde llegaban esos sentimientos. Al ver la expresión, de su amiga, de dolor la abrazo. Hermione no hizo nada por separarse ni corresponder el abrazo, se quedó igual con la mirada perdida por lo que Ginny la abrazo más fuerte. Al cabo de un tiempo dijo:

-Ginny me puedes dejar a solas. Me gustaría acostarme a dormir.

-Cla-claro.

No entendía nada, no había dicho ni hecho nada y eso la preocupaba más. Ya que las pena es mejor desahogarlas, porque si se quedan en el corazón darán paso al rencor y de ahí al odio. Y Ginny lo que menos quería era que la amistad de su mejor amiga y hermano se perdiera ya que, últimamente estaban un poco distanciados. No lo decía porque no se vieran en el verano, sino porque el año pasado ella pasó casi todo el verano en su casa y recibió más cartas, de Harry y Ron que este año. Y en estos dos días de clase no la esperaron (cosa que raramente sucedía ya que la que se levantaba antes solía ser Hermione), en clase la dejaban sola cuando antes solían sentarse uno con ella o en todo caso con Neville. Pero lo que más le extrañó fue hoy en la comida que ella no apareció y ninguno de sus amigos preguntó por ella y cuando Ginny preguntó le dijeron que mirase en la biblioteca que seguro que estaba estudiando para que Snape no le saque más puntos. Y en la cena que cogió una manzana y una hogaza de pan y se fue, pero ellos ni se enteraron.