Narra Maya:
—No as a poder evitarlo eternamente, Maya.
—¡No abras, Marcos! Por favor.
Mi hermano hace caso omiso a mis suplicas y se dirige hacia la entrada. Ya no había vuelta atrás, era el momento de afrontar la realidad. Antes de abrir se gira hacia mi y me mira atentamente.
—Todo saldrá bien.
Tras aquellas palabras vuelvo a ingresar al salón. Con los nervios a flor de piel esperé impaciente a que mi hermano le abriese la puerta.
—¿Dónde está? —pregunta.
—En el salón —responde Marcos—. Oye, ni se te ocurra pasarte con ella.
No fueron ni cinco segundos los que tardó Asensio en aparecer en mi campo de visión. Su vista inmediatamente se situó en mi notable barriguita, pero no había absolutamente ninguna expresión en su rostro.
—Marco.
—¿Por qué no me lo dijiste? —me pregunta con decepción.
Genial. Aquello había hecho que la culpabilidad se apoderara de mí.
—Si no llegas a subir esa foto, ¿qué? ¿Me enteraría de que iba a ser padre?
—¡No sabía como decírtelo! —respondo subiendo el tono de voz.
—¿Y no decírmelo era la solución?
Aquella situación se me hacía particularmente familiar. Ya la habíamos vivido tres meses atrás cuando empezamos a decirnos cosas que acabarían con nuestra relación. Y la situación esta vez no es que fuese mucho mejor, por lo menos no de momento.
—¡Estaba asustada! Y no sabía que hacer. Y si mal no recuerdo tú no querías verme.
—¿Esa es tu excusa? ¿Qué yo no quería verte?
—¡Sí, joder, es mi excusa! ¿O es que acaso me habrías abierto las puertas de tu casa si me hubiese presentado allí para hablar?
Silencio. La respuesta era claramente un “no”. Jamás hubiese aceptado hablar conmigo, y lo sabía de sobra ya que Marcelo le había insistido múltiples en que tenía que hablar conmigo y él se había negado todas y cada una de esas veces.
—Si me hubieses dicho el porque te hubiese abierto las puertas de mi casa —responde tras unos minutos de silencio.
—No creo que la mejor forma de decírtelo hubiese sido a través de un mensaje.
—¿Pero sí a través de Instagram?
—No me arrepiento.
—Se nota.
De nuevo el silencio se vuelve a apoderar de la sala. Con cansancio me dejo caer sobre el sofá. Marco seguía junto a la puerta, sin moverse ni un solo centímetro. Me miraba con el ceño fruncido pero sin pronunciar palabra, y aquello me ponía nerviosa.
—Pero si me arrepiento de todo lo que te dije la última vez —hablo por fin cuando consigo tranquilizarme.
Marco suspira y se pasa una mano por el pelo a modo de frustración. Con paso calmado se acerca al sofá y se sienta a mi lado.
—Yo también, Maya.
—¿Y sí de...?
—No, déjame hablar —me interrumpe—. Siento todo lo que te dije. Siento haber desconfiado de ti y siento haberme puesto celoso sin motivos aparentes. Aquel día te cogí en caliente y te solté cosas que ni siquiera pensaba. Fuí un completo capullo y se que no me merezco una segunda oportunidad. Y sí, entiendo el porqué no me dijiste que estabas embarazada.
—Para empezar yo también dije cosas que no tendría que haber dicho. Y joder, Marco, te sigo queriendo demasiado. Supongo que todos comentemos errores, y nosotros ya hemos cometido el nuestro. No creo que este de más una segunda oportunidad y empezar de cero. A fin de cuentas, vamos a ser padres.
Las cálidas manos de Marco envolvieron las mías con cariño. Su mirada se centro en la mía, y co delicadeza depositó un beso sobre mi frente. Había echado mucho de menos a aquel chico, y no estaba dispuesta a volver a perderlo.
—Te quiero, Maya.
—No más de lo que yo te quiero a ti.
Inmediatamente me acerco a él para poder abrazarlo, abrazo que él no tarda en corresponder. Por fin me volvía a sentir como en casa.
—¿Es niño o niña?
—No he querido saberlo, no si tu no estabas a mi lado.
—¿Puedo sugerir que se llame Marco Junior si es niño? —bromea.
—Eso lo discutes con mi hermano, que quiere llamarlo Marcos. Y con Marcelo, que una vez nos soltó que si alguna era madre quería que llamásemos a nuestro hijo como él
—Hay que joder. Pues si que tengo competencia.
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Iɴsᴛᴀɢʀᴀᴍ ||Lᴜᴄᴀs Váᴢǫᴜᴇᴢ||
Fanfiction❝Vivamos, y que pase lo que tenga que pasar.❞ • • • • • [SOCIAL MEDIA]