Parte 2

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Antes que nada, a lo acaecido hoy, lo que escuché decir ayer de sus labios sobre su madre, en el restaurante en que nos conocimos, ha incitado el más brutal suspenso a lo largo de mi vida, que con valentía y hasta temor he ido sobrellevando esta historia que le contaré.

A la mañana siguiente, esbozaba a carboncillo líneas sobre un lienzo blanco y cada trazo es reflejo de un nuevo firmamento de incitaciones, que discurre del ser o no-ser, que apretuja la tosca alma, quizá de esa extraña luz que ilumina a ráfagas, convidando al implasmable lenguaje del barroso interior, eso me atañe, no lo pomposo que expone su carne, la descomunal belleza desde ese púlpito de imanadores zarpazos que son: la laguna clara de sus ojos, la sonrisa giocondiana y su seductora pose. En lo absoluto, quien haya visto el óleo Desnudo en reposo: retrato de Mademoiselle Louise O'Murphy, de Boucher, podría hacerse a la idea de la pose que nombro, que esta misteriosa mujer ha adoptado.

Como de costumbre, antes de realizar un desnudo, les ofrezco a las modelos el mejor licor y afrodisíacos naturales. Les pido despojarse de la vestimenta y alhajas (pero no, esta descomunal muchacha se paseó desnuda desde el auto hasta aquí). Bueno, les digo que deambulen por el estudio, jugueteando, danzando, cantando; lo que su instinto y espíritu les exija, hasta liberarse de toda tensión, que impide esa comunión entre el artista y la modelo, o del mismo modo, pueden hacerlo desnudas por el bosque, cuando se sientan libres, en paz, despojadas de la fábula de los cuerpos recubiertos por ropajes (lo mismo que un diamante tras un cristal esmerilado), y estarían aptas para posar, de lo contrario, si aún circula el temor en sus miradas o gestos, el menor rechazo a su cuerpo desnudo, pueden tomar sus pertenencias y marcharse, puesto que el desnudo es liberarse del monstruo que ha dispuesto la rigurosa sociedad, ya que la desnudez externa es lo físico, la interna, un Dios que conmueve, pero imposible palpar, cuya categoría se eleva al supremo goce; lo divino.


La taxidermistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora