Capítulo I: Vida perfecta

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La luz del sol comenzaba a iluminar una choza. Hecha de piedra; estaba sobre un hermoso y colorido campo, a la orilla de un pequeño lago azul. Era un paisaje muy hermoso y la tranquilidad se podía respirar.

Un pequeño niño de apenas 6 años, estaba despierto ese día desde muy temprano, feliz de que era el día de pescar con su padre.
Aquel niño era de color tostado muy suave. El cabello color negro intenso, un poco largo y despeinado. Ojos cafés casi negros. Con una sonrisa que transmitía felicidad a cualquiera. Sonrisa que se veía muy frecuentemente. También era muy inteligente. Sus padres le llamaron Krad.

Krad preparó la red de pescar desde el día anterior, junto con gusanos y megamoscas que había recolectado durante toda la semana en un pequeño frasco. Llegó la hora y su padre tocó la puerta de su habitación
—¿Estás listo? Saldremos en 5 minutos —se escuchó la voz amable de su padre.
—Claro, salgo de inmediato —dijo Krad mientras se colocaba su ropa que no era más que una playera hecha de piel cálida de Kelbi, pantalones de piel de Slagtoth ideal para el agua y unas botas cafés.

Al salir de su cuarto con la red y su frasco lleno; vio a su padre en la puerta de entrada, vestido con un abrigo hecho de Anteka, pantalonsillos como los de él y botas negras.
Su padre tenía los rasgos y el tono de piel igual que Krad, sólo que más viejo, con el cabello café y corto. Muy delgado, también un poco torpe pero con muy buen sentido del humor. Se llamaba Ozee.
—En marcha, espero y ésta vez puedas atrapar algo más que pececitos dorados —le dijo su padre mientras reían.
—¡OZEE Y KRAD, NO IRÁN A NINGÚN LADO SIN DESAYUNAR! -Gritó enojada la madre de Krad con una voz dulce pero furiosa—. ¿Creen qué no me iba a dar cuenta?.
—Oh vamos Ayumi, si no los intentamos pescar ahora; ya no estarán hambrientos los peces  —Le dijo Ozee a su esposa sabiendo que no entendería.
-Sólo coman un poco de filete con unas setas azules, sé que les encanta -Dijo con el rostro sonriente como si nunca se hubiera enojado.
-Pensandolo bien papá, creo que no sería mala idea -dijo con la boca hecha agua.
-Sí, pueden esperar -contestando casi de inmediato.

La madre de Krad siempre ha sido muy bella, con el cabello largo y negro, ojos igual de oscuros, piel muy blanca, delgada y con un carácter fuerte. Siempre usaba vestidos largos.
Terminaron su comida y salieron con prisa de la casa.
-Suerte Krad -gritaba su madre.- Recuerden traer muchos peces para la cena.

El lago tenía un puerto diminuto muy cerca de la casa, que había construido Ozee. Se sentaron en la orilla del puerto y de inmediato lanzaron sus redes de pesca al lago con los gusanos. En unas cuantas horas el padre de Krad tenía una gran cantidad de distintos peces, mientras que Krad sólo unos pocos. Aunque ésta vez atrapó un par de atunes pincho, nunca había atrapado uno antes.
Anochecía y terminaron de pescar, así que llevaban todos los peces a su casa, Krad sabía que el día con su padre terminaría pronto, ya que tenía que trabajar al día siguiente.

Ozee trabajaba recolectado objetos en misiones muy sencillas en la aldea Moga, ya que estaba a unos pocos kilómetros de su casa. En realidad no era muy conocida la aldea y su padre no ganaba mucho dinero, pero era lo suficiente para mantener a su familia. Aunque algunas veces tenía que vender lo que podía recolectar de sus misiones.
Krad no estaba triste, porque eso significaba que tenía un día con su madre y eso también le gustaba mucho ya que ella le enseñaba muchas combinaciones que aprendió por generaciones.

La vida de Krad estaba llena de felicidad, ya que él está muy contento de estar con su familia o con su mejor amigo...

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