Tropiezos 2

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Se supone que iba a continuar en secreto el fanfic en año nuevo, pero digamos que la inspiración jamás llego, se aplazo la cosa y pues... ¡Aquí esta! Después de 3 dias de intensa escritura esto fue lo que resulto... Ahora necesito un pequeño descanzo para escribir el capitulo de mi otro fanfic porque eso de dormir a las 4 am no creo que sea muy sano xD
En fin, espero que les guste el capitulo y me muero por leer las reacciones que se lleven~

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Unos días habían pasado desde que cierta propuesta de matrimonio había ocurrido, los días habían pasado tranquilos, sin ningún percance, los lazos de aquella pareja habían recuperado la fuerza que tiempo atrás se había perdido. Ambos no podían sentirse más felices y emocionados de lo que el futuro fuera a depararles, un brillo de ilusión y entusiasmo sobre saltaba en las miradas de ambos dando entender que no sólo la coneja, sino que también el zorro se encontraba en plenitud.

La última vez que los habían visto tan felices, toda la comisaría comenzó a sacar teorías, que en ese tiempo más de uno pensaría que eran absurdas, sobre qué Wilde y Hopps habían comenzado una relación amorosa. Y he de decir que más de uno perdió gran cantidad de dinero apostando lo contrario. Pero eso había sido hace 5 años atrás.

Los más observadores del recinto se habían dado cuenta que en el último año la relación de la pareja más conocida en la ZPD, para especificar en el recinto 1, se estaba tornando un poco turbulenta. Pero ahora se topaban con un ambiente completamente diferente, las preguntas no se hicieron esperar, más cuando muchas de las hembras compañeras de ambos se dieron cuenta qué Judy usaba un anillo de compromiso. Rumores por aquí rumores por allá, no había nadie dentro de la comisaría que no supiera la maravillosa noticia e incluso los más valientes hacían petición de la invitación a la boda.

Una vez volvieron de sus vacaciones al primer lugar donde se dirigieron fue a la oficina del jefe Bogo, era más fácil que él se enterara de sus bocas a que poco después de que todos supieran y se expandiera el chisme este le llegara en el momento menos oportuno, metiéndolos a ellos en tal vez una ligera reprimenda.

— ¿Y bien? —les pregunto con voz desinteresada y aburrida un enorme búfalo que a sus desgracias era su jefe. Ambos tragaron saliva con nervios, aunque les emocionaba el hecho de estar comprometidos, era bastante intimidante tratar con su jefe.

— Hopps y yo queríamos darle una noticia... — habló el zorro mientras tomaba la pata de su prometida y se llenaba de valor para informar acerca de su situación con la coneja. Se sentía tonto, petrificado por el miedo, parecía como si estuviera a punto de pedirle al padre de su novia la mano de su hija y que a eso le agregaran que su suegro tenía una escopeta en la mano. Titubeó un par de veces llamando la atención del búfalo, por parte de la pequeña mamífera sabía que era muy fácil para él intimidarla en diversas ocasiones, pero Nick, él zorro que desde que había llegado a la ZPD se había enfrentado con él de forma burlona, ahora temblaba. Era divertido verlo por primera vez de aquella forma en el trabajo.

— ¿Van a casarse? —pregunto con tono monótono Bogo mientras su mirada estaba puesta sobre cierto anillo de matrimonio del cual ambos mamíferos no habían tenido el mínimo cuidado de esconder. El amor y los nervios a veces te ponían torpe, sobre todo si se trataba de Wilde y Hopps.

Los ojos de ambos se abrieron demostrando su sorpresa al darse cuenta que su superior había acertado en lo que deseaban decirle "¿Tan obvio era?" pensaron ambos mirándose a los ojos momentáneamente para al instante volver sus miradas al imponente mamífero que tenían frente a ellos. Él depredador trago saliva con dificultad y se dispuso a hablar...

— Si, decidimos decírselo antes de que los demás expandieran la noticia —expreso el zorro— Ya sabe, en la oficina los chismes viajan más rápido que el expreso de la tarde... —el búfalo se puso de pie caminando concentrado en sus pensamientos por la oficina, uno, dos, tres, cuatro, cinco pasos y se daba media vuelta volviendo a caminar exactamente la misma cantidad, ninguno de los 3 presentes decía absolutamente nada, lo único posible de escuchar era el de pezuñas golpeando contra el piso. El ambiente se tensó con notoriedad.

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