¿Quien asesinó a Lisa? [Pausada]

Capítulo 4

Nota de autor:

¡Hola! Lamento, en serio, haberme perdido totalmente, les prometo que este año, actualizaré mucho más. Espero que hayan pasado una gran navidad, un buen año, y ahora sí, ¡a trabajar! Y... disfruten 7u7

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Estaba tirada en mi cama, con el celular en las manos, mirando hacia el techo. Aun no podía olvidar el suceso de la noche anterior, así que le dije a mi jefe que me tomaría el día, si sigo así me van a despedir, pero a decir verdad, no es que tenga muchas ganas de seguir trabajando. Después de lo que le ocurrió a mi hermana, es imposible que vuelva a sentirme como antes, pareciera que todas mis emociones hubiesen sido opacadas por la soledad y tristeza, que parecen ser las únicas compañeras en estos momentos.

El sonido de la puerta interrumpió mis pensamientos, era Logan, no había ido a trabajar gracias a mí, me siento mal por eso, pero no tengo ganas de nada ahora mismo.

—Emma... —Se ubicó en un lado de la cama.

—Debiste ir a trabajar, podrían despedirte.

—A ti también pueden despedirte.

—Eso no importa.

—Claro que sí, Emma, me quedé porque no quiero que estés sola, menos en estos momentos. —Me acarició el cabello.

—Déjalo ya, Logan. No es justo que no vayas a trabajar por mí, sé que soy tu amiga, y que lo haces porque me tienes aprecio, pero no permitiré eso. Puedo cuidarme, no tengo problema con quedarme aquí, aunque esté sola. No debes privarte de tus cosas por mi culpa. —Logan suspiró—. Entiende que no quiero que te aburras o la pases mal, privándote de todo, solo por mí, cabe resaltar que seguirán pasando muchas cosas, así que no debes afligirte conmigo por todo —terminé de decir, acariciándole la cabeza, intercambiando papeles.

—Entiendo todo a la perfección, pero simplemente sentí que debía quedarme por hoy, si quieres, no lo vuelvo a hacer, pero déjalo pasar esta vez —Suspiré en modo afirmativo—. Gracias —susurró y me dio un beso en la frente—. Así que... ¿qué piensas hacer hoy? —Lo miré confundida—. Vamos, te conozco, sé que hoy saldrás a investigar o algo parecido. —Reí.

—Me saliste adivino, ¿eh? —Lo golpeé de lado mientras reíamos—. Bien, bendito adivino, veamos qué podemos hacer. —Me levanté de la cama y saqué una blusa más cómoda que la que tenía.

—¿Dónde iremos? —preguntó.

—A recoger pistas, esos investigadores no son muy confiables, al parecer conocen algo y no quieren decirme. Creo que debo averiguar ciertas cosas por mi cuenta —dije desbotonándome y quitándome la blusa delante de Logan, quién pareció notarlo y abrió sus ojos como platos.

—¿Hoy sí te quitarás la ropa frente a mí? ¿Por qué no lo permitiste antes? —inquirió, arqueando una ceja mientras me observaba.

—No es que estés mirando mucho, estoy de espalda.

—¿Sabes que aun así puedo ver el contorno de tus pechos, no?

—Logan, calcula los años que llevamos siendo amigos, ¿crees que lo haría si sé que te me lanzarías encima? —Rió—. ¿Lo ves? Te conozco, no te atreverías.

—Eso no lo sabes.

—Logan, yo no soy la débil de los dos, ¿o ya lo olvidaste? —Guardó silencio y reí victoriosa, terminé de arreglar mi blusa y agarré su barbilla con mis dedos—. Ya olvídalo y vámonos. —Sonreímos y salimos.

(...)

Entramos al auto de Logan y nos dirigimos a Uplands. Tardaríamos unas cuantas horas, ya que si comparamos el viaje entre un auto y un avión, no estábamos tan cerca, pero eso no fue impedimento para no llegar. Necesito hacer justa a la muerte de mi hermana, hay algo en todo esto que no me cuadra en lo absoluto.

Logan notó mi determinación, por lo que no dijo nada durante un rato, pero como él es él, terminamos hablando, riendo y cantando todo lo que pasara por la radio. Me divertía mucho con él y le estoy eternamente agradecida por todo lo que ha hecho. Sonreí.

—Uhh, ¿por qué tan feliz? —Me miró juguetón.

—Por ti —dije esbozando una sonrisa mientras mi mirada estaba concentrada en el camino, sentí como el auto se detuvo de tirón—. ¿Qué sucedió? —pregunté alterada por la conmoción.

—Emma, ¿nunca te han dicho que no se le pueden dar piropos al conductor mientras está en la vía? —Reí a carcajadas.

—¿Quién dice eso? ¿Por qué? —Seguí riendo.

—Yo lo digo, no puedes hacer eso. —Apartó la vista recordando lo que le había dicho. Seguí riendo.

—¿Pero qué culpa tengo de que me hagas feliz? —Abrió los ojos como platos mientras me miraba.

—Que descuidada eres. —Suspiró. Lo miré con confusión—. Olvídalo, sigamos... —Y dicho esto, volvió a encender el auto.

Después de eso, no despegó sus ojos de la vía.

(...)

—Bien, hemos llegado.

—¿Esta belleza es Uplands?

—Sí, querido, es una hermosura, ¿cierto? —Sonreí y no pude evitar recordar mi casa, lo que logró cambiar mi semblante por completo. Logan lo notó y me abrazó muy fuerte, apoyando su barbilla en mi cabeza.

—Hey, tu casa, sigue estando allí, no te preocupes, pronto la recuperarás. Además, no creo que sea tan malo vivir conmigo. —Sentí tristeza en sus palabras y me aparté para agarrar sus mejillas y mirarlo a los ojos.

—Para nada, Logan, no pienses eso. Te estoy eternamente agradecida por dejarme vivir en tu hermosa casa, y, aunque extraño a la mía, es muy cool estar contigo, siempre me ha gustado estar a tu lado, y creo que lo sabes. Así que no me vengas con esas cosas tan deprimentes, sabes que te quiero y nunca te despreciaría. —Logan me miró sorprendido, lo solté de mi agarre, pero al instante, sus brazos rodearon mi cintura, atrayéndome hacia él y quedando muy cerca uno del otro.

—Creo que lo dije antes. —Lo miré mientras tragaba saliva—. No deberías decir cosas tan lindas a la ligera. —Mi corazón se aceleró cuando noté que se acercaba, estábamos a menos de tres centímetros y nuestras respiraciones se perdían frente a el otro, sintiendo toda su frescura gracias a mi boca, me sentía tan asfixiada en su fragancia mentolada, que no me fue suficiente respirar solo por las fosas nasales, ayudándome de mi boca, la cual poco a poco empezó a sentir como los labios de Logan se acercaban a los míos. Mi rostro se llenó de un dulce color carmesí que Logan admiró con mucho cuidado, tomó mis mejillas en una de sus manos, sintiendo mi piel a través de sus dedos—. Emma... —susurró antes de posar sus labios sobre los míos, pero nunca sentí el roce que ya me esperaba, lo miré embelesada mientras se alejaba de mí, sonrió al verme en ese estado—. Bien, ¿qué era lo que veníamos a buscar? Debemos ser rápidos si queremos encontrar pistas... —Seguía hablando, pero mi rápidos latidos no me permitían escucharlo, puse suavemente mi mano sobre mi pecho para intentar calmarme, y, como si lo hubiese notado, Logan volteó a observar mi penoso estado y rió—. ¡Hey! ¿Qué ocurrió con la investigadora? ¡Vamos!

—No lo digas como si no tuvieses la culpa de mi estado. —Rió a carcajadas mientras pasaba su brazo sobre mis hombros, refunfuñé mientras caminábamos, él solo se limitó a sonreír y mirar hacia el camino.