Tercer Infierno

capitulo 1: El asesino de nueva york

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Por la calle avanza un tipo sin dirigir la palabra a nadie, solitario, se podría ver su maldad aun siendo ciego, saque mi celular sin vacilar, pasa que lo estaba provocando, por eso encendí mi música a mas no poder se detuvo, me miro,  yo estaba consiente de su mirada escudriñando el aparato que sostengo entre mis manos, pero no le dirigí la mirada ya que podría espantarlo, se acerco a mí y me pidió mi celular ''amablemente''.

–No, por favor, no me haga esto me tengo que ir a mi casa para cuidar que no la roben– puse un anzuelo mas en mi carnada

–y ¿dónde vives chico?– me preguntó bastante intrigado, con sus asquerosos labios de ladrón.

–Oh ¿me va a dejar ir? ya vivo muy cerca, no se que pasaría si la robasen tenemos demasiadas cosas ahí

–cosas fáciles de cargar ¿supongo?

–sí, no veo a donde quiere llegar– quizás no sea el mejor actor pero mi ingenuidad sonaba autentica

–me vas a llevar a tu casa para que pueda darle una buena revisada– me amenazo con un cuchillo, tenia una cara de maniático y los ojos le brillaban ambiciosamente.

-esta bien pero no me hagas daño- dije con voz inocente, pero casi rompí mi actuación por un momento, casi dejaba salir una sonrisa y posteriormente una carcajada

Cuando llegamos a mi casa le abrí la puerta y el se apresuro a entrar, le señale un cajón en mi cuarto le dije que tenia dinero en efectivo y el se apresuro, se agachó y abrió dicho cajón, era verdad tenia mucho efectivo pero tenia algo que para mi significaba mucho más, presentí que ya lo había visto tome un cuchillo que me había escondido antes en el tobillo atado con cinta,

::GAME OVER::

Es lo que decía el sobre de la carta, el se vio bastante alterado cuando la vio, pero no tuvo mas tiempo para decir nada le clave el puñal en la espalda mientras estaba agachado, mentiría si dijera que no me reí como loco.

Es triste lo que he hecho, pero deberían entender... les contare como llegamos a esto, como llegó un niño tan distraído como lo era, a ser un asesino como lo soy.

Empecemos en mi nacimiento, nací en una familia bien acomodada económicamente y siempre me enorgullecí de eso, siempre tuve que comer, siempre tuve que vestir y siempre tuve gente que me quisiera: mis padres, ellos fueron siempre buenos conmigo y tengo recuerdos muy lindos de ambos, cuando tuve edad entré al jardín de niños me fue muy bien sacaba buenas notas tenia amigos con los cuales jugar, y todo fue normal, después entré a la escuela normal, empecé a ser mal estudiante, y más temprano que tarde fui catalogado de tonto e inepto, yo iba por la vida sin esforzarme sin prestarle atención a las cosas y no me sentía mal con ello, sencillamente disfrutaba el momento y no me preocupaba del mañana, en ese entonces yo estaba en octavo grado, (este personaje es estadounidense) cuando llegaron a hacer un examen de coeficiente intelectual, tenia un amigo que estudiaba mucho creo que se llamaba Izzy, él se emociono bastante por este examen y me estuvo fastidiando con lo mucho que iba a sacar en ese examen, a mi la verdad me importaba poco, llegó el momento del examen y me lo pusieron enfrente, lo hojeé y se veía fácil, acabe muy rápido y cuando me pare empezaron a sonar las voces,- que pasa Edward, ni siquiera lo vas a intentar- no le hice caso, pero les recuerdo que me tenían tachado de torpe, una vez alguien me dijo que tenia los ojos perdidos todo el tiempo, como si para mí no existiera mi entorno.

Un cambió repentino sucedió cuando nos entregaron las calificaciones, empezaron con mi amigo Izzy ese moreno castaño, bajito, de lentes y de grandes ojos cafés, pasó enfrente con mucha confianza el siempre sacaba 10 y siempre se jactaba de ser el mas inteligente del mundo, su calificación fue de 98(la media de coeficiente intelectual es de 100), el sabia que eso era menos del promedio y se enojo bastante le grito a todos hasta que el profesor logro calmarlo y meterlo en su silla, y ahí estaba yo justo detrás de su butaca el tonto de la clase, todos miraban con morbo, esperaban ver que yo sacara una nota superbaja, mentiría si digo que no me puse algo nervioso