capitulo 6: El desierto de las atrocidades

1.5K 8 3
                                    

 6

Estaba razonando lo que acababa de leer, cuando un hombre apareció arrastrándose hacia nosotros, rogando por ayuda estaba a punto de hacerle caso a sus ruegos cuando una voz me detuvo a lo lejos -¡NO LO AYUDEN! ¡ES UN ASESINO!- la persona que gritaba esas palabras se acerco rápidamente al necesitado y con el martillo que sostenía en las manos le aplasto la cabeza, con golpes certeros y monótonos uno tras otro una sonrisa perversa se dibujo en su rostro mientras lo hacia.

Como pude caer en un truco tan estúpido no había recordado pues que era este lugar, ¡aquí en el infierno todos son asesinos!

-que estúpidos que son, como se nota que son nuevos aquí- el asesino del martillo nos dijo al tiempo que daba risotadas de loco

-aquí en el infierno nadie ayuda a nadie, quisiera verlos sobrevivir aquí, seguro vinieron solo por suicidarse, jajá, si vamos a sufrir toda la eternidad en este pútrido desierto al menos deberíamos hacer lo que nos gusta, jajá, cuando yo estaba con vida me encantaba sentir el martillo aplastando los huesos del cráneo, las caras deformadas los gritos de terror, este lugar no es mas que un premio para mi, mira a tu alrededor todo este lugar esta lleno de juguetes para mi, incluso esa chica me gustaría sentir su pequeña cabeza bajo mi martillo-

Mi amiga empezó a temblar, eso del suicidio definitivamente había sido esa la razón de que ella estuviera aquí

-incluso ahora se quedan pasmados, si no empiezan a vivir en la realidad…no sobrevivirán, saben creo que es mejor que ustedes sean mis juguetes aquí y ahora, si todos vamos a morir al menos debemos hacer lo que nos gusta ¿no creen?-

Me quede pensando las palabras de ese sujeto y recordé de inmediato mi misión, entonces vi un cuchillo muy grande que me colgaba del fajo, lo desenfunde lentamente mientras aquel monstruo se acercaba, en el mango mi cuchillo tenia una inscripción:

JUSTICIA

Justicia

Y de inmediato supe que hacer y que decir

-si, tienes razón si todos vamos a morir algún día tenemos que hacer lo que nos gusta, tenemos que realizar nuestra misión-

El se quedo pensando

-y a mi lo que me gusta es asesinar a la basura como tu, ¡SENTIR EL FILO DE MI CUCHILLO CORTANDO SU CARNE!- grite al tiempo que daba un salto hacia el, trato de defenderse golpeándome con el martillo usando todas sus fuerzas pero con mi mano izquierda pude detener ese pesado martillo fácilmente con la mano desnuda era como si el no tuviera fuerza era como si el martillo no pesara nada, mi cuchillo atravesó su cuerpo al tiempo que yo gritaba

-¡sus gritos! ¡Sus ojos desvaneciéndose! ¡El sentimiento de estar limpiando el mundo! Todo esto me encanta- a sus ojos se les escapo la vida justo ahí no ha durado mucho.

Ahora mi vida volvía a tener sentido, y sabia lo que tenia que hacer mi vida volvía a tener sentido y mi misión continuaba, era hora de sacar la basura de los dos tipos que yacían a mis pies surgieron dos bolas de luz bastante luminosas, no sabia que hacer con ellas estaban ahí flotando encima de ellos, entonces un letrero emergió de la arena justo delante mío como queriendo que lo leyera

BIENVENIDO AL JUEGO DE LOS ASESINOS, AL JUEGO DEL INFIERNO 3, ESO QUE FLOTA ENCIMA DE LOS CADAVERES SON SUS ALMAS, COMELAS Y TE HARAS MAS PODEROSO, SI NO LAS COMES ELLOS RESUCITARAN EN POCO TIEMPO, SI LAS COMES ELLOS DEJARAN DE EXISTIR, ES MORIR DE VERDAD, BUENA SUERTE EN TUS PROXIMAS PELEAS

Si hubieran sido inocentes me la pensaría dos veces antes de comérmelos pero eran criminales, los desaparecería de verdad, en este momento matarlos era enviarlos a prisión pero comerme sus almas era limpiar el mundo así que me los comí sin ningún remordimiento.

Es difícil describir su sabor es como comerse un ostión no tiene en absoluto un sazón pero enseguida te sientes mejor, mas poderoso

Mi amiga temblaba cuando me le acercaba, supongo que era por que mi ropa estaba llena de sangre pero esa es la desventaja de usar cuchillos

-¿Cómo te llamas?- -Ada- me contestaba temblorosa ahora que me veía con miedo

-¿y de donde eres?- de Barcelona, España

-oye pues hablas perfectamente el ingles- me sorprendí mucho –yo pensé que tu eras el que hablaba español- en eso momento entendí

-ya veo, aquí no importa que idioma hables todos nos entendemos por igual, eso de los lenguajes, de los países eso es un lio de los mortales-

-yo soy Edward Evans, de nueva york, estados unidos y te voy a proteger por que eso es lo que yo hago protejo a los indefensos de los malvados- le dije mientras le sonreía y le extendía la mano para que se levantara, yo debía tener un aspecto aterrador todo cubierto de sangre.

-El camino del desierto es solitario, espero que no te moleste pero tengo que seguir matando, es mi propósito tengo que limpiar este lugar, tengo que limpiar este infierno, vi como te asustaste, he visto el miedo en tus ojos, si quieres los puedes cerrar o puedes mirar hacia otro lado no me voy a detener, cuando era chico no tenia un propósito, era feliz lo tenia todo, pero no tenia ese algo que hace falta, no tenia ese ideal que te motiva a seguir cada día, yo no me sentía vivo,-

-no me molesta, no diré nada, no me espantare mas pero no me dejes sola- me contesto como suplicando

-no, no te dejare sola, por que estamos juntos en esto ¿o no?-

-si-

-¿te suicidaste?-

-si, eso de no sentirse viva, yo no me sentí viva durante toda mi vida, fueron pocos el momento en los que me sentí con vida, todo era sufrimiento, supongo que tome el camino de los débiles-

Estaba todo confirmado si ella estaba aquí por suicidarse significa que no es una asesina y por lo tanto no es un criminal, ahora mismo pienso en lo injusto que es este lugar manda a los que han sufrido a sufrir mas, por eso no solo los que habitan aquí tienen que morir, todo este lugar tiene que ser destruido.

Tercer InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora