III

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Su miradas se habían cruzado mas veces de lo habitual y ahora las de el se estaban cruzando con los padres de la pequeña abril.

sus manos entrelazabas temblaban, y su corazones ahora ya vivos, latían fuerte contra sus huesos, sus ojos miran como el tick tock del reloj para evitar la mirada del padre. 

Ellos era unos jóvenes, por el vivir del mas adelante y por el anhelar hoy y descartar el mañana.

Ellos no les importaba sus aprobaciones, solo deseaban con fuerzas que el cielo estuviera despejado con la luna en la punta de la mas grande  montaña, para huir del pasado.

-Miranda Forest.  

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