VIII

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Las paredes blancas los rodeaban y  las camillas iban del aquí allá.

El se encontraba sosteniendo su mano y desterrando el sabor de los labios de aquella chica y recordando los ojos de la pequeña Abril.

-Quiero...quiero un nuevo amanecer.

Su voz salio mas fina de lo normal y sus corazones volvieron a latir con dichosas palabras.

-El amanecer para mi saldría en las madrugadas, todo por ti.

-Miranda Forest.  

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