49: «ARMA SECRETA»

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—¿Un mes? —chilló la profesora Umbridge inflándose como un sapo—. ¿Un mes, ha dicho? ¡La necesito esta noche, Snape! ¡Acabo de encontrar a Potter utilizando mi chimenea para
comunicarse con alguien!

Umbridge ya no tenia opción haci que le pidió al profesor Snape que se retirara pero Harry lo detuvo.

—¡Tiene a Canuto! —gritó—. ¡Tiene a Canuto en el sitio donde la guardan!
Snape se paró con una mano sobre el picaporte de la puerta.

—¿Canuto? —chilló la profesora Umbridge mirando ávidamente a Harry y luego a Snape—.
¿Quién es Canuto? ¿Dónde guardan qué? ¿Qué ha querido decir, Snape?

—No tengo ni idea —respondió Snape sin inmutarse y se fue.

—Muy bien —dijo, y sacó su varita mágica—. Muy bien… No me queda otra alternativa. Este asunto va más allá de la disciplina escolar, es un
tema de seguridad del Ministerio…Sí, sí…

Era como si intentara convencerse de algo.

—No me gusta nada tener que hacer esto, Potter, pero me has obligado —afirmó la profesora Umbridge, que no paraba de moverse—. A veces las circunstancias justifican el empleo de… Estoy segura de que el ministro comprenderá que no tuve otro remedio…

— ¡¿Que va a hacer?! — grite

Umbridge me vio.

— A ella sáquenla de aquí ¡Ahora! —

— Seguro que la maldición cruciatus te hará hablar —sentenció la profesora Umbridge con voz queda.

— ¡No! — grite

— Es ilegal — hablo Hermione

Malfoy me tomo junto a Pansy y me sacaron de ahí, trataba de liberarme pero no podía.

— Suéltame Draco Malfoy ¡Ahora! — grite

— No le hagas caso Draco — le dijo Pansy

Me pude safar de ellos y me metí de nuevo al despacho.

— Harry intento hablar con Dumbledore — solté

—¿Con Dumbledore? —repitió la profesora Umbridge, entusiasmada—. ¿Acaso saben dónde está?

—¡Bueno, no! — me siguió el juego Hermione—. Hemos probado en el Caldero Chorreante, en el callejón
Diagon, en Las Tres Escobas y hasta en Cabeza de
Puerco…

—¿Cómo puedes ser tan idiota? ¡Dumbledore no estaría sentado en un pub mientras lo busca el
Ministerio en pleno! —gritó la profesora Umbridge, y la decepción se reflejó en todas las flácidas arrugas de su rostro.

— Es que... — se quedo pensando Hermione

— Es que teníamos algo que decirle, es muy importante — dije

—¿Ah, sí? —dijo la profesora Umbridge volviendo a animarse—. ¿Y qué era eso que queríais decirle?

—Pues queríamos decirle que…, que…, ¡que ya está lista! —balbuceó Hermione.

—¿Lista? ¿Qué es lo que está listo,
niña?

—El…el arma — conteste

Hermione y yo seguimos el juego, nos conectabamos muy bien.

—¿El arma? ¿Qué arma? —preguntó la profesora, cuyos ojos se salían de las órbitas a causa de la emoción—. ¿Habéis desarrollado algún
método de resistencia? ¿Un arma que podria emplear contra el Ministerio? Por orden de Dumbledore, claro…

—¡S… s… sí —farfulló Hermione—, pero cuando se marchó todavía no la habíamos terminado y a… a… ahora nosotros la hemos terminado solos, y te… te… teníamos que encontrarlo para decírselo!

—¿De qué tipo de arma se trata? —preguntó con aspereza la profesora Umbridge

—No… no… nosotros no lo entendemos del todo —respondi —. So… sólo hicimos lo que el profesor Dumbledore nos di… dijo que debíamos hacer.

—Llévenme a donde está el arma — nos ordeno

— Pero esto tiene que ser privado — dije

— Bien — respondió Umbridge

La Guardiana (Harry Potter/ Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora