50: «LA HUIDA»

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Umbridge y Hermione iban adelante y Harry y yo atrás de ellas.

— ¿Que hacen? No tenemos esa arma — susurro Harry

— Ya lo se, es solo una distracción querías que te torturara, no dejaría que pasara eso ni a ti, ni a Hermione, Ron o algunos de mis amigos — le Sonrei

Llegamos hasta el bosque.

—Bueno, ¿dónde está? —preguntó la
profesora con un deje de incertidumbre en la voz

—En el bosque, ¿dónde quiere que esté? — contestó la chica, y señaló los frondosos árboles

— Había que guardarla en un sitio donde los estudiantes no pudieran encontrarla por casualidad, ¿no le parece? — Dije

—¿Está muy lejos? —preguntó la bruja

—Sí, ya lo creo —contestó Hermione—. Sí, está muy bien escondida.

Pero ya no podíamos improvisar mas por que ya no habían más recursos para perder tiempo.

— Ya falta menos — dije

Entonces una flecha surcó el aire y se clavó en el tronco de un árbol, produciendo un ruido sordo, sentimos pisadas entonces varios centauros aparecieron enfrente de nosotros.

—¿Quién eres? —preguntó una voz.

Un centauro de pelaje marrón, se había separado del círculo que los demás formaban alrededor de los intrusos y caminaba hacia ellos con el arco levantado.

—Te he preguntado quién eres, humana —

—¡Soy Dolores Umbridge! —contestó
— ¡Subsecretaria del ministro de Magia y directora y Suma Inquisidora de Hogwarts!

—¿Eres del Ministerio de Magia? —inquirió el centauro

—¡Exacto —exclamó la profesora Umbridge con voz aún más chillona—, así que mucho cuidado! Según las leyes aprobadas por el Departamento de Regulación y Control de las
Criaturas Mágicas, cualquier ataque de híbridos como ustedes contra seres humanos…

—¿Cómo nos has llamado? —gritó otro centauro negro de aspecto feroz

— Mas respeto, profesora — dije

— ¡No los llame así!— exclamó Hermione

Umbridge los suiguio insultando.

—¡Incárcero!

Unas cuerdas que parecían gruesas serpientes saltaron por los aires y se enroscaron con fuerza alrededor del torso del centauro, sujetándole los
brazos: éste soltó un grito de cólera y se encabritó, intentando liberarse, mientras los otros centauros
cargaban contra la profesora Umbridge.

Los centauros tomaron a Umbridge.

—¡Noooo! —chillo  la profesora
Umbridge—. ¡Noooo! ¡Soy la subsecretaria…, no
pueden…, sueltenme, bestias inmundas…, noooo!

— Vámonos — les dije a Harry y Hermione

Corrimos de nuevo hacia el castillo, en el camino vimos a nuestros amigos, nos dieron nuestras varitas.

— ¿Como escaparon? — pregunto Hermione

—Con un par de rayos aturdidores, un encantamiento de desarme y un bonito embrujo paralizante, obra de Roxanne —contestó Ron sin
darle importancia

— Bueno ¿que hacemos aquí? Vamos por Sirius — dije — ¿Como iremos?

—Tendremos que ir volando, ¿no? —soltó Roxanne la amiga de Luna

—Vale —contestó Harry, y se volvió hacia ella—. En primer lugar, olvídate del «tendremos», porque tú no vas a ninguna parte, y en segundo lugar, Ron es el único que tiene una
escoba que no esté custodiada por un trol de seguridad, de modo que…

—¡Yo también tengo una escoba! —saltó Ginny.

—Sí, pero tú no vienes —la atajó Ron.

—Todos pertenecíamos al ED —intervino Neville — ¿No se trataba de prepararnos para pelear contra Quien-tú-sabes? Pues ésta es la primera ocasión que tenemos de
actuar. ¿O es que todo aquello no era más que un juego?

—No, claro que no… —contestó Harry impaciente.

—Entonces nosotros también deberíamos ir — razonó Neville—. Podemos ayudar.

—Es verdad —coincidió Luna, y sonrió.

—Bueno, no importa —dijo Harry con frustración—, porque de todos modos todavía no sabemos cómo vamos a ir…

—Creía que eso ya lo habíamos decidido — terció Luna consiguiendo que Harry se desesperara aún más—. ¡Volando!

—Mira —dijo Ron, que ya no podía
contenerse—, tú quizá puedas volar sin escoba... — lo interrumpí

— Tampoco se volar una escoba — dije

—Hay otras formas de volar —puntualizó Roxanne

—Sí, claro, ahora nos dirás que podemos volar en un scorky de cuernos escarolados o como se
llame, ¿no? —dijo Ron.

—Los snorkacks de cuernos arrugados no pueden volar —aclaró Roxanne muy circunspecta—,
pero ésos sí, y Hagrid dice que siempre encuentran el lugar al que quiere ir la persona que los monta. —Y Roxanne señaló hacia el bosque.

Mire hacia el bosque y entre dos árboles había dos thestrals que observaban a los chicos como si
entendieran cada palabra de la conversación que estaban manteniendo. Los blancos ojos de los
animales relucían fantasmagóricamente.

—¿Qué son, esa especie de caballos? —preguntó Ron con aire vacilante —. ¿Esos que no puedes ver a menos que hayas presenciado cuando alguien muere?

—Sí —contestó Harry.

—¿Cuántos hay?

—Sólo dos.

— Pues para hacer esto necesitamos ocho — dije

Los thestrals llegaron y nos subimos uno en cada uno.

La Guardiana (Harry Potter/ Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora