Espero les guste, amigos pensé que la historia era mala por eso no la continúe pero si les gusta este capítulo prometo continuarla y darle un digno final gracias por apoyarme.
Aome nerviosa curaba a la pequeña su fiebre no se reducía y respiraba con gran dificultad lo que hacía que la anciana kaede se preocupara y kikio solo bajo en arco y se paró en una esquina.
Aome llamo a rini le pidió que buscará agua en el río lo que la joven hizo con gran rapidez kikio no dejaba de odiar a Aome pero aún así la miraba con nervio por su hija Inuyasha en cuanto llegó comenzó a gritar eufórico preguntando por su hija a lo que Aome solo dijo.- Abajo, Inuyasha.
Mandando lo al suelo los presentes estaban nerviosos exceptuando Seshomaru, kaede y Aome que mantenían la calma mientras Aome realizaba su labor, tomo unas hierbas las preparo en un hunguento y las disperso suavemente por el pecho de la pequeña niña, luego un paño frío en su frente para proceder a darle un te y dejarla descansar.
Ya con todo más calmado se acercó a kikio y a Inuyasha ya fuera de la cabaña y dijo.
- kikio yo no te odio y menos o diaria a una hija de mi mejor amigo.
Kikio bajo su mirada dejando deslizar de sus ojos dos traicioneras lágrimas dando paso a una sonrisa, Aome solo la miro y dijo a ella una Inuyasha.
- deben dejar dormir a la niña, mañana estará mejor, pero deben ponerle este ungüento en su pecho por una semana completa antes de dormir.
Puso el frasco en sus manos y empezó a caminar con rumbo al bosque, ya en un poco alejada miro el cielo y se dejó caer al pasto diciendo en tono dulce.- sal sé que estás allí, sabes me hacía falta la calma que sentía a tu lado.
De entre los árboles salió Seshomaru con una sonrisa casi escondida en sus labios tratando de no ser detectada, dijo ya con su tono normal.
- te sientes triste por ver a el híbrido con la sacerdotisa, o te sientes frustrada por qué ya todos antes cambiado, te sientes distinta o temerosa.
Allí lo miro a los ojos y dijo más tranquila.
- no, me siento feliz por qué mis amigos son felices, pero me siento también con ganas de que algo nuevo pasé no sé pero esperó con anciana una aventura nueva.
Seshomaru la volvió a ver si los ojos y ambos miraron nuevamente la luna él esperaba que ella fuera más clara respecto al reencuentro con Inuyasha, mientras ella habría sus brazos a nuevas batallas y aventuras.
Esa misma noche Aome se acercó más a Seshomaru lo abrazo y le dijo en tono sutil.
- extraña naba estar a solas con usted mi lord y por alguna extraña razón su fría expresión me hacía falta.
Al terminar la grave bajo la mirada totalmente sonrojada, lo que Seshomaru la abrazara pegando la mucho a su cuerpo ya sintiendo como el corazón de ella estaba casi a punto de salir a trotar y su rostro tornando se a un carmesí, el tomo delicadamente su mentón y lo movió dando paso al choque de sus miradas dejando salir su gruesa voz con un toque de dulzura.- a mí me hacías falta, para abrazarte, leer, extrañe tu riza, regaños y tú compañía, Aome.
La última frase en susurro que ella oyó bien son arrojando la aún más el silencio se hacía tan largo que llamar recorriendo con la mirada el perfecto rostro de el como si jamás lo hubiera visto y él se dejaba ver por ella sin soltarla, sin dar movimiento como si el silencio fuera la música del momento y su mirada la orquesta que era producida.
Ella embelesada con el y él solo disfrutaba del grato momento hasta que el silencio se rompió con el delicado dedo frío de la joven moviéndose por el suave labio del demonio dando a una corriente eléctrica paso desde los labios de el hasta su columna vertebral provocando asi que el perdiera la paciencia y chocara con los labios de la joven.
En un beso largo apasionado en el que sus labios bailaba al ritmo íntimo que ambos deseaban, sus manos apretaban a la joven contra su cuerpo mientras ella enredaba sus manos entre su cuello y su cabello cobrizo, ya cuando el oxígeno era necesario la separación fue justa más sus calientes respiración es chocaban ambos mantenían las miradas pero el rompió en silencio.- te llevare a la aldea. Ella respondió nerviosa y sonrojada.
- he, si por favor.
Así el silencio reinaba entre ambos hasta estar ya Cerca despiden doce sin mirarse el uno al otro, el orgullo de ambos los mantenía en rango de guerra pero el la templo del brazo ella volteo y sus labios se abrazaron en un rápido beso donde ella volvió al son arrojando y el desapareció en la fría noche.