06

217 30 3
                                    

Me dirigí a tu casa.

Estaba nervioso, de hecho, lo estaba bastante.

A cada paso sentía mis entrañas resolverse, pero se controlaban al saber que estaba próximo a verte.

Traje un disco de música conmigo, nuestro favorito cuando solíamos hacer tarea. O al menos lo intentábamos, ya sabes, todo terminaba en divertidos bailes.

Tan entretenido estaba en mis pensamientos que no logre notar cuando me encontraba frente a tu puerta.

¿Había ensayado bien mis palabras?

¿En verdad estaba seguro de querer entrar?

Retrocedi y observé detenidamente la fachada de tu casa, ¿Hace cuánto tiempo no entraba aquí?

Da igual... toque el timbre

Y escuche tus pasos.

¿Estaba muerto? Porque yo me sentía así.

Cartas A Astrid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora