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Al regresar del colegio tomé un licuado, me cambié de ropa y comencé a caminar hacia la academia. Llegué ansiosa por lo que nos iba a decir la profesora, no se me ocurría qué podía ser lo que nos iba a decir.
El tiempo caminando hacia la clase se me hizo muy largo por la ansiedad, aunque solo eran 15 minutos caminando hasta allí. De todas formas siempre iba escuchando con mis audífonos a Ed Sheeran, mi cantante favorito, y eso hacía que se pasara un poco más rápido el tiempo. Mi canción favorita era "Photograph", porque gracias a esa canción lo conocí, desde que la escuché comencé a averiguar sobre él, y luego de un tiempo me compré sus dos álbumes. A veces mi hermana también los escuchaba, le gustaba esa música, aunque siempre tenía que tener mi permiso para tocarlos, los cuidaba mucho a esos álbumes. A Paz también le gustaban algunas canciones, su favorita era "Friends", una que a mi también me gustaba mucho. A veces me pedía prestado los álbumes, en especial "+", era su favorito, el mío también.

Finalmente llegué a la clase, me saqué los audifonos, me puse la ropa y las zapatillas adecuadas para la clase y me uní a la fila en la que todas estaban, una al lado de la otra, con las profesoras en frente. Mis profesoras se llamaban Mariana y Valeria, Valeria era la más joven, tenía 26 años, y Mariana 42. Mariana era la más estricta de las dos, aunque Valeria también lo era.
Todas sentíamos mucha curiosidad por lo que nos iban a decir. Dos de nosotras nos estabamos comiendo las uñas porque parecía que nos iban a decir algo importante.
-Van a bailar en un teatro con una audiencia de 2.000 personas.-dijo Mariana.
Instantáneamente se dibujó una sonrisa en mi rostro y en el de todas mis compañeras. Dos mil personas eran mucha gente, poder bailar para tantas personas se sentía irreal, un sueño hecho realidad.
Tampoco debía ignorar que iba a sentir mucha presión ese día, pero esperaba poder controlarla y que todo saliera bien. A veces los nervios pueden jugarte en contra, pero esperaba que no fuera así esta vez. Me pasaba cuando tenía que dar orales en el colegio. En mi casa los decía perfectamente pero cuando llegaba el día de decirlo en frente de mi clase me quedaba en blanco.
-Romina y Laura van a tener solos y las dos comenzarán a aprender sus coreografías hoy.- dijo esta vez Valeria señalandonos a Romina y a mí mientras pronunciaba nuestros nombres.
Miré a mi compañera, sonreímos y nos abrazabamos, estabamos muy felices de tener esta oportunidad. Jamás pensé que algo así me fuera a suceder, ya que no era una bailarina avanzada.
Mariana me llamó aparte y me hizo escuchar una canción, y Romina se fue a aprender ma coreografía con Valeria.
-Laura, esta va a ser la música que utilizarás para tu solo.
La música era hermosa, nunca la había escuchado y la amé desde el primer segundo hasta el último. Quería aprender la coreografía en ese mismo instante pero, obviamente, no pude aprenderla completa en un solo día. Luego de un par de horas, aprendí la mayoría, pero no tuve mucho tiempo para practicarla.
Me gustó cada paso del solo, esa música era perfecta para mí y la coreografía también, no podía esperar para poder hacerla en frente de esas dos mil personas.

A la salida de la clase hablé con mi madre, le conté todo. Ella parecía estar emocionada también, sentía que todos los sacrificios que tuvo que hacer para que yo fuera a esas clases de ballet estaban teniendo su recompensa.
-Voy a llamar a la abuela, para avisarle que venga, es en tres sem...
-Tengo decirte algo.-me interrumpió mi madre con tono de preocupación.
Sentí que algo malo había pasado, y tenía miedo de qué podría ser.
-La abuela está enferma... y es grave.- agregó al ver mi cara de confusión.
-¡¿Qué tiene?! ¡¿Qué le pasa!?-exclamé con preocupación.
-Tiene un problema en el corazón y está internada, tal vez podemos visitarla antes de que bailes, para saber que tienes su apoyo.
Durante todo el camino a casa me tuve que contener las lágrimas, odiaba tener que hacer eso, pero no me gustaba llorar en público, sentía vergüenza, me sentía débil. Y sabía que eso no debía ser así, quería cambiar, porque llorar no es de débiles, expresar las emociones no está mal, pero por alguna extraña razón me sentía así. Cuando llegué a mi casa corrí hacia mi cuarto y me largué a llorar, me senté en mi cama y pensé en que mi abuela, una de las personas que me educó, y que me enseñó a ser mejor persona, se estaba muriendo por un problema grave al corazón. La amaba mucho y no quería creer que esto estaba pasando. Tenía una pequeña esperanza de que todo mejorara, pero estaba demasiado asustada. Ya había perdido a mi padre y me daba mucho miedo perder a otro miembro más de la familia.
Decidí escuchar un poco de música para sentirme mejor, escuché la canción Pale de la banda Within Temptation. Esa canción se la dediqué a mi madre, luego de la muerte de mi padre, para que lograra salir adelante. Yo tenía solamente doce años en ese momento y ella quedó sorprendida de que me haya dedicado una canción tan profunda.
Decidí no cenar y me fui directamente a dormir, no estaba con ánimo para hacer nada.
Antes de dormir, imaginé una historia sobre una luchadora, hice al personaje como una chica que siempre seguía adelante a pesar de todo, quería ser como ella así que la tomé como inspiración. Nunca me sentí como alguien fuerte, pero realmente quería serlo, estaba harta de no tener confianza, de no creer que todo iba a estar bien al final. Mi mejor amiga Paz siempre fue así, tenía mucha confianza en sí misma y por eso la admiraba tanto, espero algún día tener la confianza que ella tiene.

ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora