La semana pasó rápido, ya era jueves y teníamos nuestro último entrenamiento antes de la gran final, el marcador de la semifinal fue 2-0 a nuestro favor. Me preparaba para salir al estadio cuando suena mi celular, era Ashley. No había ido a la universidad en toda la semana y no sabía nada de ella.
-Hola Jack -dijo, con una voz muy baja, como ocultándose de algo o alguien.
-Hola Ashley, ¿como te has sentido?
-Bien, ya me siento mejor, tenía pensado ir a tu entrenamiento hoy, si no te molesta.
-Obvio que no me molesta, si quieres paso a recogerte, voy de salida ahora.
-No, yo llegaré allá... -se escuchó abrir bruscamente una puerta- debo irme Jack, adiós.
No entendía por qué tan misteriosa, tomé mis cosas y fui a entrenar, una vez allá entrené con normalidad, ya estaba recuperado para la final. Bratt y Sam me hacían bromas, mientras el entrenador Carter nos miraba y reía, ya éramos una familia. A la salida del camarín, mientras caminaba al auto con Sam y Bratt veo a Ashley con unos lentes oscuros.
-Ella es -dije mirando a Ashley.
-La famosa Ashley -dijeron Bratt y Sam.
-Hola a todos -Ashley sonrió y saludó a mis amigos.
Nos separamos un poco de los chicos y hablamos.
-¿Porque te escuchabas tan rara por celular?
-Por nada, tenía mala cobertura -noté algo hinchado su pómulo y se veía demasiado maquillaje en su cara, eso no era habitual en ella.
-¿Que tienes ahí? -levanté sus lentes y tenía el ojo hinchado y negro- ¿qué te pasó? -mi cara cambió completamente.
-Nada, solo discutí con Steve, supo que estuve hablando contigo y no quería que te venga a ver -mis brazos se apretaron, la rabia me tenía consumido.
-¿Dónde está? -liquidé a Ashley con la mirada.
-Jack no hagas nada por fav...
-¡Que me digas! -si lo veía lo mataba, no iba a controlarme si lo tenía de frente.
-Está en el mirador, pero por favor Jack no vayas, está con unos tipos, te puede pasar algo.
-Él tiene amigos que lo defiendan -dijo Bratt a mis espaldas.
-Hagámosle una visita a ese imbécil -sonrió Sam, tentando mis deseos de romperle la cara a Steve.
Subimos los cuatro al auto y nos dirigimos al mirador. Una vez allá veo a Steve y dos tipos apoyados en un muro a medio construir, drogándose y bebiendo alcohol. Me bajé del auto y camine a él.
-Que hay Jack, amigo mío -dijo Steve y me estrechó la mano.
-No soy tu amigo -corrí la mano de Steve y en menos de un segundo le reventé la nariz de un golpe y cayó al suelo.
Uno de los tipos me tomó por la espalda y me giró, Bratt se puso frente a mi y forcejeó con él, Sam dejó a Ashley en el auto y solo vio como estaba encima de Steve dándole golpes descontroladamente, fue a levantarme para que me detuviera, en eso el otro tipo le da un golpe en la cara.
-Eso no debiste hacerlo -Sam miró al tipo y con un golpe lo dejó knock-out en el suelo.
El tipo que forcejeaba con Bratt había salido corriendo y yo seguía encima de Steve, me dolían los nudillos pero eso no era nada en comparación con la rabia que sentía al saber que había golpeado a Ashley.
-Vámonos Jack -Bratt me tomó de la cintura, intentando que pare.
-Éste idiota me las pagará -grité mientras golpeaba con más rabia a Steve. él estaba en el piso, ya no reaccionaba, estaba a un par de golpes de perder la conciencia.
Ashley bajó del auto y se abalanzó sobre mi.
-¡Jack para por favor! -detuvo mis manos llenas de sangre- vámonos, no sigas.
-Nunca vuelvas a acercarte a ella -miré a Steve y giré al auto.
Nos alejamos en el auto y le di las gracias a Bratt y Sam, solo bromearon diciendo que estaríamos a mano si ganábamos el campeonato. Ashley se fue a mi departamento y se ofreció a curar mis nudillos, las muecas de dolor habían quitado todo lo rudo en mi, al momento de ver mis nudillos estaban todos rotos.
-Quédate quieto Jack -Ashley me miraba seria.
-Duele -no le quitaba la mirada a Ashley.
-No debiste hacer eso -me miró enfurecida, odia que la gente esté peleando.
-Le prometí a tu padre que te cuidaría, nunca dejaré que te hagan daño, si debo terminar todas las noches con los nudillos así por ti, créeme que lo haré.
-Uy si, chico rudo -tocó mis nudillos y yo me retorcí de dolor- al parecer tendré que estar todas las noches curándote si piensas pelear tanto -me miró y sonrió.
-Entonces esa será una buena excusa para estar todas las noches juntos -la miré a los ojos y sonrió enrojecida.
-Gracias por todo Jack, de verdad te lo agradezco -la botella con alcohol etílico cayó al suelo.
Ambos nos agachamos a recogerla y quedamos a centímetros, nuestro ojos se quedaron mirando y nuestra respiración se entrecortaba.
-No me des las gracias, yo siempre estaré contigo -toqué la comisura de sus labios con los dedos y me acerqué a ella.
Fundí mis labios en los suyos, sentí como su pecho se infló y continuó mi beso. Nos besábamos dejando caer prendas suyas y mías entre notas, nuestras manos arrastrando una caricia por aquí y otra por encima de allá. Quizás alguien menos paciente habría interrumpido esa sensual tortura para correr como animal entre sus piernas, pero no yo, yo soy de esos hombres que saben esperar el placer a su tiempo. La besaba cuando sus puntas rozaban mi boca, esperando y disfrutando ese momento. Sus labios eran tan suaves como los imaginé, su respiración agitada a centímetros de mi boca me dejaba sin aliento. La tomé de la cintura y la levanté, la besé hasta llegar a mi habitación, apoyé mis manos en sus perfectas caderas, nuestros labios se volvieron a encontrar y recorríamos nuestros cuerpos calcinando como ácido nuestra piel y nuestros sentidos. Mi piel se erizó y mis pulsaciones aumentaron de forma descontrolada, la acorralé por debajo de mi, mientras nuestras lenguas se entrelazaban lentamente. Bajé mis manos suavemente hasta su cintura, mientras sus labios dejaban huellas en mi cuello. Me fundí en ella con pasión, entregamos nuestra alma en cada roce, cada caricia dejaba marca en nuestro corazón, era mía y yo era suyo, en ese momento comprendí que junto a ella había encontrado eso que llaman amor.
Sentí que estaba con la mujer correcta, comprendí que el destino siempre trazó mi dirección hacia ella. No me cansaba de mirarla acostada a mi lado, nunca en toda mi vida me preocupé por que fuera más inteligente que yo, aunque cuando niños se burlara por sus altas notas, no me importó, a fin de cuentas siempre se ofrecía a ayudarme, esa forma de ser fue lo que me cautivó de ella, esa ternura al hacer las cosas y brindar su ayuda siempre que alguien la necesitaba. Ya no había lugar para dudas, ella era la persona que con la que quería caminar de la mano por el resto de mi vida.
-Ashley -la miré y acaricié su mejilla.
-Dime Jack -se giró para estar frente a mi y me besó suavemente.
-Siempre haz sido tú -sonreí- siempre fuiste la dueña de mis desvelos, todas las veces que leías lo que escribía y declaraba mi amor en letras, camuflado por personajes inventados. Eras tú, la única mujer a la que he amado en mi vida.
-Te amo Jack, no quiero separarme nunca de ti -nos besamos y se durmió entre mis brazos, éste era el lugar exacto donde quería estar, junto a ella.
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Hermoso sería arriesgarse y que todo salga bien.
Teen FictionUn joven se muda a otro país en busca de un nuevo comienzo luego de un terrible accidente, cree que podrá pasar desapercibido, pero el destino le tiene una historia algo diferente.