Capíulo 2: "Ignóralos"

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-          ¿Qué fue eso mamá?

-          Necesitas ayuda

-          ¡No es así! ¡Yo estoy bien!

-          Estarías mejor si ya no vieras a ese chico…

Le habían prohibido salir de su casa. Cada vez que lo intentaba, su madre le decía, “Quédate aquí, cuida a Sulli que necesito ir a comprar unas cosas”. Aunque volvía a su casa sin nada, su único objetivo era mantener a su hija en un lugar donde pueda verla, un lugar donde esté a salvo de ese “Príncipe”. A veces su madre invitaba inesperadamente a Amber a su casa, para jugar con su hija. A las 10 de la mañana, la hora en que la niña debía estar con su Príncipe Rojo.

Y al principio los engaños de su madre daban resultado, hasta el día en que ella se cansó. Dejó a Sulli sola en su habitación y se acercó a la sala. Vio la hora, “10:00 AM”.

-          ¡Debo ver a Luhan! – salió de su casa corriendo lo más rápido posible. Volteó una vez, tal vez eso estaba mal. Tal vez no debía dejar a su hermanita sola en esa enorme casa. Tal vez su Príncipe no estaría allí…

Pero todo le importó poco cuando recordó que hacía semanas que no lo veía, semanas que se pasaba cuidando a su hermana. Así que se decidió, y corrió hacia el bosque, donde rápidamente localizó el lugar donde ese chico con una remera roja, jeans y una gorra la esperaba y sonreía al verla.

-          ¡Princesita! ¡Has venido! – se paró y la abrazó

-          ¡Príncipe Lulu! – la niña no paraba de sonreír.

-          ¡No te he visto hace semanas! ¿Dónde has estado? ¿Eh? – parecía una reprimenda pero el chico no paraba de sonreír al ver a su pequeña princesa.

-          En un lugar raro, Luhan. No me dejaban salir de casa, y ahora voy todos los días a un edificio muy grande. Donde me llevan a una sala con un sillón largo para que me acueste, y un hombre mayor me hace muchas preguntas. ¡Preguntas sobre ti! Es un psi… psi…

-          ¿Psicólogo? – la interrumpe el muchacho con los ojos muy abiertos.

-          Me dicen que verte es malo, y que no debería hacerlo más. Me dicen que eres malo, que eres muy grande para mí – las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de la niña – ¡Me dicen que me harás algo malo! ¡Que no confíe en ti Lulu!

La pequeña estalló en llanto mientras su amigo la abrazaba fuerte, confundido y asombrado. “¿Qué responder?” se preguntaba él. Él sabía que no era ese tipo de persona, que los mayores estaban equivocados pero… ¿Qué decirle?

-          Tranquila nena – le acarició el cabello. Le limpió los ojos e intentó sonreír – Pero tú no crees que sea ese tipo de persona, ¿o sí? – ella negó levemente. La pequeña todavía creía en su príncipe rojo – Entonces no los escuches, no importa lo que ellos digan. Somos amigos, ¿no?

-          Claro… pero ellos dicen…

-          No importa lo que ellos digan, _______ - le interrumpió Luhan – ahora ven, necesito mostrarte algo.

Él se paró, tomó la pequeña mano de ________ y la llevó caminando hasta lo que parecía ser un granero, donde había una perra ahí recostada, y muchos cachorros a su alrededor.

-          ¿Recuerdas que yo te dije que Krystal había tenido cachorros? – dijo sonriendo cuando vio dibujarse esa enorme sonrisa en el rostro de su pequeña.

-          Son… ¡Son hermosos! – rápidamente corrió hasta los pequeños animales y comenzó a acariciarlos y a sonreírles - ¿Y este cuál es? – dijo sosteniendo y mirando al cachorro que llamó la atención de la niña. El pequeño perrito blanco con dos grandes manchas negras en sus ojos, como un mapache.

-          Es macho, yo le digo Chen. Es lindo. ¿no? – dijo sentándose al lado de ________ y sonriendo.

-          ¡Es muy lindo! – dijo y comenzó a abrazarlo y a hablarle – Hola Chen, ¡eres muy tierno! Seremos amigos, ¿si? – y sonrió cuando el perro empezó a lamerle la cara, rió – ¡Te quiero!

-          Lo… ¿lo quieres? – le dijo sonriendo, lo que hizo que la niña lo mirara con los ojos bien abiertos y sonriendo.

-          ¿Me lo darás? ¿Enserio? – su voz se volvió más aguda y feliz. Comenzó a imaginarse millones de aventuras entre ella y ese perro, de lo felices que serían juntos.

-          ¿Tu lo quieres? Si lo quieres te lo doy pequeña, tú sabes bien cuánto te quiero – le dijo mientras la abrazaba. – ahora, ¿quieres dejarlo unas últimas horas con su madre mientras nosotros hacemos a un picnic en el lago cerca de aquí?

-          ¡Claro! ¡Gracias Lulu! – la eterna felicidad se reflejaba en los ojos de la inocente niña, cuyo mejor amigo le dio el mejor regalo que ella hubiese querido en ese momento, que no fue un perro, sino compañía. La compañía que su madre, en un intento de protección, no le había brindado.

-          ¿Sabes nadar? – le preguntó mientras estaban los dos sentados.

-          No… - la niña bajó la cabeza con vergüenza. – El agua me aterra.

-          No debes avergonzarte por nada. Nunca hay una edad para aprender cosas ¿Sabes qué? A mí antes me pasaba lo mismo, hasta que un día, cuando tenía nueve, me dije “Aprenderé a nadar”, y ahora estoy aquí. – le sonrió

-          Quisiera saber nadar… Pero mi madre nunca me enseñó…

Pasó un corto silencio.

-          ¿Quieres que te enseñe?

Y así fue como finalmente _______ aprendió a nadar. Algunas veces pensó que se ahogaría, otras veces tuvo miedo, pero finalmente tomó valor y pudo lograrlo. Su príncipe estaba orgulloso de ella.

Pasaron todo el día jugando en el bosque, riendo y divirtiéndose. Luhan hacía que _______ se olvidara de todo, de su estrés… del psicólogo… de su madre sobreprotectora… Incluyendo sus responsabilidades, y que ya eran las 11PM y ella no estaba en casa.

-          ¿¡Saben algo de mi hija!? – gritaba la desesperada mujer, en un intento imposible por contener sus lágrimas. Los ruidos de las sirenas policiales hacían que la bebé no pudiera dormir, pero esa no era la prioridad de su madre ahora.

-          Lo lamento señora, su hija no está en esta zona. ¿Tiene alguna idea de con quién pudiera estar?

De repente, algo se encendió en la mujer. Recuerdos de su hija hablándole de su príncipe soñado, el psicólogo dándole un análisis de que podría ser verdadero y que tendría gran influencia en su hija, y el hecho de que la cámara de seguridad captara a la niña escapando de su casa sola.

-          ¡Príncipe Luhan!

You Are My Prince (Luhan, Baekhyun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora