Capítulo 8: "Solo"

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-          ¿_______?

-          ¿Quién eres?

-          Oh, lo siento – prendió la luz de su celular. De nuevo ese chico rubio - ¡Hola! – saludaba alegremente con la mano

-          ¡Luhan! – quiso decir algo para ocultar su alegría de verlo. No sabía por qué quería ocultarla, pero creyó que sería mejor – Tu… ¡Hiciste que mi perro escapara! – fingió que estaba enojada con él.

-          Perdona, yo sólo… caminaba… por aquí. – dijo, tartamudeando en cada palabra, sin saber mucho qué decir.

-          ¿De noche?

-          Si…  - dijo, mordiéndose los labios –

-          ¿Me estás ocultando algo? – como vio que no contestaba, decidió preguntar de nuevo – Luhan… ¿Estás bien?

Se fijó detenidamente en la cara del chico, parecían siglos que no se veían, pero él estaba igual. Se volvió más alto, y su cabello se oscureció un poco, pero ella podía reconocerlo tanto como hace siete años atrás. Seguía vistiendo de rojo, aunque su actitud no era la misma actitud alegre de siempre. Pero ante todo, él no había cambiado mucho. Pero ella sí había cambiado, mucho, en todo. Actitud, apariencia, personalidad, todo. Se sorprendió mucho porque él pudo reconocerla tan fácilmente como ella a él.

-          Luhan, ¿estás llorando?

-          No, déjame – suspiró.

-          Luhan, dime, está bien, ya soy mayor. ¿Recuerdas?

-          Pero recuerda que sigo teniendo ocho años más que tú

-          ¡Luhan! – se hartó – Nunca me importó la edad y lo sabes, compartir tus problemas es bueno. ¡Dime qué te pasó! Te ayudaré lo sabes

-          Me echaron de mi casa. – miró hacia otro lado, furioso.

-          ¿Tu casa?

Claro, él solo le hablaba de su casa hace siete años como un palacio en un reino, y ella ahora sabía que no era cierto. Pero él nunca le habló de su verdadera casa, con su hermano y su familia. Sentía curiosidad de cómo había vivido, y ahora le daba pena.

-          Sí, mi casa. Verás – se sentó en una piedra grande, y ella hizo lo mismo a su lado – Mis padres murieron, ¿si? Un accidente, no es gran cosa. – suspiró nuevamente – Bueno, ¿y ya te dije que tenía un hermano?

-          Sí… - dijo, mirándolo atentamente.

-          Sehun, él siempre fue el “querido”. Claro, ¿y quién era yo?

-          ¿Quién?

-          El otro, el que sobraba, el que escapaba cada vez que podía. Mis padres nunca me quisieron, ¿Qué estaba loco? ¿¡Qué podían saber ellos!? No querían que me acercara a mi hermano, porque él era el “especial”, el “ejemplo”, el “niño bueno”.

Ella sintió algo en su pecho, la historia de Luhan era muy similar a la suya. Sus padres no lo apoyan, querían alejar a su hermano, lo trataban de un “loco”, escapaba cada vez que encontraba la oportunidad… Comenzó a pensar en su final cuando ella tenga la edad de Luhan, ¿ella terminaría así, exiliada?

-          Yo siempre te dije que seas cercana a tu hermana y que ustedes se quieran, ¿no? Pensaba que podía evitarlo, no quería que terminaras como yo. Pero es imposible evitar lo que ya es inevitable, ¿no es así?

-          Mi hermana me quiere, pero mi madre no, y no acepta que mi hermana me quiera. Esa es la peor parte.

-          Consérvala como amiga, tal vez sea tu última esperanza _______. – ella lo miró a los ojos, la sinceridad que transmitían en cada palabra.

-          Y a ti… ¿qué te pasó?

-          Ya pasaron tres años de su muerte, cuando murieron Sehun tenía dieciséis y yo veinte. Tenía su custodia, yo era el responsable de lo que él hiciera.

-          ¿Y ahora?

-          El tiene diecinueve, ya es mayor de edad, y era el heredero de todo. La casa, los autos, la compañía de mis padres… Todo. Y cuando murieron él era menor, entonces todo era para mí hasta que creciera, ¿entiendes?

-          Entiendo…

-          Bueno, él creció. Traté de conservarlo como amistad por un año, pero él ya se cansó de mí. Mi propio hermano… me eliminó de su vida. – bajó la cabeza. Cuando la subió, _______ alcanzó a ver lágrimas que caían por sus mejillas – Y no quiero que termines igual a mí, _________. ¿Si? Hazte amiga de Sulli, cuídala, lo digo enserio. Nunca sabes cuándo serán las únicas dos en esa casa. Nunca sabes cuando ella se cansará de ti, y te deseche como mi hermano a mí.

_______ quería responder, pero no encontraba las palabras. Sólo rodeó sus brazos en su cuello, y él comenzó a llorar.

-          Ahora eres todo lo que tengo, _________. Mi única amiga en este mundo…

-          ¿Qué pasó con tus amigos?

-          El dinero puede comprar muchas cosas, ¿sabes? Les pagó para que no me vieran…

-          ¿Por qué?

-          Pensó que conspiraría o algo de eso, es realmente un idiota.

-          Entiendo… - esperó a que él hablara, pero como no lo hizo, habló ella – Quédate conmigo, ¿si?

-          ¿Qué?

-          En mi casa.

-          Pero tu madre…

-          Mi madre hace dormir a mi hermanita abajo para que yo no la visite mientras duerme, y ella duerme abajo en la habitación de al lado por si me escucha a mí, alejar a mi hermana. Es una lunática, tengo el piso de arriba sólo para mí, y nadie se acerca. – sonrió – Tienes el sillón de la habitación si quieres, entraremos por la ventana y…

-          _______, es una locura, tu madre puede entrar y tú podrías estar en peores problemas que ahora.

-          Si mi madre entrara sería bueno, al fin se ocuparía de mí, cosa que no hizo en… ¿diez años? – vió su cara de derrotado y sonrió – Pero si quieres estar en la suite cinco estrellas que es este bosque nocturno con zorros y ratas… bien, te envidio. – rió.

-          Sólo una noche – cerró los ojos – por más duro que sea, necesito conseguir una casa y un trabajo, hacer algo con mi vida.

-          Estoy de acuerdo, hazlo, como tú quieras, pero déjame inviarte hoy, ¿si?

Él iba a decirle que “no”, pues entrar en la casa de una chica de quince años sin el permiso de su madre y quedándose en el sillón, era una locura, algo imposible. Eran ocho años los que los diferenciaban, era mucho y eso lo hacía más raro. Pero vio los ojos de la chica, recordó que no la había visto desde hace mucho tiempo atrás, suspiró. Su hermano lo había echado de su casa, se había cansado de él. Carecía de herencia familiar, todo era para su hermano Sehun. No tenía dinero, no tenía hogar, no tenía familia, nada. Ahora su princesa era todo lo que le quedaba, si la perdía, estaría solo. Verdaderamente solo.

-          Está bien.

You Are My Prince (Luhan, Baekhyun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora