El Segundo Encuentro

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     -  Siempre he odiado las fiestas de trabajo los días de semana ¿Acaso no entienden que al día siguiente te tienes que despertar temprano? Es decir, ya no tengo 18. Me cuesta. - le decía a mi amiga Jaqueline, mientras entrábamos al baño.
⁃ Tú siempre dices eso y siempre te termino rogando para irnos. Eres toda una descarada. - Me dice ella mientras saca su pequeña bolsa de maquillaje de debajo del brazo.
⁃ Si, yo sé. Pero en mi defensa diré que, el colmo de ir a una fiesta de trabajo obligada es que de paso la tenga que pasar mal. - le digo mientras entro al primer retrete que encuentro con la puerta abierta.

Es allí cuando escucho a un retrete abrirse y deja escuchar a Lorena, una chica que era de esas que siempre se mostraba amable y conversadora con los hombres y con las mujeres curiosamente muy tímida y reservada.

⁃ Bueno, discúlpenme que me meta pero, Sinaí tiene a pesar de todo una buena reacción ante la vida. Ojalá yo lo viera así, me cuesta mucho asistir hoy pero como es obligatorio tendré que hacer de tripas corazón. Aún así, tratare de seguir la filosofía de ella y pasarlo lo mejor posible.
⁃ Fuerza, Amiga. A mal tiempo buena cara. Además, hoy se supone asistirán socios y corresponsales importantes de la compañía, no queremos que el Sr. Gonzalez diga que no somos amables con los invitados y tenemos mala cara.

Para cuando salgo del retrete y me acerco a lavarme las manos, veo a Lorena asentirle a Jaqueline con cara de aprobación y a ella lucir esa expresión de incomodidad que siempre hace cada vez que habla con alguien con el cual prefiere no hacerlo.

⁃ Bueno chicas, las dejo entonces, nos vemos adentro. - Nos dijo Lorena a ambas, acompañado de una sonrisa seguida de un suspiro de resignación justo al salir del baño.

Luego de comprobar que Lorena se ha ido, volteo a mirar a Jaqueline quien se encontraba mirándome con cara atónita.

⁃ Y que ha sido eso? - me pregunta Jaqueline, sorprendida.
⁃ Pues, yo no sé. Supongo que necesitaba desahogarse y aprovecho con nosotras. - Le digo, mientras me acerco y tomo su bolso de maquillaje y procedo a revisar que me sirve o que no.

Lorena es la secretaria del Sr. González, nuestro Gerente General. Un hombre exigente y serio, que a veces le dan arranques de ira y otras de amabilidad extrema. Ella siempre ha sido muy tímida y reservada, es raro cuando habla con las mujeres de la oficina pues usualmente se le ve en compañía de hombres. Muchas mujeres la detestan por eso mismo, y Jaqui no es la excepción, según ella misma me contó, Lorena le quitó la oportunidad con Jesús, un chico del cual ella se encontraba realmente atraída y que entro a la friendzone de Lorena. Pues, aunque de repente lucían muy amigos y él hablaba maravillas de ella y le llevaba dulces, nunca pasó de allí. Según dicen las malas lenguas, él se le declaró en una fiesta de Navidad pero ella lo rechazó. Luego de eso Jesús se fue de la empresa y yo entré a sustituirlo, pero aún Jaqui a veces lo recuerda y dice "si no fuese sido por esa víbora, él estaría aún aquí".

Yo no me lo tomo a mal, y mucho menos ahora que ya ha pasado un año y medio desde que entré a la compañía. También trató de entender a Jaqui, porque creo que quizás lo que sentía por él era más que una simple atracción, aunque ella no lo quiera aceptar.

Luego de retocar un poco mi maquillaje y estar segura que todo está donde tiene que estar, le digo a Jaqui "Bueno, no se puede hacer más", como siempre hago cada vez que me arreglo delante de alguien más.

Lo primero que veo al salir del baño es cómo la esposa del Sr. González le arregla la corbata a este. Él luce particularmente nervioso y ella le dice que debe estar confiado, mientras Lorena se encuentra parada detrás de una forma que deduzco usa para tratar de darles su espacio. No puedo evitar sentir a veces un poco de lástima por ella. Nadie la conoce realmente, aunque todos hablan de ella como si lo hicieran.

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