Capitulo 4

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Llevábamos como media hora caminando y me llevaron a una cafetería bastante vintage, la verdad no me imaginaria que a unas chicas como ellas les gustará este rollo, me sentía una más.
En ese momento entraron por la puerta los chicos que conocí hacía dos o tres días, no lo recuerdo bien. Note cierta tensión en el ambiente, como si se llevarán mal. Cuando Sofie entro, cerro la puerta de tal manera que consiguió apagar las velas de nuestra mesa, algo que me sorprendió ya que esa chica no tenía apenas fuerza,o eso parecía.
Terminamos de merendar y salimos de la cafetería, me despedí de los otros con un gesto en la mano y una leve sonrisa. Eran las 6 de la tarde, y estaba empezando a anochecer, aunque era verano, me di cuenta de como en este pueblo anochecía mucho antes de lo normal. Me parecía raro, que las chicas no estuvieran llendo hacía sus casas pues la luz estaba llendose.
Ya llevaba suficiente tiempo como para llegar a tener cierto grado de confianza, asi que les pregunte por la colina White Stone. Se estaban riendo todas por alguna tontería tan insignificante que ya ni me acuerdo que era. Cuando pronuncie esas palabras, parecía que hubiera dicho algún tipo de profecía extraña, porque al escuchar esa frase sus risas pararon y se convirtieron en silencio, sus sonrisas desaparecieron y se convirtieron en caras largas y aburridas. Me miraron con unos ojos en los que podía apreciar perfectamente la rabia y el odio que desprendían. Una de ellas, Shara, dijo que jamás volviera a decir eso en la calle, que me podían oír. No puede evitar hacer una pregunta tan obvia, ¿quién se supone que me puede oír?.
Me llevaron al mismo lugar donde las conocí, al que también llamaban, el claro. Decían que allí estábamos más seguras.
Emma empezó a contar que desde hace mas de cien generaciones, la familia William-Stone, ha vivido siempre allí. Son los alcaldes del pueblo, pero apenas salen, pero las veces que salen son muy amables y simpáticos, la mayoría de la gente dice que están muy ocupados, pero solo nosotros sabemos por qué no salen apenas y es porque... Cuando iba a decir esa palabra que quizás hubiera resuelto la mayoría de mis dudas, Clara la paro un poco alterada, y me dijo que era tarde, que si quería ellas me acompañaban a casa, según ellas era peligroso por si "los otros" me habían escuchando.
El camino se me hizo larguísimo todas estaban calladas y no hablaban.
Al llegar a casa me despedí de ellas, y ellas igual, parecía que ya se habían calmado la tensión de hacia unos instantes. Al entrar, no pude evitar decirle a mi madre y a mi padre todo lo sucecido, bueno, todo menos lo de la colina White Stone. Había sido un día un poco raro.

Me puse a ver la televisión, no había nada interesante, excepto un canal, en el que se estaba emitiendo un programa sobre gatitos y perritos, he de admitir que amo a los animalitos.
Como puse el programa cuando estaba acabando, me aburría y me puse a jugar con mi padre a la Play 4.

A la hora de cenar, estuvimos en aquel inmenso comedor, que se me seguia haciendo grande para nosotros tres. Tenía las paredes de color blanco con toques de color plata, había una terraza con vistas al jardín de nuestra casa. Era precioso, aunque la única farola que lo alumbraba, le daba un toque misterioso.

Estaba algo cansada así que tomé una ducha caliente y como siempre me paré a observar mi marca. Quizás le de demasiada importancia a algo que no la tiene, pero eso es de ver tantas pelis.

Hoy me voy a dormir contenta pues mañana iré a la ciudad a ver a mis amigas.

Me acuerdo perfectamente de lo que soñé esa noche: Soñé que iba a visitar a mis amigas y nos íbamos al parque de atracciones y en la montaña rusa uno de los tornillos se desaflojo y un hierro afilado se le clavó a Fabi, otra amiga nuestra. Esa herida provocó algo no deseado para nadie: su muerte. Eso, eso no fue un sueño, fue una pesadilla, pero la cosa no termina ahí...

Lock VillageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora