Estaba parado en frente de mí, con una expresión seria en el rostro. Sus ojos eran los mismos, hermosos, pero su expresión en nada se parecía al cálido chico que había conocido algunas horas atrás.
Tenía una mochila negra colgando de un hombro y estaba vestido igual que antes.
En su mano derecha cerraba los dedos fuertemente alrededor de una daga metálica con un mango muy trabajado, tenía inscripciones pero no logré entender que decían, y no me concentré mucho en ello.
- Leo... Qué diablos?! ¿Por qué llevas un arma medieval contigo? y ¿Quiénes eran ellos? o mejor dicho... ¿Qué eran ellos? Y tú
.. los mataste? ¿Por qué estaban intentando matarme? -mi respiración era acelerada estaba muy asustada, y mi cerebro no podía procesar lo que pasó, parecía una ilusión... unas bestias de forma humana me atacaron, y Leo a quién conocí hace algunas horas me salvó, pero aún no me sentía tranquila.- Katherine... Tranquilizate, primero debemos atender esa herida. -dijo señalando hacia mi brazo, con una expresión preocupada-.
-Confía en mí. -guardo la daga en la mochila y se arrodilló frente a mí en el suelo-
- No... quiero que me digas la verdad. ¿quienes eran esas personas? Tú lo sabes o ¿Me equivoco? -eleve la voz- dime te preocupas por mi herida pero eres tan extraño como esos dos, apenas te conozco... como puedo confiar en ti? y además como fue que me encontraste?
- ¿Acaso me veo como uno de ellos? o te he hecho algún daño? me encantaría responder a todas tus preguntas pero antes déjame ayudarte, eso no se ve bien -se veía un poco frustrado- vamos... tu herida se puede infectar.
- No... yo quiero que me respondas... -sentí un escalofrío, por alguna razón me sentía con más frío que antes- no entiendo por que me hicieron esto... quiero... quiero ir a casa, yo..
Me sentía débil, la hemorragia no paraba, ver tanta sangre me asustaba. Presione mi mano contra el corte.
Dolía.
- No quiero esto... esto debe ser un mal sueño, una pesadilla. - las lágrimas amenazaban con salir humedeciendo mis ojos- sólo quiero irme, mi madre ha de estar muy preocupada.. y...
Y yo no estaba bien, me sentía estúpida por estar a punto de llorar, odiaba esa sensación de debilidad.
Leo suspiró, acercó una mano y enjuago mis lágrimas, solo en ese momento me di cuenta de que ya estaba llorando, su tacto era tierno y su expresión había cambiado, era como el Leo que conocí antes.
Me sentía muy mareada, el aire parecía mas espeso, me costaba trabajo respirar,
-debe ser por la pérdida de sangre-
- Sé que esto te parece muy extraño y se que tienes miedo, pero debes confiar en mí. -parecía sincera preocupación-
No estaba emocional ni físicamente bien como para caminar a un hospital, y a pesar de que había varias razones para desconfiar de él, era la única persona que se encontraba cerca. Y muy dentro mío creía que el no representaba ninguna amenza -recordé el cuerpo del hombre cayendo al suelo- bueno... al menos para mí.
- Yo... Está bien. -dije rendida-
Esbozo una pequeña sonrisa que por alguna razón me molesto, se acercó a mi y me rodeo por la cintura.
- Intenta pararte - me apoyé en el pero en el momento que lo hice se me nubló la vista me sentí mareada y perdí el equilibrio-
Lo último que vi fue el suelo.
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The eyes
Science FictionKatherine, como tú y como yo ha vivido siempre una vida común, nada extravagante, pero por supuesto que si esta historia continuará así, tu no estarías aquí. Para Katherine el día en el que lo conoció a él fue el día en que todo aquello a lo cual e...