Linaje

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Mi cuerpo era pesado y no tenía ganas de moverme aunque ya no estaba con frío, estaba sobre algo suave... -cómodo- parecía una cama.

Espera... ¿Cama?

Abrí los ojos y me levanté rápidamente, sentándome, la luz natural me cegó por varios segundos, a juzgar por la misma parecía ser temprano en la mañana

y cuando mis ojos se adecuaron observé adormilada por un momento.

La habitación era amplia al igual que la cama que estaba apoyada en la pared en centro de la misma, frente a la cama había un escritorio con un ordenador y una ventana ubicada mas arriba, había un alto modular color caoba a la izquierda y un librero a la derecha, en en el extremo derecho se encontraba una puerta entre abierta.

Estaba bastante confundida y aún no había despertado realmente. Intenté recordar como había llegado al lugar pero en mi memoria no había nada.

Había una mesita de luz a cada lado de la cama, la que estaba hacia la derecha tenía una foto sin marco, estaba plastificada pero muy manoseada.

La tomé en mis manos para observarla, era en blanco y negro, pero al parecer sólo era el estilo, en ella había tres personas, a la izquierda un hombre alto sonriendo que parecía no pasar los cuarenta, sosteniendo a un niño de más o menos 5 o 6 años que reía mientras que una mujer de pelo castaño a la derecha le daba un tierno beso en la mejilla.

Algo en el niño me resultó familiar.

Una mano apareció por detrás y me arrebato la fotografía.

- No se suponía que vieras eso. -la voz sonó un poco tensa-

- Lo siento yo...

Me giré y lo observé. Era un muchacho alto llevaba jeans oscuros y una sudadera gris, era de cabello castaño, tez clara y unos ojos verdes mezclados con azul, ¿de donde vino? ni siquiera escuche sus pasos, pero esta.. es extraño, pero creo que esta no es la primera vez que lo veo.

- Tú... eres... quién eres? Yo.. no se donde estoy. -mi cabeza dolía mientras intentaba recordar- ¿porqué estoy aquí? ni siquiera se como llegué...

Aunque haya despertado en un lugar desconocido, junto a alguien desconocido y sin memoria de la noche anterior, no me sentía insegura.... creo reconocer ese rostro... pero ¿donde? dónde fue que vi esos ojos antes?

Lo mire esperando una respuesta, el parecía analizarme con una máscara inexpresiva, hasta que rompió el contacto visual, giro sobre sus pies y comenzó a pasear en la habitación mientras relataba.

- Te encontré desmayada frente a mi casa, no tenias identificación ni teléfono, intente despertarte pero no respondías...

- Soy Leo.

Estaba a punto de replicar a su muy breve sintesis cuando mi cabeza comenzó a doler más fuerte, sentí que a cada latido mi corazón el dolor aumentaba.

-Haahh -grité sosteniendo mi cabeza con ambas manos.

-Du... Duele...-Leo me tomó de los hombros preguntándome que sucedía pero no pude responder.

El dolor aumento, parecían punzadas de cuchillo revolviendome el cerebro, mis oídos comenzaron a zumbar, como si una bomba hubiera explotado cerca mío.

Caí al suelo sobre mis rodillas.

De repente un lluvia de imágenes se mezclaron en mi cabeza,

afilados dientes.... sangre.

Eran pensamientos desordenados. Míos.

Escuche palabras de Leo quien se había arrodillado junto, pero no entendí lo que decía.

Cada imagen tomo lugar y formó un recuerdo, repentinamente el dolor cesó.

Retire lentamente mis manos de mi cabello enmarañado y me gire hacia el observándolo.

- Y... yo te recuerdo...

-Te vi en el parque y luego esos monstruos me atacaron y tú... tú me salvaste...y también me mentiste... yo no me desmaye frente a tu casa... y que sucedió con el corte en mi brazo?

- Khaterine calmate. -su expresión era serena, lo que me confundía y molestaba-

- ¡No! No voy a calmarme, explícame que sucede, no consigo comprender y tu no me ayudas! -comenzaba a perder la paciencia, el estado de ignorancia no era de mis favoritos, necesitaba saber que eran esas criaturas, y quien era Leo, ¿sabía el que me atacarían o que estaban cerca? ¿que clase de arma fue la que uso? ¿Porqué perdí la memoria y regreso luego tan violentamente?

- Te contaré todo, aunque no me sorprendería que no me creyeras...-hice una mueca molesta- Esta bien, soy de los buenos, o al menos eso me gustaría que creas... - ¿Que?... estoy mas confundida que antes.

- Bien. -dije, parandome- no mas balbuceos, sueltalo todo.

Hizo una pequeña sonrisa.

- Vayamos a la sala, te daré algo que beber... -cuando abrí la boca para replicarle, sonaron golpes en una puerta más allá de esta habitación-

Su expresión se puso seria.

- Quédate aquí, no importa que escuches no salgas de la habitación, escóndete.

Eso fue extraño, no sabía que le desagraban las visitas...

No tengo tiempo para esto, debo hacer que me explique esto y... Diablos!! Debo regresar a casa... tengo que contactar a Mamá -recordé que mis cosas, entre ellas mi celular seguían en el parque- mierda, ella estará furiosa conmigo, eso si no cree que fui raptada y enviada a prostituirme en Europa... no debí dejar que vea la película "Búsqueda implacable"... de todos modos podré llegar sola, pero antes debo salir de aquí.

Leo camino fuera del dormitorio y apagó las luces al salir entre cerrando la puerta.

Me dirigí hacia la ventana para saber si podría salir por allí, corrí las cortinas y observe a mi esperanza de escapar caer y colapsar nueve pisos abajo, estábamos en un edificio de departamentos.

Lentamente me acerque hacia la puerta y tire del frío metal del picaporte que mando un escalofrío por mi espalda, frente a la misma había un pasillo corto de piso de madera con un baño a la izquierda, las luces del pasillo estaban también apagadas.

Cruce lentamente el pasillo hasta que logre ver a Leo hablando con alguien en la puerta de entrada. Me acerqué más por curiosidad y escuché.

- Yo... en serio lo siento Leo... -era la voz de un muchacho- nunca quise que esto pasara... Perdóname, dijeron que me matarían si no les decía... Pero tranquilizate, les di una dirección equivocada.

- Está bien, ellos no me encontraran tan fácil ¿Hace cuánto sucedió?

Me acerqué mas y observe que era un muchacho bajito con pelo castaño y expresión preocupada.

- Fue la noche de ayer, al parecer están en la ciudad.

- Es extraño y perdóname que te lo diga pero es raro que no te hayan matado...

- Lo , me considero afortunado. Muchos no llegan ni siquiera a eso...

El muchacho se encontraba recostado por el marco de la puerta. Repentinamente una mano traspaso su pecho, y se retiró dejando el cuerpo a la gravedad.

El hombre de cabello negro se chupo uno de los dedos ensangrentados observando a Leo quien quedo helado unos segundos.

- Buen día querido cazador.

The eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora