Cazador

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Sin soltar mi mano, tomó unas llaves puestas en el bolsillo de un saco de cuero que reposaba en el sofá, tenian una pequeño cráneo como llavero, me guió fuera de la habitación 52 -según alcance a ver-, deje que su fuerza tirara de mi cuerpo escaleras abajo. Por alguna razón evitó usar el asensor, pues lo paso de largo en el pasillo.

El seguía agitado, apresuraba su paso. Apretaba con fuerza mi mano y dolía un poco aunque no se lo dije. No quería que me soltara, su tacto no era desagradable.

Sentía mis nervios clavarme en el cuello y el estomago, por múltiples razones en las cuales ya no tenía ganas de pensar.

Estando frente a mí lo observé, su cabello estaba un poco corto, pequeños rizos luchaban por formarse en los pocos centímetros que se dejó crecer. Con cada paso que avanzaba veía las siluetas de sus omóplatos bajo su sudadera.

De repente me di cuenta que lo estaba observando demasiado y agaché la cabeza enfocándome en el siguiente conjunto de escaleras mientras sentía cálidas las mejillas. Tengo tanta suerte de no ser de las que se sonrojan.

No. - me dije -

Katherine no es momento para actuar como una estúpida adolescente, no puedes confiar en él, no lo conoces.

Seguí repitiendo esto en mi cabeza, pero una parte no estaba escuchando.

Veía escalones y mas escalones desaparecer bajo mis pies, -ya ha de faltar poco ¿o no?

Escasos pasos después, llegamos a la planta baja y me dirigió hacia el estacionamiento.

Soltó mi mano justo cuando cruce el umbral de la puerta con cartel de salida. El cielo estaba gris hasta el horizonte, y la humedad pesada de lluvia amenazante se hacía presente, observé los alrededores pero no reconocí la zona.

- Espera aquí. - dijo. Mientras se perdía entre los autos.

Asentí.-Oh por Dios solo falta que me pida que de vueltas y traiga la pelota.

Estoy siendo demasiado obediente, debo ordenar mis ideas para cuando me de la oportunidad de interrogarlo, el me mintió sobre como me había encontrado cuando no recordaba nada, y ¿como ocurrió eso?

Mientras pensaba, escuché el rugido bajo de un motor, al momento apareció frente a mis ojos un Audi de brillante pintura negra con vidrios polarizados, la ventanilla del conductor bajo y descubrió el rostro de Leo tras ella, el seguía con una expresión algo agitada y seria, como si lo estuvieran persiguiendo, cosa que considerando incidentes anteriores era bastante factible.

- Y bien, ¿subes? - dijo, relajando sus facciones.

- Umm, sí.

Rodee el auto por el frente y abrí la puerta del acompañante, me introduje sin mucha gracia pues me golpeé la frente al entrar, ignoré el hecho esperando a que el también lo hiciera y la cerré.

El presionó el acelerador con un poco de prisa y salimos del estacionamiento.

- ¿A donde vamos?.

- Te llevare a casa, tus padres deben de estar preocupados

Ni que lo digas.

- ¿Tu dirección? -dudé un poco antes de responder.

- Solo déjame en el parque, deje mi bolso y otras cosas por ahí, luego caminaré a casa. -no entendía del todo mi propia evasiva, pero mi boca le ganaba a mis pensamientos cosa que ciertas veces no es buena.

Pequeñas gotas cristalinas comenzaron a golpear el parabrisas, aumentando gradualmente hasta convertirse en lluvia.

El audi por dentro tenía un buen diseño, curvas suaves de estilo bastante masculino, el volante tenía el logo de los cuatro anillos plateados ubicados en el centro, la caja de cambios era un poco mas alta de lo normal lo que dividía bien los dos asientos delanteros, y frente a ella habían una variedad de botones con toques rojos.

No entendía porque me fijaba tanto en el auto, parecía que evitaba pensar en lo que pasó, al final me decidí en hablar, pero cuando estaba abriendo la boca para hacerlo me interrumpió.

- Estas muy callada, creí que cuando se diera la oportunidad me bombardearías con preguntas.

- En realidad estaba a punto de hacerlo.

- Bien, aquí estoy Katherine.

Quién hubiera pensado que el chico que conocí la tarde anterior pudiese ser tan diferente a lo que pensé... "Don't judge the book by it's cover"

- Primero quiero saber... por qué olvide lo que sucedió, y el corte en mi brazo, ¿qué paso con el? y que eran las criaturas del parque y lo que vino a tu departamento, y también que eres tú...
Se que no eres como ellos pero tampoco eres exactamente humano, y ¿Cómo sabes como matarlos?

- En realidad lo pensaste.-

Leo me miró de reojo, como comprobando mi ánimo, luego miró al frente al mismo tiempo que paramos en un semáforo titilando en rojo, dio un leve suspiro y respondió.

- Probablemente no me creas.

- Durante las últimas doce horas he visto como matabas a estos... seres por así llamarlos y créeme no dudo de su existencia. Solo... dime...

- Bien, Katherine. Lo que viste en el parque, y lo que me atacó en el departamento, esas criaturas, eran descendientes de demonios.

Tan pronto como dijo la última palabra mi en mi cabeza se reprodujeron imágenes del ataque, la sangre, dientes afilados, estereotipos de mis pesadillas.

Me giré hacia el.

- Qué? ¿De... demonios? Del tipo que se escapan del infierno? Los que poseen a personas? De ese tipo? - Esto parecía muy fantasioso quería reír pero ya no tenía el lujo de dudar, los había visto y la descripción de "demonios" no parecía muy errada.

- En realidad, estos son solo descendientes, solo los demonios puros pueden poseer humanos, estos son mitad demonios, mitad humanos o hanyou como los llaman en la mitología japonesa, la cual es la que más se acerca a la realidad.

Ok, eso si que me relaja, Demonios, me atacaron Demonios!

- Espera... tu dijiste descendientes, como diablos es alguien descendiente de un demonio?? - el utilizar diablos en una oración parecía o mejor dicho era irónico en este momento.

- Pues, hace mas o menos un milenio un demonio puro tomo forma humana y tuvo hijos con humanas, de hecho, los licantropos, vampiros y demás leyendas, poseían tanta sangre de demonio que su biología cambio. -dijo esto tan calmado que parecía que lo había ensayado, por alguna razón me irritó.

Mi cabeza se estaba sobrecalentando, esta información me ponía nerviosa pues me hacía sentir una impotente y vulnerable humana.

Esto me sobrepasa totalmente, esta criaturas han estado existiendo todo este tiempo, con nosotros...

- Pe..Pero aun no me has dicho que eres, ni que paso con mi amnesia y..

- Yo soy un cazador - me interrumpió - ancestros míos bebieron la sangre de uno de los demonios, lo que les dio una capacidad física mayor a la de un humano normal y la fuerza suficiente para cazar a los descendientes, ese poder fue transmitido a sus hijos y así. Yo provengo de una de las familias de cazadores, te inyecté unos mililitros de mi sangre, por eso te curaste.

Entonces el caza demonios, interesante hobbie.

-Pero yo no soy...

- ¿Como yó? no, tranquila estarás bien, uno no se puede convertir en cazador por tan pequeña transfusión, y una grande te mataría, solo puedes nacer con ello. - Un club al que no quiero pertenecer- me dije.

- Sobre tu perdida de memoria, en realidad no se porque sucedió, pero cuando parecía que lo olvidaste, creí que sería mejor para ti no decírtelo, así que te mentí sobre encontrarte en la acera. - el miraba hacia el frente con atención, la lluvia pareció haberse hecho más ligera.

Ya no sabía ya que responder ni que preguntar, solo quería llegar a casa y dormir para siempre, para que en algún momento despierte, y lo recuerde todo como sólo un muy muy extraño sueño.

- Estarás bien - dijo, pareciendo responder a las muecas que seguro se mostraban en mi rostro.

En realidad, en serio, espero estarlo.

The eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora