Prólogo

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A los seis años mi vida dejó de ser normal.

Dejé de tener mi propia habitación para llegar a compartirla con otras 15 chicas más, dejé de comer en un comedor con mi familia para hacerlo en uno con más de 50 personas, dejé de tener mis propios juguetes para compartirlos con las demás niñas. Y lo que es peor, dejé de tener padres.

Ya no era dueña de mi propia vida, porque al parecer todas esas personas que me rodeaban tenían el derecho de opinar en ella y controlarla a su antojo.

Todo parecía ir de mal en peor, pues ya nada me pertenecía.

Aquella muñeca que mi madre me había regalado por mi cuarto cumpleaños se encontraba en manos de seis chicas que le estaban cortando ese hermoso cabello que antes tenía.
El precioso vestido que me compró mi padre para la boda de su amigo lo llevaba ahora una pequeña castaña que había decidido que era una gran idea usarlo como lienzo.
Incluso mi cocinita de juguete ahora estaba llena de barro por culpa de unos niños que intentaban "cocinar" en ella.

Todo cambió... Mi hermano cambió, incluso yo lo hice.

Cuando eres pequeña no te das cuenta de como es todo a tu alrededor, piensas que es color de rosas y lo único que te molesta es que no te compren el juguete que deseas. Yo aprendí a las malas que en esta vida para que te respeten tienes que hacerte respetar, ya sea por las buenas o por las malas. Si te pegan debes pegar aún más fuerte de lo que lo han hecho. Dejarte pisotear es como decirle a esa persona que eres débil, y yo no soy de esas.

Las palabras que me decía mi madre de «Respeta para que te respeten» fueron eso, palabras. Palabras que el viento se llevó junto a la educación que ellos tanto intentaron inculcarme.

Cada vez que pienso en mis padres algo en mí se rompe. Quizá sea eso que la gente llama corazón.

Algo está claro, desde ese día de hace 14 años, nunca volví a ser la misma.

Y ahora, con 20, ese chico de ojos azules planea demostrar que dentro de mi aún sigue esa niña de 6 años que amaba sonreír y ver felices a sus seres queridos.

Y yo lo único que quiero es que él... Me odie.

* * *

¡Hola!
Bienvenidos a un pequeño rinconcito de mi mente.
Solo venía a decir que espero que os guste esta historia y la disfrutéis tanto como yo escribiéndola.
Toda crítica instructiva es bien recibida. Cualquier cosa no olvides decírmela. Agradecería mucho vuestro voto para saber si os está gustando o no.
Muchas gracias por leer.
¡Nos leemos en el próximo capitulo!

Hate Me!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora