Después de todo el asunto de Mai, yo no hacía más que odiar la escuela. La verdad, aunque pensaba que me daba igual lo que pudiera suceder allí, llega un punto donde uno se empieza a cansar. Y fue entonces que comencé a pensar que la vida no tenía sentido alguno; con tan sólo doce, casi trece años de edad.
Como no tenía amigos —y gracias a esto tenía demasiado tiempo libre—, me había empeñado en estudiar, leer, investigar, etcétera; cualquier cosa que me mantuviera ocupada y alejada de la realidad. Por lo que mis notas comenzaron a subir poco a poco. Mis compañeros intentaron molestarme por eso al comienzo, pero se cansaron cuando vieron que no les daba importancia.
Al año siguiente todo comenzó igual que de costumbre, la monotonía de la escuela, los intentos de mis compañeros por molestarme y alguna que otra pelea que había cuando los profesores no se encontraban cerca. Sin embargo, ese año marco un cambio increíble en mi vida...Habían pasado cerca de dos meses desde que las clases habían vuelto a comenzar. Yo seguía siendo retraída e indiferente con mis compañeros, así fue desde que Mai se transfirió de escuela, y no tenía intensión alguna de cambiar por nadie.
Recuerdo que era miércoles por la mañana cuando el profesor entró al salón y, luego de que hicimos la reverencia y nos sentamos nuevamente, dio el anuncio de que íbamos a tener un estudiante nuevo en la clase.
Todos se pusieron como locos al oír la noticia. A mí en lo personal me daba igual...—«¿Será una niña? ¿O tal vez un niño? ¿De dónde vendrá?» —son algunas de las preguntas que comenzaron a hacerse entre ellos hasta que el profesor pidió silencio. Luego, miró hacia la puerta y le pidió al nuevo alumno que entrara. Al hacerlo todos se quedaron en silencio por un momento.
El nuevo estudiante resultó ser una niña, pequeña y delgada, de cabello castaño que, aún estando seria, se podía apreciar que ocultaba una gran sonrisa. Tenía ojos de color marrón oscuro, grandes y hermosos —realmente resaltaban mucho debido a que todo en su cara era pequeño excepto por ellos—, su mirada era noble y transmitía una extraña sensación felicidad cuando la veías. En verdad era un niña preciosa... parecía una muñeca.—Por favor, preséntate —pidió el profesor.
—Hai... Mi nombre es Kikuchi Moa. Recientemente mi familia y yo nos mudamos a Tokyo por el negocio de mi padre. Espero que nos llevemos bien el resto del año —dijo haciendo una reverencia.
—Bien —habló nuevamente el profesor—. Nos alegra tener una nueva alumna. Por favor todos trátenla bien —agregó mirándolo al grupo—. Bienvenida a Tokyo, Kikuchi-san. Puedes sentarte allí —indicó señalando un lugar vacío que había en diagonal a mí.
—Gracias —contestó la chica y, tal como pensaba, una sonrisa realmente hermosa se dibujó en sus labios, presumiendo unos profundos hoyuelos; aquello me se me hizo tierno. Antes de sentarse en su banco ella me miró por unos segundos y me dedicó una sonrisa. Por alguna razón sentí escalofríos en mi cuerpo, pero rápidamente le sonreí yo también.
En el receso, todos, absolutamente todos mis compañeros, se levantaron de sus bancos para darle la bienvenida a la alumna nueva y bombardearla con preguntas. Sentí un poco de pena por ella, porque seguramente no iba a poder descansar ni un poco debido a eso.
Como yo no tenía ganas de escuchar tanto alboroto salí del salón y me dirigí al patio. Era una mañana hermosa, el cielo estaba despejado casi en su totalidad si no fuera por unas pocas nubes que daban vueltas por ahí, había una leve brisa; un poco fresca a decir verdad, pero que el sol compensaba con su calidez. Pasé todo mi receso, allí contemplando el ambiente y disfrutando el no tener que escuchar los gritos de mis compañeros de clases. Al regresar al aula pude ver que algunas compañeras seguían hablando con la chica nueva. Yo sólo seguí caminando hacia mi banco tratando de ignorarlas.
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La vida
FanfictionAlguna vez han sentido que su vida no tiene sentido? Que no sabes qué rumbo tomar y que por mucho que lo intentas no encuentras salida de donde estas?.. Tras mudarse a Tokyo cuando era una niña, Suzuka cuenta un poco de cómo fue su vida de ahí en ad...