—Duerme conmigo esta noche, Suu-chan —dijo Moa una vez salimos del baño.
—¿Estás segura? Puedo ir a la habitación de invitados así duermes más cómoda.
—No, quiero que duermas aquí hoy.
—Bien, como la princesa lo desee.
—¿Ah? Prince... —se interrumpió ella misma—. Ya vamos a acostarnos tonta.
—Claro...
Luego de apagar la luz, ella se acostó a mi lado abrazándome por el estómago y apoyando su cabeza en mi hombro. Yo apoyé mi mejilla en su frente y la rodeé con mi brazo.
—El tiempo pasa realmente rápido, ¿verdad?
—Sí... todavía no puedo creer que hayan pasado cinco años desde la primera vez que te vi.
—¿Alguna vez pensaste que estaríamos así?
—Mmm, no, ya te lo dije antes. Cuando te conocí no estaba segura de que una amistad fuera posible entre nosotras... no porque no me hubieras agradado o algo por el estilo, sino porque jamás pensé que tú quisieras ser amiga de una niña como yo.
—¿Mmm? ¿Como tú? ¿A qué te refieres? —preguntó con incertidumbre.
—Bueno... como ya te expliqué, en esa época yo era una persona muy distante, no me relacionaba bien con nadie, y eso hasta el día de hoy sigue siendo así. ¿O es que acaso no notas que sólo trato lo justo y necesario con nuestros compañeros?
—Sí, lo noté. Jamás te pregunté el por qué, pero sabía que seguramente tenías tus razones. Pensé que si querías que yo lo supiera me lo ibas a decir sin necesidad de que yo te lo preguntara. No quería presionarte o algo así. Aunque recuerdo que al principio sí trataba de que te relacionaras más... lamento eso, no sabía que algo había pasado entre ellos y tú.
—Está bien, no pasa nada... Como decía, jamás creí que tú; una niña tan alegre y popular entre nuestros compañeros, se fijara en mí; la niña más retraída del grupo —expliqué—. Debo admitir que cuando te vi entrar al salón de clases la primera vez, llamaste mi atención por completo. Pensé «Qué linda niña», pero jamás imagine que terminaríamos siendo amigas.
—¿Mmm? ¿De verdad? —exclamó—. Pues algo que nunca te dije es que tú también llamaste mi atención ese día —dijo suavemente—. Recuerdo que cuando entré al salón vi como todos los niños hablaban unos con otros haciendo escándalo por mi llegada, pero la única que estaba calmada fuiste tú, así que fue imposible no notarte —comentó soltando una pequeña risa—. Luego de presentarme y que el profesor me indicara mi lugar, pude verte mejor y también pensé «Que niña tan linda» —confesó en voz baja—. Es curioso cómo funciona el destino, ¿verdad? —preguntó con una leve sonrisa en sus labios—. En el receso, cuando todos los niños me agobiaron con sus preguntas, noté que tú no estabas en el salón; aunque nadie se preocupó por eso... por lo que les pregunté si sabían dónde habías ido y me contestaron que seguramente en el patio donde solías estar normalmente... también fue cuando me dijeron que tú tampoco eras de Tokyo.
—Ah, ¿sí?
—Mhmm... Siendo sincera, me causaste mucha curiosidad, así que cuando el profesor preguntó quién quería enseñarme la escuela yo rogaba por dentro que tú te ofrecieras; pero no lo hiciste. De hecho, recuerdo que estabas escribiendo en una libreta —Moa comenzó a reír al decir eso—. Realmente tu calma en esa situación era increíble.
—Ah, lamento si te hice sentir que no me interesaba en absoluto tu llegada... es sólo que no disfrutaba para nada estar en el colegio en esos tiempos.
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La vida
FanfictionAlguna vez han sentido que su vida no tiene sentido? Que no sabes qué rumbo tomar y que por mucho que lo intentas no encuentras salida de donde estas?.. Tras mudarse a Tokyo cuando era una niña, Suzuka cuenta un poco de cómo fue su vida de ahí en ad...